Economía

El llanto de las rosas

Sin duda, dentro de las aspiraciones para mejorar el clima de negocios en Guatemala, que buena falta le hace para retener las inversiones y paliar la tendencia a la desaceleración económica, el tener un país con instituciones fuertes, justicia cumplida y certeza jurídica son ingredientes fundamentales.

Las reformas a la constitución, se presentaron como una opción que dirigida cuidadosamente, apuntaba a lograr esas instituciones fuertes y justicia pronta y cumplida, dando con ello también cumplimiento a lo que la población demandó en la plaza y en las urnas, que fue tener instituciones sólidas, vinculadas a la justicia, libres de presiones y con ello, combatir la corrupción y depurar otros entes encargados de representar los intereses de la población y en particular los partidos políticos.

Sin embargo, lo ocurrido en las últimas semanas nos deja con ese sinsabor de que en algún lado se perdió el camino emprendido que había venido dando pasos loables a lo largo del año por una ruta, que parecía que con un poco más de tiempo nos llevaría a alcanzar las aspiraciones.

Hoy lamentablemente las rosas que marcaron la diferencia frente al Congreso están llorando, como lo dice la conocida canción.

La pregunta que todos nos hacemos es ¿qué paso? quién intervino equivocadamente para hacer fracasar un proceso que la sociedad guatemalteca con un buen aporte del MP y la Cicig, había venido encaminando con muestras de madurez, sabiduría y entendimiento de la democracia.

¿Por qué mezclaron cosas que de antemano se sabía que pondrían en riesgo los grandes objetivos? Fue quizás alguien que no conoce ¿qué piensa y cómo funciona la sociedad guatemalteca? ¿Quién quiso irrespetarla? Es que acaso desconocen que aquí, todos quieren ser escuchados.

Hoy nos encontramos todos confundidos con más dudas que respuestas.

Ciertamente unos creían que la Constitución tiene que ser reformada, otra corriente que no, pues bastaba con cambios a la legislación ordinaria para corregir los errores que causó la infiltración de fuerzas políticas y oscuras en la designación de las cortes. Esto último quizá fue la motivación más importante para una participación tan activa en las mesas de diálogo.

Profesionales muy reconocidos dieron muchos aportes, sin embargo parte del fracaso se encuentra ahí, porque se oyó, pero no se escuchó; además, no se asignó el tiempo que un proceso de esta naturaleza requiere.

Porque las instituciones que han jugado un rol clave en todo esto, como son la fiscalía y la Cicig ¿se apresuraron?

Porque introdujeron el tema de justicia indígena, que como ellos mismos han repetido continuamente, ha venido funcionando muy bien entregando los índices más bajos de criminalidad en sus territoritos.

¿Por qué si esta tan bien hay que cambiarla? Como población no entendemos. Por qué no explicar un poco más de qué se trata, ¿cómo se interrelaciona una justicia con la otra? ¿Por qué asegurar de antemano un fracaso de la consulta popular? Verdaderamente es muy confuso.

Este proceso no puede abortarse. Es demasiado lo que el país tendría que perder. Y demasiado lo que las fuerzas oscuras ganarían. Que la razón entre en todos aquellos que les está tocando escribir la historia de Guatemala. Explíquennos un poco más, no todos somos abogados. Hagan un acto de humildad y vuelvan a empezar. Tengan la seguridad que habremos miles que los vamos a apoyar.

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