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Se despide una leyenda del futbol nacional: Don Rubén Amorín

El técnico más exitoso del futbol guatemalteco, el uruguayo Rubén Amorín, falleció este miércoles a las 10 horas, en su casa de habitación. El estratega sudamericano dejó un legado imborrable en la historia del balompié nacional.

Rubén Amorín padecía Alzheimer, enfermedad que lo acompañó en los últimos años pero que no le hizo perder su buen humor, su gran personalidad, y sobretodo su amor al futbol.

 

Amorín nació un 6 de noviembre de 1927 en Montevideo, Uruguay, se inició en el futbol a los 15 años y llegó al país un 7 de diciembre de 1951 para jugar con el Guatemala Deportiva. Sin saber que su corazón y destino se quedarían aquí.

 

Se casó con doña “Paquita”, quien lo cuidó y mantuvo vivos los recuerdos que poco a poco se escapaban de la mente del gran entrenador. Amorín tuvo cuatro hijos: Luis Rubén, Julián Darío, María del Rosario y Ana Isabel.

 

Su carrera como técnico inició en 1958, cuando dirigió al representativo de Quiché, al cual hizo campeón departamental.

 

Con Aurora ganó el primero de sus ocho campeonatos nacionales, una labor que comenzó en 1964, luego llegó el segundo en 1966 y dos más en 1967 y 1984. Además, están cuatro subcampeonatos con ese equipo y tres cetros con Municipal, con el que fue campeón de Concacaf en 1974.

En 1967, al mando de la Selección de Guatemala, logró ganar, invicto, el Tercer Campeonato de Naciones de la Concacaf (NORCECA), jugado en Honduras.

 

Rubén Amorín dejó el deporte de sus amores en 1994, cuando se retiró de la dirección técnica de Comunicaciones, equipo al que le dio un título.