Economía

¿De verdad funcionan las incubadoras de negocio? El plan para no equivocarse al escalar

Una incubadora que está haciendo bien su trabajo, no solamente presta la plataforma para el desarrollo del negocio, si no que formula estrategias de sostenimiento en el tiempo, de manera que la empresa incubada encuentre el camino más efectivo para comercializarse.

Dentro de una incubadora, un proyecto empresarial aprende a dar sus primeros pasos para que al cabo de un periodo, pueda salir al mercado e independizarse, un ejemplo es el Polsky Center de Chicago, en EE. UU. (Foto Prensa Libre: N. Gándara)

Dentro de una incubadora, un proyecto empresarial aprende a dar sus primeros pasos para que al cabo de un periodo, pueda salir al mercado e independizarse, un ejemplo es el Polsky Center de Chicago, en EE. UU. (Foto Prensa Libre: N. Gándara)

Previo a profundizar en el tema es importante definir el concepto de incubadora y la diferencia con una aceleradora de negocios.

Ambas ayudan a estimular el crecimiento de las personas y la creación de nuevas empresas.

Sin embargo, las incubadoras apoyan normalmente a empresas pequeñas, con el fin de propiciar su expansión y crecimiento, en cambio las aceleradoras, por su parte, priorizan empresas en expansión y con gran potencial de crecimiento.

Otra diferencia entre incubadoras y aceleradoras es que éstas últimas son financiadas a través de capital privado. A diferencia de las incubadoras que pueden recibir presupuestos gubernamentales o de las instituciones de enseñanza (sector privado).

Casos de éxito

 

Un ejemplo de incubadora exitosa es el Centro Polsky para el Emprendimiento y la Innovación de la Universidad de Chicago, que se le conoce como la escuela de negocios número uno en Estados Unidos, donde los estudiantes emprendedores aprenden a cerrar la brecha entre el conocimiento y la práctica.

Compañías como Grubhub y Braintree cuentan con el Centro Polsky como un catalizador de su éxito. También, la incubadora de empresas de alimentos y bebidas Cleveland Avenue apoya la innovación en su industria, donde empresas exitosas como Beyond Meat han recibido apoyo.

Michael Alter, docente de la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago habló con Prensa Libre e identificó los retos en común que enfrentan las startups en su intento por expandirse en el mercado, desde el financiamiento hasta la distribución de productos y la estructura corporativa.

“Emprender un negocio requiere decisión y determinación, pero hacer crecer una pequeña empresa es aún más duro. Pasar de emplear diez personas a un millar requiere una estructura organizativa más complicada, asumiendo riesgos y el reto de fomentar valores corporativos”, comentó Alter.

Michael Alter, conversó con periodistas que participaron en la gira Foreign Press Center Global Reporting Tour en el centro Polsky. (Foto Prensa Libre: Natiana Gándara)

El primer reto para una startup cuando empieza a crecer está en la distribución, desde las ventas hasta los diversos factores en torno a sacar un producto al mercado.

El segundo, tiene que ver con rodearse y contratar a los perfiles adecuados para hacer cambios en el equipo; además, el rol del fundador y/o CEO (gerente general) se relacionan con mejorar su capacidad de liderazgo.

Otro punto que la gente suele olvidar es el dinero, “expandirse es costoso y si el dinero se acaba es un gran problema”, enfatizó el catedrático.

El último reto que complica a los emprendedores es la necesidad de procesar normas estructurales como parte de la misión de la empresa. “No puede pedirle a alguien que participe en un evento deportivo sin darle las reglas de juego. Se debe tener un conjunto de normas que todos entiendan y sepan cómo actuar a medida que crece la empresa”.

Y por último y no menos importante es la comunicación con los clientes, “La fase de arranque de un negocio siempre tiene que ver con el producto y saber si cubre una necesidad en el mercado de forma adecuada; la segunda parte de escalar es sobre la distribución”, dijo el exgerente general de la tienda de accesorios de moda masculina The Tie Bar.

¿Qué debe reunir una incubadora?

 

  • Apoyo administrativo: Todo lo referente a temas técnicos, financieros, contables, impositivos y lo que se requiera para establecer la figura legal de la empresa.
  • Estrategia: Desde la misión y visión de la empresa, hasta la forma de plantear su plan de negocio, la base de clientes y cómo utilizar el mercadeo y la promoción a su favor.
  • Desarrollo del negocio: La asesoría busca acercar a la empresa a su modelo de negocio ideal para asegurar su permanencia en el mercado.
  • Gestión de talento: El emprendedor recibe capacitación sobre cómo gerenciar el proyecto y el tipo de recurso humano que le ayudará a cumplir sus objetivos.
  • Dispone de áreas comunes de trabajo: Esto permite contacto con otros emprendedores, y cercanía con proveedores de servicios, bancos y otros asesores.
  • Asesoría legal: Una de las mayores necesidades del emprendedor en esta etapa es proteger su idea con todas las armas legales de propiedad intelectual que existen.
  • Crear una red: Obtener vínculos con academia y universidades, mentores, proveedores, clusters, coaching, alianzas con profesionales del ramo y el apoyo de otros emprendedores.
El Centro Polsky para el Emprendimiento y la Innovación cierra la brecha entre el conocimiento y la práctica, la idea y la acción. (Foto Prensa Libre: Natiana Gándara)

¿Por qué es útil una incubadora?

 

  • Dentro de una incubadora de negocios, una nueva empresa tiene menos posibilidades de fracasar.
  • La empresa que nació en una incubadora puede perdurar en el mercado por más tiempo
  • Los productos de una empresa incubada son de calidad, se producen en cantidades apropiadas y desde luego, son rentables.
  • La creatividad y persistencia del emprendedor se potencian dentro de la incubadora para convertirse en proyectos empresariales.
  • La primera y más importante promesa es la supervivencia de la idea. En sus inicios, un proyecto empresarial es vulnerable como un recién nacido. Sin los cuidados básicos, su desarrollo peligrará.
Elizabeth Koprucki, directora del Fab Lab del Centro Polsky en Chicago ayuda a los emprendedores a crear prototipos de sus productos. (Foto Prensa Libre: Natiana Gándara)

Dentro de una incubadora, un proyecto empresarial aprende a dar sus primeros pasos para que al cabo de un periodo corto, pueda salir al mercado e independizarse.

Según la National Small Business Administration de los Estados Unidos (NBIA), al cabo de tres años, “la tasa de éxito para negocios incubados oscila entre el 75 y el 80%, frente al 20 o 25% que reportan los nuevos negocios no incubados.

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