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Las sorprendentes inversiones de Laurene Powell, la multimillonaria y enigmática viuda de Steve Jobs

Pocas veces Laurene Powell, la viuda del cofundador de Apple Steve Jobs, da entrevistas o hace apariciones públicas. Es por eso que en muchos sentidos su vida ha mantenido un bajo perfil.

Hace unos días la prensa estadounidense ha informado que la multimillonaria más rica de Silicon Valley está en conversaciones para comprar un equipo de baloncesto, otro de hockey sobre hielo y un gigantesco centro de eventos.

Se trataría de la compra del 20% de Monumental Sports & Entertainment, un conglomerado que es dueño del equipo de baloncesto Wizards -de la NBA-, del equipo de hockey sobre hielo NHL Capitals y del centro deportivo y de entretenimiento Capital One Arena, según los detalles publicados por el periódico estadounidense The Washington Post .

La inversión, estimada en cientos de millones de dólares y que la convertiría en la segunda mayor dueña del holding, no habría sido anunciada oficialmente porque estaría sujeta a la aprobación final de la NBA y de la NHL (Liga Nacional de Hockey).

Powell, la quinta mujer más rica del mundo, tiene una fortuna estimada en US$20 mil millones , según el ranking de la revista económica Forbes.

Luego que Steve Jobs muriera de cáncer en 2011, Powell heredó una significativa participación en la propiedad de Apple y en Disney que ha seguido administrando hasta el día hoy.

La empresaria -nacida en Nueva Jersey- ha hecho inversiones en algunos medios de comunicación como The Atlantic, que actualmente tiene una agenda política opositora al presidente estadounidense Donald Trump.

Pero una gigantesca apuesta en el terreno deportivo, un área de negocios tradicionalmente dominada por hombres, aparece como una novedad en su trayectoria.

Contra Trump y a favor de los inmigrantes

Powell, vegetariana de 53 años, es una filántropa que ha creado varias fundaciones para apoyar causas sociales.

En Estados Unidos se le conoce por apoyar al Partido Demócrata. De hecho, en la última campaña presidencial, financió y entregó su voto de confianza a la campaña de Hilary Clinton, con quien tendría una relación de amistad muy cercana.

Este año salió a criticar la decisión del gobierno de Trump de poner fin a DACA, una política creada por el anterior presidente, el demócrata Barack Obama, que protege de la deportación a más de 700 mil jóvenes inmigrantes indocumentados conocidos como dreamers (soñadores).

“Aquellos que toman el riesgo de venir acá, dejando todo atrás, son las personas que queremos en nuestro país, son los innovadores, los emprendedores, los creadores y cerrarnos a eso, es ignorar nuestra historia y nuestro futuro” , dijo Powell hace unas semanas durante un viaje que hizo a la frontera con México .

Powell en Wall Street

Mucho antes de conocer a Jobs, la multimillonaria había comenzado una carrera en el mundo de los negocios.
Obtuvo dos licenciaturas en economía y ciencias políticas, además de una maestría en administración y negocios por la Universidad de Stanford, de California.

Powell trabajó para Merrill Lynch Asset Management y pasó tres años en Goldman Sachs como estratega de operaciones de renta fija.

A comienzos de la década de 1990 fundó Terravera, una compañía de comida natural que desarrollaba productos orgánicos como legumbres y granos para la industria alimentaria.

Unos años después creó College Track, una organización sin fines de lucro para promover la formación educacional de estudiantes de bajos ingresos.

En los 2000 Powell inició Emerson Collective, una organización que entrega becas y financia proyectos relacionados con temas de inmigración, justicia social y educación.

Y en 2015 se comprometió con más de US$50 millones en el proyecto XQ: The Super School Project una competición donde los concursantes se la juegan por presentar proyectos para rediseñar los contenidos educativos que se enseñan en la escuelas secundarias.

“Hay una gigantesca diferencia entre lo que los estudiantes quieren para su futuro y lo que las escuelas les están ofreciendo”, declaró Powell al periódico británico The Times .

Además de sus fundaciones e inversiones personales, la millonaria de Silicon Valley forma parte de varios directorios de organizaciones sin fines de lucro.

La boda con un monje zen

Cuando Powell estudiaba en la Universidad de Stanford, conoció a Jobs al asistir a una de sus conferencias. Comenzaron una relación y en 1991 se casaron en el Hotel Ahwahnee, en el Parque Nacional de Yosemite, ubicado a 320 kilómetros al este de San Francisco, en California, en una ceremonia presidida por un monje budista zen.

Tuvieron tres hijos: Reed, Erin y Eve. Con el paso de los años, la pareja hizo todo lo posible por mantener la privacidad de su familia, pero poco a poco se han ido filtrando algunos detalles.

Mucho antes de conocer a la empresaria, Jobs tuvo una hija, Lisa Nicole Brennan-Jobs, quien por años no fue reconocida.

Y lo que se ha publicado prensa nacional es que Powell habría jugado un papel clave en convencer a su esposo de que reconociera a la niña. Algo que finalmente el fundador de Apple hizo.

Fotografías, testimonios de amigos y la biografía de Steve Jobs escrita por Walter Isaacson, han dejado testimonio de que el creador del Mac, del iPod, del iPhone y del iPad, tenía una relación muy cercana con Powell.

Una de sus conocidas declaraciones sobre Powell la dejaba en un excelente lugar.

“No podría haberlo hecho mejor, porque Laurene no solo es inteligente y hermosa, es una muy buena persona”.

“Mi relación con el dinero”

En el libro de Isaacson la empresaria se refirió a un par de temas que en alguna medida retratan lo que ha sido su trayectoria de inversionista y filántropa.

“Mi relación con el dinero es que lo veo como una herramienta, pero no es algo que forma parte de lo que yo soy”.

Trascendió que la multimillonaria rechazó el libro porque mostraba a su esposo como un tipo contradictorio, arrogante, sensible, vulnerable y al mismo tiempo déspota.

Ella, sin embargo, no hizo declaraciones al respecto.

Lo que Powell sí salió a rechazar públicamente fue la película Steve Jobs de Aaron Sorkin, en la que el actor Michael Fassbender encarnó al fundador de Apple, calificándola de “ficción”.

La empresaria -que vive en la mansión familiar de Palo Alto, California- no solo heredó una gigantesca fortuna, sino que la hizo crecer diversificando sus inversiones y combinando el manejo financiero con el impacto social de su riqueza.

Ahora, por primera vez, se estaría lanzando a la aventura de hacer inversiones deportivas. Pero hasta que no se confirme oficialmente el trato, el capítulo seguirá abierto.

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