Economía

Sabe a café, pero su base es maíz negro

A más de dos mil 500 metros de altura en las tierras del altiplano de San Marcos, productores guatemaltecos seleccionan la mejor cosecha de maíz negro que transformarán para convertirlo en café.

Es así como surge la marca Tajumulco, el maíz hecho café, que busca conquistar nuevos mercados y traspasar las fronteras del país.

Este es un producto 100% orgánico, ya que desde su siembra hasta la cosecha está libre de fertilizantes. Valor agregado que lo hace más atractivo comercialmente.

La marca Tajumulco surgió en 2016 como un producto secundario inspirado en el tueste de granos malteados, descubriendo así el “arte de tostar para luego fusionar”.

La bebida ancestral que se prepara de manera artesanal en algunos hogares tanto en Guatemala, México y Centroamérica encontró un nicho de mercado que espera llenar por sus altas propiedades en vitaminas del grupo A, E, C y B1, además de minerales, tiamina, ácido ascórbico y su base, el maíz negro de Chimaltenango, contiene altos niveles de antioxidantes, además de fibra insoluble y carbohidratos de fácil digestión.

Se abren mercados

Alberto Sandoval, director y desarrollador del proyecto Café Tajumulco, refirió que en la actualidad producen su segunda temporada que se lanzará en Guatemala, y en mayo en México, a donde ya exportan desde hace algunos meses.

En la Ciudad de México cuentan con varios puntos de venta, y es el producto orgánico el mercado fuerte en el extranjero.

Sandoval comentó que se encuentran en negociaciones para exportar la segunda temporada a China y Colombia, países donde ya enviaron muestras y esperan una respuesta positiva en el corto plazo.

Juan Ángel de León, también encargado del desarrollo y dirección del proyecto, agregó que la calidad del producto está en la mezcla del tueste que se realiza por medio de una molienda compuesta por varios tipos de tostado que brindan la intensidad, color, aroma y sabor, para obtener un buen resultado final.

En el proceso de transformación trabajan tres personas en la selección, tostado y empacado, y cinco personas externas, divididas en cosecha de maíz y costura de telas donde va empacado el producto al vacío.

El costo final del producto empacado al alto vacío y revestido en tela típica es de Q50, y se vende en presentaciones de 500 gramos y un kilogramo.

Sandoval opinó que el café de maíz, aunque no es nuevo en Guatemala, poco se conoce. Tiene presencia en varios departamentos del país, donde lo producen en casa o en áreas rurales, pero no para comercializar.

Según los desarrolladores de Café Tajumulco, el producto se puede reproducir, siempre y cuando se tomen en cuenta los cuidados específicos al momento de tostar.

Sandoval consideró que el maíz no es un producto que reemplazará al café, “pero sí es una excelente alternativa para cambiar el ritual de beber de otra forma el aromático”.

Diego Joachín, economista, barista y experto en café, opinó que ese producto es una forma de generar un nuevo nicho de mercado dirigido a quienes disfrutan y conocen del buen café.

Joachín lo calificó de producto disruptivo que viene a competir en un mercado especializado, y desde el tema de precios este tipo de bebida es una de las más económicas, por el tipo de materia prima que utiliza.

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