“Mientras la medida mundial de homicidios por cada 100,000 habitantes es de 6.5, nosotros en Honduras todavía superamos 80, con esto no se ve en el futuro inmediato que se estén tomando decisiones correctas para solucionar el problema de la inseguridad” , subrayó en declaraciones a Acan-Efe el analista político Raúl Pineda.
Para Pineda, Honduras “no tiene la capacidad” para combatir la violencia criminal derivada del narcotráfico, el crimen organizado y la impunidad que prevalece en el país centroamericano, fenómenos sociales cuyo “fin se ve lejano” .
Las mismas autoridades hondureñas han reconocido la poca capacidad del país para investigar los homicidios, que en un 80 % quedan impunes.
El Parlamento hondureño aprobó el pasado 22 de agosto la creación de una Policía Militar del Orden Público (PMOP) , compuesta por unos 5,000 hombres, con el fin de reducir la violencia en el país.
Muchas voces se levantaron en contra de la iniciativa, que fue calificada como una militarización peligrosa de la seguridad pública, y la atribuyeron a un desconocimiento y demagogia del Gobierno del presidente del país, Porfirio Lobo.
Además de la violencia, los hondureños también son víctimas de la pobreza, que afecta al 70 % de la población, en un país que cuenta con más de un millón de desempleados.
El coordinador del Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Víctimas de la Tortura y sus Familiares (CPTRT) , Juan Almendarez, subraya que hace “falta más voluntad política” para solventar estos problemas sociales que agobian a los hondureños.
“No solo ha habido falta de voluntad política, sino que ha faltado voluntad para reaccionar ante las políticas internacionales de dominación” , indicó.
A juicio de Almendarez, la violencia es vista “como un problema que no tiene solución, por lo que esta crece pero también crecen los gastos militares, policiales y la impunidad” .
Un informe del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) señaló que Honduras gasta el 10 % de su producto interno bruto (PIB) en seguridad, uno de los porcentajes más altos de la región.
Otra preocupación de los hondureños es el futuro de su economía, después de que el Parlamento aprobó el pasado día 21 un nuevo paquete de medidas fiscales orientadas a superar la crisis fiscal inédita que atraviesa el país.
Se trata de la Ley de Ordenamiento de las Finanzas Públicas, Control de las Exoneraciones y Medidas Antievasión, que contempla aumentar del 12 % al 15 % el Impuesto sobre Ventas (ISV) , nuevos gravámenes o elevar algunos ya vigentes para productos y servicios, además de suprimir o limitar exoneraciones, entre otros.
El director del Foro Social de Deuda Externa de Honduras (Fosdeh) , Mauricio Díaz, ha dicho que esas medidas “deprimirán más” la economía hondureña y provocarán “una caída aún mayor de la calidad de vida” de la población.
Para Díaz, los ajustes se aprobaron para que el Gobierno del presidente electo, Juan Orlando Hernández, pueda firmar un acuerdo económico con el Fondo Monetario Internacional (FMI) .
La Administración del presidente saliente, Porfirio Lobo, ha enfrentado constantes protestas callejeras de trabajadores públicos debido al incumplimiento de pago de salarios y demás beneficios contractuales, derivado de la falta de fondos públicos para ello.
Reducir la violencia criminal y la pobreza también “son los grandes retos en el corto plazo” que deberá afrontar Hernández, del gobernante Partido Nacional, quien ganó la Presidencia en los comicios de noviembre pasado con 36,89 % de los votos y asumirá el poder el 27 de enero próximo.