El resultado permite al conjunto de José Mourinho mantenerse una jornada más al frente de la tabla, a salvo del Arsenal, que saltará al Emirates esta tarde para medirse al Sunderland con cuatro puntos de desventaja respecto a sus vecinos del oeste de Londres.
Mourinho podía contar hoy de nuevo con Terry después de tres partidos de baja por una distensión muscular en el glúteo, mientras que David Luiz se quedó fuera por precaución, tras sufrir igualmente un problema muscular.
El Everton no ha brillado fuera de casa esta temporada -ha empatado seis y ha perdido cuatro de los catorce encuentros que ha jugado fuera de su estadio-, si bien hoy salía especialmente motivado al campo para tratar de evitar que el Tottenham, quinto en la tabla de la Premier, ponga tierra de por medio con los de Roberto Martínez.
Los “blues” controlaron el balón desde el inicio del partido, pero los visitantes establecieron un entramado defensivo que resultó inexpugnable para los locales durante un primer tiempo en el que el camerunés Samuel Etoo lideró el ataque del Chelsea.
Tras el descanso, los de Mourinho salieron encendidos y nada más iniciarse el segundo tiempo pusieron contra las cuerdas a un Everton que se salvó de un remate desde dentro del área de Frank Lampard gracias a los reflejos de Howard.
El guardameta de los de Roberto Martínez, especialmente acertado esta tarde hasta la desafortunada jugada del gol, evitó una vez más acto seguido que el 0-0 inicial se moviera del marcador al rechazar dos remates consecutivos de los locales.
El belga Edin Hazard disparó primero desde dentro del área. Al rechace esperaba el serbio Branislav Ivanovic, que lanzó un tiro a bocajarro que se estrelló en el cuerpo del portero de la selección de Estados Unidos.
El Chelsea dominaba el partido con claridad y creaba ocasiones de gol una detrás de otra, pero el primer tanto se resistía a llegar y Mourinho decidió sacar refuerzos para su ataque.
El español Fernando Torres salió por el brasileño Willian y se situó en el centro, mientras que Etoo se retiró pocos minutos después al banquillo.
Cuando pasaban dos minutos del tiempo añadido y el empate parecía labrado en piedra el marcador de Stamford Bridge, llegó Lampard y lanzó una lejana falta que confundió a Howard, quien, presionado por Terry, vio como el balón se le escurría para acabar al fondo de su red.