Economía

Los tres riesgos que corren los negocios en su interacción con las comunidades

El tema de los Derechos Humanos y empresa no es nuevo, pero se debe trabajar en implementar acciones y estrategias para el respeto de estos principios fundamentales expuso Jahir Dabroy consultor de Centro para la Acción de la Responsabilidad Social Empresarial en Guatemala (Centrarse).

Jahir Dabroy, consultor de Centrarse en tema de Derechos Humanos. (Foto, Prensa Libre: Carlos Hernández).

Jahir Dabroy, consultor de Centrarse en tema de Derechos Humanos. (Foto, Prensa Libre: Carlos Hernández).

Dabroy Trabaja acerca de relacionamientos de las empresas con comunidades locales y este 22 de mayo dirige la mesa de discusión acerca de derechos humanos como antesala del décimo segundo Foto Nacional de RSE, a efectuarse este 23 de mayo del 2019, impulsado por el Centrarse.

Menciona la necesidad de diálogo sostenible y transformación de procesos.

¿Cómo deben atender las empresas el respeto a los Derechos Humanos?

Las empresas suelen tener relación con comunidades en las cuales en conjunto van construyendo territorio y producto de esto en ocasiones se generan externalidades.

El tema de empresas y derechos humanos no es un tema nuevo. Las discusiones más fuertes se dan en La Organización de Naciones Unidas en 1982.

En su momento incluso se llegó a discutir sobre una posibilidad de convención sobre Derechos Humanos y empresa, y se llegó a la conclusión de crear 31 principios rectores en ese tema.

Estos tienen tres ámbitos de acción.

  • Uno es la protección de los derechos humanos que está a cargo el Estado, un ámbito de respeto y reparación por parte de las empresas.
  • El de respeto en el sentido que no pueden vulnerar los derechos humanos de las personas.
  • Y, de reparación para que e los casos en que no hayan sido respetados sus derechos puedan existir espacios que permitan resarcir el daño ocasionado.

¿El ámbito de Derechos Humanos y empresa es igual que responsabilidad social empresarial?

Hablar de derechos humanos y empresa tiene una lógica distinta a lo que se entiende como el tema de responsabilidad social empresarial.

La RSE es una cosa que se hace desde la empresa, aquí la empresa tiene discreción acerca de en qué procesos se puede inmiscuir para apoyar a las comunidades con las cuales tiene influencia, por ejemplo, ayudar a generar desarrollos tecnológicos, apostar a mejoras en la calidad educativa. Es como un conjunto de buenas prácticas para la empresa.

Aparte está el tema de la responsabilidad empresarial sobre derechos humanos, estos no son a discreción, sino que se deben respetar, y ahí es donde el Estado tiene un papel relevante. Pensemos que la empresa al final de cuentas es una persona jurídica, y nadie puede vulnerar o violar los derechos humanos.

¿Cuál es la situación en Guatemala?

De la mano, en pleno siglo XXI y sobre para los países con características de Guatemala, hay un fuerte impulso de esta relación de empresa y Derechos Humanos producto de que se necesita contribuir de manera activa ya que lo demanda los Objetivos de Desarrollo Sostenible a la empresa apostando a una mejora en la calidad de vida de las personas.

No podemos hablar de Derechos Humanos y empresa si no hablamos de la calidad de vida de las personas. Esto pasa por los distinto ámbitos, uno de los más obvios puede ser el tema laboral, pero también el tema de la protección y resguardo de recursos es indispensable sobre todo en función de que se pueda llegar a una solución de controversias sobre el tema, por ejemplo, en el manejo de recursos naturales.

¿Cómo las empresas pueden implementar o hacer suyas este tipo de estrategias?

Las empresas, si bien son generadores naturales de renta, porque ese es su objetivo central, han ido comprendiendo también que construir ese territorio que mencionaba al inicio implica la minimización de riesgos. El hecho de que usted no participe en una nueva oleada de relaciones entre empresas y comunidades, y en este caso también en conjunto con el Estado para lograr el respeto a los Derechos Humanos, conlleva a tres riesgos.

  • Los primeros son riesgos operacionales es decir las operaciones de la empresa pueden entrar en un momento en una situación de que puedan ser vulnerables en el sentido de toma de carreteras, que no se permita producir a determinada empresa y producto por insatisfacción de comunidades.
  • También están los riesgos legales. Hay una serie de cuestiones legales que no pueden de dejarse cumplir en materia de derechos humanos.
  • Y, tercero están los riesgos reputacionales.

Un caso, por ejemplo, se dio en Holanda en el 2005 para una fábrica de chocolates muy famosa y la más consumida en ese país, pero se evidenció una relación directa en comunidades de África en las cuales se estaba talando selva para poder sembrar cacao y muchas de las personas que estaban cultivando el cacao eran niños en relación de esclavitud.

¿A una marca le puede impactar mucho la situación de la reputación empresarial?

Sí. Las empresas no solo tienen que ver estos parámetros sino tener en cuenta cómo cumplir estas tres condiciones les permite incluso potencializar su renta y se vuelve una relación gana-gana.

Un gerente mencionaba de ejemplo que empresas sanas no pueden trabajar con personas o comunidades enfermas y también se ha mencionado que no pueden existir empresas exitosas con sociedades miserables.

Si una empresa no atiende esos tres temas se enfrenta a ciclos de muy corto plazo. Es decir, la posibilidad de potencializar sus ganancias va a ser en un período de tiempo muy reducido porque enfrentará los tres riesgos mencionados: operacionales, legales y reputacionales.

Una empresa de determinado producto jamás se arriesgaría a comprar materia prima de alguien que, pueda tener esclavitud, trabajo infantil, pueda estar usurpando recursos naturales del territorio sin haber logrado por medio de un diálogo sostenible llegar a acuerdos con las comunidades.

¿En Guatemala, qué sectores o empresas han logrado una buena práctica en esos aspectos?

Las empresas en general en Guatemala, desde inicios de la década de 1990, han venido tratando de dialogar y de transformarse.

En el proceso de discusiones de la mesa de Derechos Humanos que se efectúa en el contexto de Foro Nacional de RSE, dieron a conocer un ejemplo como el de Philips Morris de Centroamérica. El ejecutivo de esa empresa planteaba que están en un proceso de transformación y ese tema los está llevando incluso en contra de lo que podría determinar su potencial de en producción, que es la generación de humo y ellos se están viendo como una empresa libre de humo. Estarían transformando su principal forma de hacer negocio. Le están apostando fuertemente a la investigación y desarrollo.

¿Qué se puede aprender de esa experiencia?

El nivel de posibilidad de transformación es lo que nos indica que tanto nos podemos adaptar a las demás circunstancias de un mercado globalizado.

Creo que aportar en la investigación y desarrollo está la clave, por eso es necesario impulsar la idea de que las empresas deben de generar investigación y desarrollo a nivel nacional y sobre todo tener la lógica de mejorar en el ranking nacional de desarrollo humano.

Hace pocos años algunos sectores fueron señalados por contaminación o desviación de ríos. ¿Qué hacer en esos casos?

Es importante fortalecer el Estado de Derecho en que todos los actores cumplan con su parte, es una responsabilidad de parte de las empresas, de parte de las comunidades y de parte del Estado. Es una cuestión tripartita en la cual se deben de lograr acuerdos que beneficien a los tres sectores, sobre todo planteando esa posibilidad de que el Estado sea ese protector de los derechos humanos.

¿Cómo las empresas deben implementar estrategia y hacer que esa parte también sea importante para los ejecutivos y los propietarios para que se les tome importancia?

Sobre todo, en sociedades como Guatemala no puede dejar de tener un enfoque empresarial donde predomine le tema de género, el tema del respeto e inclusión de la diversidad étnica.

Es un país multiétnico, estamos hablando de al menos 23 grupos culturales distintos y tiene que generar una política individual a nivel de derechos humanos.

Las experiencias que se conoces es que las políticas de derechos humanos empresariales a nivel gremial no han sido necesariamente las mejores, porque las empresas tienen presencia en distintos territorios, conviven con diferentes comunidades, no están asentados ante los mismos recursos naturales por lo tanto su estrategia tiene que ser diferenciada.

Lo básico es entender cuál es la responsabilidad de las empresas que tiene que ver sobre todo con el respeto. Y en los casos en que no se llevó a cabo ese respeto, tienen la responsabilidad de resarcir ese daño.

¿Cómo acercarse a las comunidades?

Lo que se plantea es que para tener un enfoque de derechos humanos tenemos que hablar de un diálogo sostenible. No es únicamente comunicar sino el estar dispuesto a iniciar los acercamientos, a conocer cuáles son los puntos en los cuales pueden ser divergentes a nosotros las comunidades.

Además, estar dispuestos a transformar algunas cuestiones que las empresas probablemente hicieron por décadas pero que ahora las comunidades no están necesariamente identificadas con ese tipo de procesos y básicamente lo que se apunta es poder escuchar al otro actor.

Para ello se necesita algo que se denomina diálogo genuino, no es únicamente sentarse en una mesa en una situación de poder, sino que el diálogo sea horizontal entre empresas y comunidades.

En el país persisten problemas ya demás visiones diferentes acerca de la aplicación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. ¿Qué opina al respecto?

Hay una fuerte responsabilidad de parte del Estado sobre todo por los puntos divergentes que se pueden encontrar para interpretar el convenio, pero también debe existir una actitud madura y de mejora no solo en la economía sino en las condiciones de vida de país y a crecer también términos de desarrollo humano en la cual comunidades y empresas puedan tener precisamente el diálogo sostenible. Obviamente el Estado tiene que asumir una responsabilidad porque es al que se le mandata a cumplir con el tema de las consultas para los casos en que se considere pertinente.

Hay que entender también en que las relaciones entre empresas y comunidades no necesariamente tienen como fin a una empresa generando rentas y a una comunidad resguardando recursos, sino que también hay que estar conscientes y que se honestos de que hay agendas políticas que muchas veces interrumpen ciertos procesos de diálogo que pueden ser determinantes para el desarrollo del país, que satisfaga a ambas partes.

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ESCRITO POR:

Rosa María Bolaños

Periodista de Prensa Libre especializada en medios escritos y radiales en temas de energía eléctrica, empleo, impuestos, empresas y negocios con más de 20 años de experiencia.