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Por qué el Mundial de Rusia puede ser el último organizado por un solo país

La Copa del Mundo de este año en Rusia bien podría ser la última organizada por un solo país.

Las consideraciones financieras y políticas están jugando un papel cada vez más importante en la elección de los anfitriones.

Y los costos son cada vez más altos: el Mundial de este año ya supera los US$12.000 millones en gastos para Rusia.

Es por eso que los dirigentes del futbol y de las naciones candidatas están buscando nuevas formas de compartir los costos financieros, además del fomento de las relaciones políticas.

La respuesta es ser una sede compartida.

En 2002, Corea del Sur y Japón organizaron conjuntamente la Copa del Mundo, por lo que ya existe un precedente, mientras que varios campeonatos de Europa también fueron organizados conjuntamente.

Significa que la carga se puede repartir cuando se trata de construir nuevos estadios e infraestructura de apoyo, como carreteras, trenes y aeropuertos, además de la seguridad.

“Hay beneficios materiales al compartir el alojamiento de grandes eventos, sin mencionar que es convenientepolíticamente”, dice Simon Chadwick, profesor de empresas deportivas en la Escuela de Negocios Salford.

“Es una forma útil de construir una relación con una serie de socios con fines políticos. Existen beneficios en términos de ciertas eficiencias de costos”, señala.

“Este modelo de 'eventos distribuidos' puede ser el camino a seguir cuando se consideran los costos económicos del alojamiento de estos eventos”, añade.

Candidaturas comunes

Ya hay una candidatura conjunta de EE.UU., México y Canadá para organizar el Mundial de 2026, mientras que Argentina, Uruguay y Paraguay están preparando una candidatura para 2030.

Mientras llegan esas fechas, hay indicios de que la Copa del Mundo de Qatar 2022 tendrá que ampliarse para incluir a otras naciones del Medio Oriente.

La Fifa dijo que entonces podría ampliar el campeonato de 32 a 48 equipos.

El organismo rector de Europa, la Uefa, fue durante mucho tiempo partidario de organizar su máxima competición de selecciones, la Eurocopa, en más de un país.

Así ocurrió en 2000, cuando el evento se llevó a cabo en Holanda y Bélgica, mientras que en 2008 se llevó a cabo en Austria y Suiza, y para 2012 en Polonia y Ucrania.

Y la ronda final de 2020 se llevará a cabo en nada menos que 12 naciones para conmemorar el 60 aniversario de la Euro.

“Al expresidente de la Uefa, Michel Platini, se le atribuyó el modelo Euro 2020, pero el cerebro detrás del trono realmente era Gianni Infantino”, dice el profesor Chadwick.

Como secretario general de Uefa y ahora presidente de la Fifa, Infantino ya ha sugerido que es necesario ampliar el Mundial 2022 de 32 a 48 equipos.

Como Qatar no puede albergar esa cantidad de juegos, se habla de invitar a otras naciones de la región.

“(Infantino) tiene un buen ojo para tratar de reconciliar a socios dispares con respecto a ser anfitriones. Es astuto en ese sentido”, dice Chadwick.

Opción segura

Para la Fifa, la idea de que el Mundial 2026 esté albergado por Estados Unidos, México y Canadá sería una opción económica y políticamente segura, comparado con los problemas que ha tenido Qatar 2022, agrega el profesor Chadwick.

Los organizadores de la candidatura afirman que obtendrían ganancias por US$11.000 millones para la FIFA y generarían US$14.000 millones en ingresos.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha estado tocando el tambor a favor de su candidatura en Twitter: “EE.UU. ha armado una candidatura fuerte con Canadá y México para la Copa del Mundo de 2026”, escribió.

“Sería una lástima que los países que siempre apoyamos fueran a hacer lobby en contra de la candidatura estadounidense. ¿Por qué deberíamos apoyar a estos países cuando no nos apoyan (incluso ante Naciones Unidas)?”, dice el mensaje de Trump.

Pero no se trata de algo ganado, pues tiene en Marruecos un buen rival para albergar la que hasta ahora está confirmada como la primera Copa del Mundo de 48 equipos.

Mientras tanto, en Sudamérica, el secretario del Deporte de Uruguay, Fernando Cáceres, explicó el razonamiento detrás de la propuesta para 2030.

“No podemos decir cuál será el costo final para cada uno de nuestros países, pero no se puede medir solo por la construcción de infraestructura”, dijo.

“Hay una medida intangible que es cuánto gana un país en la coexistencia, en la integración, la identidad y la construcción de la ciudadanía al organizar un evento de esta magnitud”, consideró.

Más beneficiarios

David Davies es un exdirectivo del futbol inglés y también un asesor cuya experiencia es solicitada con frecuencia por asociaciones y confederaciones de futbol de todo el mundo.

Cree que la idea de un Mundial con 48 equipos en Qatar 2022 no sucederá: “La voluntad política no está allí”, afirma.

“Pero estoy de acuerdo en que una sede conjunta es un concepto ya establecido ahora. El punto fundamental es que más países puedan participar y beneficiarse con la celebración de eventos importantes”, explica.

Una candidatura conjunta de Norteamérica para 2026 también se consideraría útil políticamente, tanto en EE.UU. como en el organismo regional del fútbol, Concacaf, dice Davies.

“Por lo tanto, si bien las consideraciones económicas son parte del panorama, siempre hay de carácter político”, señala.

Unir recursos

Sean Hamil, profesor del Centro de Negocios Deportivos del Colegio Birkbeck, dice que solo hay algunos pocos países que pueden organizar eventos como el Mundial o la Eurocopa sin ayuda.

“Después de la última Euro en Francia (2016), no creo que la Uefa pueda encontrar más países dispuestos a asumir los costos”, apunta.

Hubo mucha investigación sobre el desarrollo de mega eventos deportivos “y el balance de la opinión es que los beneficios económicos no siempre llegan”, dice.

Y agrega: “Con una Copa del Mundo se necesita una gran cantidad de estadios con estándares internacionales y es una enorme carga financiera, por lo que unir recursos en términos de estadios para ayudar a extender esa carga parece lógico”.

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