Instaurado en el 2011, el Fair play financiero es el instrumento utilizado por la Uefa para impedir que los clubes participantes en competiciones europeas (Liga de Campeones y Europa League) gasten más dinero del que generan con su propia actividad.
El déficit entre los ingresos y los gastos no puede exceder los €30 millones acumulados en un periodo de tres años.
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En caso de infracción, la Uefa puede sancionar a los clubes con castigos que pueden ir desde una simple advertencia a la exclusión de las competiciones europeas o la prohibición de fichar nuevos jugadores.
El París SG ya fue sancionado en el pasado, aunque no recibió el castigo máximo: la exclusión de las competiciones europeas.
El club francés no es el único que está en el punto de mira de la Uefa, ya que el AC Milan también está siendo actualmente investigado.
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