El delantero francés explicó que su quenelle fue en homenaje a su amigo Dieudonné, el humorista que popularizó el gesto en Francia, y acusó a los ministros galos de no saber “qué significa verdaderamente”. Según él, se trata simplemente de un símbolo antisistema.
De esta forma Anelka respondía a las críticas que ha recibido en Francia después de que el sábado celebrara un gol con una quenelle. La ministra de Deportes francesa, Valérie Fourneyron, tildó el gesto de Anelka de “provocación asquerosa” y la Federación Inglesa anunció la apertura de un expediente al jugador galo.
El gesto consiste en extender un brazo hacia el suelo y cruzar la mano contraria sobre el hombro, en lo que algunas asociaciones detectan una alusión al saludo nazi.
Anelka, de 34 años, arrastra un historial de polémicas en Francia. La penúltima, cuando en el Mundial de Sudáfrica lideró un motín de los jugadores contra el seleccionador que le costó 18 partidos de sanción como internacional y supuso su retirada del combinado nacional.