Economía

¡Dime cómo escribes y te diré quién eres!

El presente artículo tiene una causal, personas que escriben señalando que hoy muchos deben negociar con personas de las que solo reciben correos, notas, propuestas y cartas. 

Gran parte de lo escrito en temas de negociación lo hemos dirigido a la necesidad de observar: gestos, expresiones faciales, formas de saludar, apariencia, presentación, paralenguaje y proximidad; hoy apuntamos a lo que se escribe.

El psicólogo James Pennebaker, de la Universidad de Texas, presenta un programa de recuento de cierto número de palabras en los textos escritos, donde, por ejemplo, el uso de la primera persona del singular, tercera del plural, preposiciones, artículos, verbos y conjunciones son clave.

No es el contenido lo importante, sino palabras aparentemente intrascendentes, aquellas que son menos conscientes y por ende poco expuestas a la manipulación de quien escribe.

En estudios sobre textos terroristas, se observó de modo significativo el poco uso de verbos en pasado; los científicos entendieron este aspecto como un reflejo de escaso interés en recordar hechos acaecidos.

También encuentran un elevado uso de pronombres en tercera persona del plural (ellos), lo que implica una frontera con el enemigo; en una mesa de negociación podría resultar muy interesante saber qué piensa la otra parte o cómo nos evalúa, y preparar una estrategia.

El uso del yo podría indicar un exagerado egoísmo, inseguridad y una acción defensiva, con altas posibilidades de aislamiento; todos, elementos importantes frente a una negociación donde lo que buscamos es disminuir la confrontación y establecer la cooperación, siendo este aspecto fundamental para el estudio de un texto dentro de una negociación.

Revisemos una investigación hecha por Pennebaker y Stirmann, que señalan que al estudiar 300 obras de 9 poetas, encontraron que aquellos que usaban las palabras yo, mío, me y a mí, en su mayoría se habían suicidado.

Muy probablemente, debemos seguir investigando, ocúpese de leer con detalle a la persona con la que va entablar una negociación, contratar y decidir sobre nuestro futuro emocional.
Hasta la próxima.