luchadores
Flores, quien tiene tres hermanas, y Mark Álvarez, uno de seis hijos de una familia oriunda de El Progreso, llegaron becados a la capital de Guatemala cuando tenían 14 años —actualmente tienen 16 y 17 años, respectivamente— y están cerca de graduarse de bachilleres en computación.
Los atletas comentaron que dejar sus pueblos y alejarse de sus familias ha sido muy difícil, pero ha valido la pena cada noche que extrañan a sus papás y hermanos, por el triunfo recientemente alcanzado en el deporte y académicamente.