El proyecto consiste en la instalación de 120 pozos a lo largo del vertedero, para aprovechar el metano que despide la basura.
Esto servirá para la generación de electricidad y calentar agua, y la disminución de la contaminación ambiental en aquel lugar. Además, con este tipo de gas se pueden vender certificados de carbono.
El potencial proyectado de generación de electricidad son cuatro megavatios, aunque para el primer año de operación se estima alcanzar entre uno y dos megavatios, los cuales se venderían a las empresas recicladoras que operan en el lugar, explicó Siliezar.
Por las noches, la generación eléctrica del lugar podría entrar al Sistema Nacional Interconectado (SIN), agregó el ejecutivo.
Con el vapor del gas se puede calentar el agua que usan los recolectores de basura para su higiene personal, dijo García.
Los bonos de carbono
Pero el principal objetivo será obtener créditos de carbono, a través de la quema del metano, y así convertirlo en dióxido de carbono; el metano es 21 veces más perjudicial al ambiente —en términos de calentamiento global— que el dióxido de carbono, explicó García.
El relleno sanitario de la zona 3 recibe cerca de dos mil toneladas de basura al día, y lo que se busca con este proyecto es producir un promedio de 70 mil toneladas de dióxido de carbono por año, en el período 2012-2016, agregaron los entrevistados.
Un crédito de carbono es el equivalente a una tonelada de dióxido de carbono. Hasta el 2000 tenían un precio de US$5 por cada crédito, posteriormente subió a US$35 y durante la crisis del 2009 bajó a US$9.
En la actualidad se cotiza en alrededor de US$19, explicó Siliézar.
El biogás es un combustible del grupo de biomasa y proviene de un vertedero. Se conforma de varios gases subproductos de la descomposición los residuos orgánicos sólidos urbanos en condiciones anaeróbicas es decir, fermentación en ausencia de oxígeno.
Nuevo intento
El nuevo proyecto sucede al que antes ejecutaba la empresa Carbón Trade, y que quedó suspendido por diferencias con los propietarios de los terrenos que ocupan ahora el relleno sanitario.
Actualmente están en la fase para obtener las licencias ambientales y la certificación de la ONU para la venta de bonos de carbono.
Un porcentaje de las ganancias del proyecto será pagado a un fondo o comisión de donación ambiental que se conformará para el efecto. Los entrevistados agregaron que también se busca promover la salud y educación ambiental.
García y Siliézar dijeron que hay otro plan similar para relleno sanitario de Las Periqueras, Amatitlán, donde ya se les dio una concesión de 25 años, pero están pendientes de algunos trámites.
En este lugar se reciben 500 toneladas de basura al día y tiene y potencial para generar un megavatio.