Unas 40.000 personas asistieron en directo al espectáculo en el estadio Fisht, a orillas del mar Negro, mientras otros 3.000 millones de telespectadores lo siguieron desde sus propias casas.
El presidente ruso, Vladímir Putin, fue el encargado de declarar abiertos los Juegos, y mandatarios de más de medio centenar de países están presentes en el estadio por el que desfilarán deportistas de 88 países.
La ceremonia arrancó con el alfabeto cirílico ruso, las letras se asocian a personajes, obras y hechos claves en la historia de este país.
Seguidamente, apareció una niña vestida de blanco, de nombre Luba, que comenzó a volar arrastrada por una cometa y a recorrer “el país más grande del mundo“, desde el Océano Pacífico al Mar Báltico, desde Siberia a Europa, a través de más 10.000 kilómetros.
Pocos instantes después la megafonía presentó a Putin y al presidente del COI, Thomas Bach, los espectadores se pusieron de pie y un coro masculino interpretó el himno de Rusia.