Economía

Sesenta años persiguiendo un sueño

Guatemala en estos seis meses que tiene bajo su responsabilidad coordinar a los seis países centroamericanos en la tarea de lograr la integración económica, está aportando un liderazgo que refresca el proceso que como todos sabemos, ha tenido constantes alzas y bajas dependiendo de los cambiantes factores políticos en la región y del involucramiento directo de los presidentes y ministros de los países.

Como bien se dice, si se sigue haciendo lo mismo se obtienen los mismos resultados. Así que Guatemala cansada de esperar por cinco años a que la Unión Aduanera arranque con El Salvador, decidió lanzarse en una innovadora acción para iniciar con Honduras, país que ha mostrado gran receptividad y capacidad de decisión. Son alentadores los últimos acontecimientos relativos a un relanzamiento de acciones agresivas para botar obstáculos que impiden llegar a esa unión aduanera en Centroamérica.

Para países tan pequeños como los centroamericanos la integración regional en su amplio espectro, tiene una profundidad que va más allá de solamente la parte económica facilitando el libre flujo de mercancías.

Tiene que ver con el desarrollo y el bienestar de los centroamericanos. Implica una Centroamérica que negocia unida frente a grandes bloques, significa fortalecer las cadenas productivas regionales para insertarse en los grandes flujos de comercio producto de la globalización, fortalecer conjuntamente la competitividad de cada uno de los países para volverse una región atractiva para la inversión mundial, interconectar las carreteras, proveerse de energía eléctrica necesaria, preparar recurso humano internacionalizado como está ocurriendo con Panamá que se está proveyendo del talento joven de Centroamérica.

Apoyarse para enfrentar conjuntamente los desastres naturales o unir esfuerzos para el combate al narcotráfico y el crimen organizado.

Por ello, la importancia de apoyar este proceso que a pesar de todo ha sobrevivido a grandes desafíos como confortamientos armados, terremotos, huracanes y hoy, enfrentando la utilización del territorio centroamericano como centro de paso de las drogas.

Volviendo a la parte económica, el proceso de integración implica una lista muy larga de temas que hay que homologar y ello significa que los intereses regionales tienen que prevalecer sobre los nacionales o los de particulares y allí ha estado el meollo del porque han pasado 60 años sin que se haya logrado la unión aduanera. Los cambios generan tensiones dentro de los gobiernos y dentro de los sectores productivos y sistemas de servicios regionales, cuando se busca eliminar las barreras, proteccionismo y buscar facilitación.

Aun así, la integración tiene sus estrellas que lucir además de los avances en aspectos técnicos en normativa comercial uniforme, armonización de medidas sanitarias y fitosanitarias uniformidad de aranceles, reflejada en más de 50 reglamentos y normas. Las dinámicas empresariales han seguido su camino. La interconexión financiera es un hecho facilitando las transacciones. Las cadenas de transporte terrestre han hecho lo suyo, aunque son las que más sufren del caos que aún existe en las fronteras. Otro ejemplo es el encadenamiento regional del sector de vestuario y textiles quien incluso ya avanzaron a unirse a los encadenamientos mundiales de esa industria. Las convenciones regionales para exportar en conjunto también son un hecho como por ejemplo Agritrade para productos Agrícolas el Apparel Sourcing Show para vestuario, la New World Craft todos ellos exponen desde Guatemala los productos elaborados en la región. Ojalá que los tres meses que quedan bajo el liderazgo de Guatemala y los nueve meses que aún le quedan al actual ministro le permitan llegar a las metas de liberación de los pasos fronterizos para el 1 de diciembre de 2015, aduanas integradas y la compatibilización de las medidas sanitarias y fitosanitarias para el 1 de junio de este año así como cumplir con las tareas relativas a la simplificación de procesos.

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