La protesta de los sindicatos había suscitado una intensa polémica en Portugal debido a que está programada para cuatro días consecutivos (del 27 al 30 de diciembre) y en plenas Navidades.
De los doce sindicatos convocantes, nueve de ellos acabaron por retirarse tras llegar a un acuerdo con el Ejecutivo para negociar algunas de las condiciones de la venta de TAP, actualmente en manos del Estado luso, a una empresa privada.
Los otros tres sindicatos, que agrupan a cerca de la mitad de toda la plantilla, mantienen esta huelga de cuatro días, aunque recomendaron a sus afiliados presentarse a sus puestos de trabajo debido a la decisión del Gobierno de recurrir a la “intervención civil” de la aerolínea.
Esta medida, de carácter extraordinario, sólo se ha utilizado tres veces en los últimos veinte años, permite castigar con una sanción penal a aquellos trabajadores que hagan huelga, aunque sólo puede ser aprobada en consejo de ministros y en casos en los que se vea afectado el interés público.
El paro fue anunciado el pasado 11 de diciembre, y una semana más tarde el Ejecutivo del primer ministro Pedro Passos Coelho contestó la movilización con esta “intervención civil” .
Del 27 al 30 de diciembre TAP tiene previsto operar más de 1 mil 100 vuelos, con un volumen de pasajeros inicialmente calculado en torno a 130 mil personas.
EFE