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El extraño caso de los Xolos de Tijuana: el club de futbol mexicano que decidió abrir la frontera hacia Estados Unidos

El futbol en México se escribe en mayúsculas y todo lo relacionado con el balón se suele sobredimensionar.

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De allí que cuando el modesto conjunto Xolos de Tijuana decidió cruzar la frontera hacia Estados Unidos en busca de jóvenes talentos hubo una gran suspicacia en el entorno futbolero del país.

A fin de cuentas, hasta la fundación del equipo en 2007 había un consenso no escrito que en México sólo valía el futbolista mexicano o las estrellas que llegaban de países con tradición futbolera, sea desde Sudamérica o del otro lado del océano Atlántico.

También hubo contadas excepciones de otras partes del mundo, pero nunca desde el norte del continente.

No había razones para ir a buscar a un país considerado inferior en el panorama futbolístico internacional.

Pero los Xolos tuvieron otra idea y vieron al otro lado de la frontera una oportunidad para crecer y trascender más allá de los límites del campo.

Fue así que dada su peculiar ubicación geográfica, no sólo se convirtieron en los representantes de Tijuana y México, sino que también pasaron a ser un club con una importante masa de aficionados en Baja California, y Estados Unidos en general.

La conexión

Un ídolo a los dos lados de la frontera es Joe Corona, futbolista nacido en Estados Unidos de padre mexicano y madre salvadoreña que lleva jugados más de 170 partidos con la camiseta rojinegra del club de Tijuana.

Consciente del menosprecio al jugador estadounidense, así sea de origen mexicano, Corona nunca pensó en jugar en México, pero su deseo de convertirse en futbolista profesional lo llevó a probar suerte en los Xolos.

“Recuerdo que al hablar con uno de los entrenadores me dijo que tenía potencial, que querían que me quedara”, contó en una ocasión al portal de la radio pública estadounidense PRI.

“Recuerdo que fue un mes de pensar si debía quedarme en la universidad San Diego State (donde jugaba becado) o si debía probar en México, tratar de ayudar al equipo a ascender a la primera división y hacer mi sueño realidad”.

Eligió la segunda opción y el tiempo le dio la razón.

No sólo cumplió su sueño, sino que también conquistó el histórico título del Torneo de Apertura en 2012.

En el proceso, los Xolos abrieron una academia en Chula Vista, ciudad al sur de San Diego, y poco a poco fueron aumentando su penetración en Los Ángeles y otras ciudades, reclutando a jóvenes jugadores estadounidenses de origen mexicano.

No pasó mucho tiempo para que otros equipos, como Chivas de Guadalajara y el América, los dos gigantes del futbol mexicano, siguiera sus pasos.

El sueño

La expansión de los Xolos por Estados Unidos no se ha detenido y ya cuenta con academias hasta en Nueva Jersey, a más de 5.000 kilómetros de Tijuana.

“Un representante del club nos contactó y habló de la idea de tener un equipo asociado en Nueva Jersey”, le contó a la BBC Felician Csombok, el entrenador principal de la academia.

“Nosotros les contamos que había mucha demanda gracias a la gran comunidad de mexicanos que existe aquí y les pareció muy buena idea expandirse para ver qué tipo de oportunidades habría para el club”.

El atractivo del jugador estadounidense de origen mexicano es que cuenta con la doble nacionalidad, por lo que no ocuparía una de las plazas para jugadores extranjeros.

Ese es el caso de David Riano, de 14 años.

“Tenía como 10 años cuando comencé a jugar futbol”, le dijo a la BBC.

“Fue difícil al principio porque no lo disfrutaba tanto y no era tan bueno, había gente con verdadero talento allí, por lo que no fue fácil”, reconoció.

Pero Riano se ha convertido en uno de los prospectos más interesantes de la academia y ya hay conversaciones de enviarlo a entrenar con el primer equipo.

“La cosa negativa es que tendría que dejar a mi familia y estaría yo sólo allá”, dijo.

“Pero lo más emocionante que podría lograr es llegar a ser futbolista profesional y jugar para un equipo importante. Eso me haría sentirme orgulloso”.

Para Csombok ese es el gran objetivo de la relación con los Xolos.

“Lo que queremos de los jugadores es que se evolucionen hasta lo máximo de sus posibilidades”, comentó.

“Esperamos que un día puedan jugar en la universidad o incluso ir más allá y ser un futbolista profesional sea en Estados Unidos, México o incluso Europa”.

Un sueño para el que no hay fronteras.

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