Economía

Este guatemalteco emigró, aprendió de construcción y ya publicó dos libros en Amazon

“Con Q1,500 al mes no me alcanzaba para vivir”, dice Belisario Baltazar, originario de Tejutla, San Marcos. Su historia no es muy diferente a la de miles de guatemaltecos que se van del país porque perciben que tocaron “techo” en cuanto a oportunidades de superación, sobre todo en el plano laboral.

"Azares del destino, la historia de un poeta" y "La idea de soñar en grande" son los dos libros que el marquense publicó desde EE.UU. (Prensa Libre: Cortesía)

"Azares del destino, la historia de un poeta" y "La idea de soñar en grande" son los dos libros que el marquense publicó desde EE.UU. (Prensa Libre: Cortesía)

Belisario Baltazar logró completar cuatro semestres en la carrera de Auditoría. Trabajó en una cooperativa, en una empresa de refrescos, fue catedrático en un colegio privado y en un almacén de electrodomésticos.

Belisario Baltazar logró completar cuatro semestres en la carrera de Auditoría. Trabajó en una cooperativa, en una empresa de refrescos, fue catedrático en un colegio privado y en un almacén de electrodomésticos.

Originario de la Aldea Las Delicias, de Tejutla, San Marcos, a sus 24 años tuvo una amarga experiencia laboral que lo hizo buscar mejores oportunidades, pero desde su testimonio, no consiguió más que un salario mensual de Q1,500 en el mencionado almacén de electrodomésticos, monto que, según cuenta, no era suficiente para cubrir sus necesidades de renta y de deudas pendientes.

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Pagar para sufrir: La travesía hacia EE. UU.

En noviembre de 2016 tomó una decisión que marcaría su vida: irse a Estados Unidos por su cuenta.

“Uno paga mucho dinero para sufrir”, cuenta Baltazar en una entrevista a Prensa Libre. “Todos dormíamos en el suelo con cartones y una chamarra para cubrirnos del frío. Viajamos en autobús, en carros particulares, en taxi, en camiones que llevaban frutas y verduras. Esto solo fue el paso por México”, recuerda el marquense.

De Chiapas a Puebla. De Puebla a San Luis Potosí. De Durango a Nuevo León, todos estados mexicanos, formaron parte del peligroso recorrido que dio para buscar una vida diferente de la que conocía.

“Para llegar a la frontera, nos mandaron en el camarote del bus. El aire se nos estaba acabando, no sabíamos en dónde se prendía el aire acondicionado. Pero gracias a Dios sobrevivimos los cinco que íbamos metidos allí. En la frontera te tratan como un animal. Estuvimos como hasta 80 personas en un lugar bien pequeño” narra.

El Río Bravo lo cruzaron en una balsa de aire. Durante tres días y tres noches, caminaron por Texas solo con un galón de agua y un poco de comida.

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Entre libros de estudio y cemento

En Guatemala trabajó como perito contador, pero eso no contaba como experiencia laboral para un migrante.

“Vine a trabajar barriendo en los lugares donde estaban construyendo. Poco a poco fui aprendiendo el oficio de colocar tabla yeso, así como a hacer las paredes interiores en edificios. A este oficio le llaman steel framing, que es lo que actualmente hago. Tuve que comprar mis propias herramientas”, cuenta Baltazar.

Otro guatemalteco le echó una mano, el creador de Duolingo, Luis Von Ahn. Porque con esa aplicación aprendió a pronunciar el inglés. Con los meses se mudó a Nebraska, donde pudo afinar el idioma.

Belisario, durante una firma de autógrafos de su primer libro. (Prensa Libre: Cortesía)

 

Según su experiencia, no había tiempo para descansar. “Trabajaba durante 10 horas de 7 a 5.30 de la tarde, llegaba a las 6 a donde vivía, me cambiaba y luego iba a estudiar. Salía hasta las 9 de la noche, muchas veces aguanté hambre, pero quería aprender” reflexiona.

Cuando adoptó el oficio de framing, logró comunicarse mejor con proveedores, compañeros y clientes que no hablaban español. “Además, eso me llevó a conocer estados como Dakota del Sur, Dakota del Norte, Iowa y Minnesota. Luego me establecí aquí en Nebraska” continúa.

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Un poeta guatemalteco en Nebraska

Lo de la literatura se le dio desde niño. “Inicié declamando poemas a los 5 años de edad cuando cursaba el primer grado de primaria. A los 8, gané el concurso de declamación en mi municipio, luego obtuve un segundo lugar a nivel del departamento” recuerda.

Luego de un proceso en que no siempre tuvo la motivación al tope, el 15 de diciembre del 2018 publicó “La idea de soñar en grande”.

Captura: Amazon.com

El nuevo libro se llama “Azares del destino: La historia de un poeta”. De su experiencia cuenta: “Tres meses después, estaba viendo terminado mi segundo libro, el cual está basado en uno que comencé a escribir en Guatemala y que contiene mis mejores poemas hasta el año 2016”.

Captura: Amazon.com

Una de las primeras tareas que se autoimpuso estando laboralmente establecido, fue documentarse para saber cómo registrar y publicar su primer libro. En retrospectiva, cree que pudo lograr todo lo emprendido en Guatemala, “solo que allá quizá no tuve ese interés… estaba durmiendo y decidí hacer otras cosas”.

Los libros están disponibles en Amazon para versión impresa y versión digital están en Amazon Kindle, Google Books y Kobo.

Ahora Baltazar, con dos publicaciones a cuestas, sueña con ganarse la vida impartiendo conferencias y de compartir lo que ha escrito con otros.

“A largo plazo quiero que mis libros sean conocidos a nivel mundial. Que se escuche el apellido de mi familia en lo más alto y el nombre de Guatemala. Que vean que los guatemaltecos también hacemos la diferencia”, dice con motivación.

“La vida en EE. UU. no es como uno se la imagina”

Cuando se le preguntó si valió la pena la travesía sufrida para llegar hasta aquí, Belisario recuerda las semanas de dolor y recomienda mejor “agotar todos los recursos posibles en Guatemala. “Por ejemplo, si no funciona en San Marcos, quizá en Xela sí, porque las oportunidades uno las busca”.

Su visión no es alentar a la gente a pasar lo que él pasó. “Es importante que las empresas creen mejores oportunidades para que las condiciones de vida de sus empleados mejoren y no tengan que venirse. Que se apoye el desarrollo de las pequeñas comunidades” reflexiona.

“Muchos de los guatemaltecos que un día se vinieron con el sueño de regresar en cinco años y no lo hicieron, es porque en realidad las cosas aquí no son como parecen desde allá. Yo me vine con la esperanza de ganar mucho dinero. El dinero que allá no tenía, pero no fue así” concluye, a pesar de que está orgulloso de haber plasmado su historia y contarla en cada lugar que lo invitan.

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ESCRITO POR:

Juan Manuel Fernández C.

Periodista de Prensa Libre, especializado en storytelling de negocios con 19 años de experiencias, ganador de 4 premios de periodismo incluido el Premio Nacional de Periodismo Económico de Costa Rica y el Premio: Concurso Regional de Periodismo Investigativo: “El drama humano de la exclusión social en Centroamérica”.

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