Sus críticos aseguran que su llegada al poder es la reacción racista de los blancos contra las minorías. Pero en su gobierno la tasa de desempleo de negros e hispanos ha bajado a niveles históricos.
Como ocurre en el análisis de tantas cosas del gobierno de Trump, llegar a conclusiones sobre su legado económico es complicado.
Pero hay un tema en el que los analistas parecen estar de acuerdo: quienes más han ganado económicamente con su mandato son los más privilegiados.
Beneficios para ricos
Eso le dice a BBC Mundo Harry Holzer, académico afiliado a la Universidad de Georgetown, quien se desempeñó como economista jefe del Ministerio de Trabajo de EE. UU. durante el gobierno de Bill Clinton:
“Los mayores beneficiarios bajo Trump son las personas de altos ingresos, quienes se benefician más de sus recortes de impuestos (tanto personales y corporativos)”, afirma.
En efecto, la política económica más llamativa del actual presidente estadounidense fue la de un enorme recorte de impuestos, calificado como uno de los mayores cambios al sistema tributario estadounidense en décadas.
También se han beneficiado ciertas industrias por otra de sus políticas bandera: la de desmantelar regulaciones estatales a algunos sectores de la economía. Holzer menciona al sector financiero y al de la energía como ejemplos de lo anterior.
De ahí en adelante, sin embargo, todo es más controversial. ¿Qué tanto se ha beneficiado el estadounidense promedio?
Trump dice que sus políticas tienen contentos a las mayorías, pero Holzer asegura que “los beneficios a los trabajadores son muy modestos”.
“Han recibido recortes de impuestos muy pequeños, que se contrarrestan con los recortes en gastos públicos o aumentos de impuestos que se necesitarán en el futuro”, le dice a BBC Mundo.
Exportadores que sufren
La otra gran política económica que ha caracterizado a los dos años del gobierno de Trump, aparte del recorte de impuestos, es el proteccionismo comercial.
El mandatario amenazó con guerras comerciales simultáneas con China y la Unión Europea, además de haber forzado la renegociación del tratado de libre comercio con México y Canadá.
Y su objetivo declarado es ayudar a los obreros industriales estadounidenses, a los que describía como víctimas de las importaciones descontroladas de productos de esas naciones rivales.
Estas guerras comerciales, sin embargo, no son gratuitas. Y por cada importación que Trump bloquea, los países afectados generalmente bloquean otra exportación estadounidense.
“Las guerras comerciales limitan los beneficios que reciben los trabajadores en sectores exportadores o en los que usan los productos extranjeros que están siendo bloqueados, como el aluminio o el acero”, explica Holzer.
En otras palabras, los obreros del sector automotriz pueden estar beneficiándose de nuevas limitaciones a importaciones de autos mexicanos.
Pero las políticas de Trump perjudican a los empleados de las firmas que tienen puestas gran parte de sus esperanzas en las exportaciones, por ejemplo en las firmas de alta tecnología que ya no van a poder exportar tanto a China.
Y, en el largo plazo, los obreros sufrirán por las guerras comerciales, en la medida en que los impuestos que Trump ordenó para las importaciones de acero y aluminio encarecen la fabricación de productos estadounidenses, los hacen menos competitivos y por eso disminuyen su capacidad de generar empleo local.
Agricultores perjudicados
Paradójicamente algunos de los más perjudicados económicamente por el trumpismo son sus seguidores más acérrimos: los habitantes del mundo rural estadounidense.
Los agricultores son minoría en el país, apenas el 2% de la población. Pero, por cuenta del sistema electoral del país, tienen una enorme fuerza política, y dependen de manera especial de las exportaciones.
Conociendo su importancia política para Trump, el gobierno chino los ha escogido frecuentemente como blanco de sus revanchas comerciales a las medidas de la Casa Blanca.
Muchos agricultores estadounidenses ya están enfrentando restricciones para vender sus productos a uno de sus mercados principales, el chino, y vienen sufriendo las consecuencias.
Además, señala Holzer, los altos déficits fiscales en que ha incurrido el gobierno de Trump están llevando a una alza en las tasas de interés y a la subsecuente apreciación del dólar, lo que hace que los productos estadounidenses se encarezcan aún más, dificultando en igual medida las exportaciones.
Todo lo cual se traduce en menos dinero en el bolsillo del obrero y el campesino.
Récord de empleo para latinos
Tal vez la pregunta más controversial de todas las que se hacen sobre el impacto de las medidas económicas de Trump se refiere a cómo impactan a las minorías étnicas.
La economía estadounidense está presentando una aceleración vertiginosa. Y el desempleo de todos ha bajado a niveles no vistos en décadas, en particular el de la comunidad afro-estadounidense y el de los latinos, que han llegado a niveles históricamente bajos.
El de los negros está alrededor del 6%, el menor desde 1972. Y el desempleo de los latinos, por debajo de 5%, llegó en 2018 al punto más bajo jamás registrado en Estados Unidos.
Lo que el mandatario reivindica como un triunfo que prueba que, pese a ser acusado de racismo, su gobierno está beneficiando a los no blancos.
Holzer, sin embargo, también tiene dudas con este argumento.
“La tasa de desempleo en el corto plazo está baja para latinos y negros. Pero eso también refleja que muchos han dejado totalmente de buscar empleo y por eso no salen en las estadísticas de desempleo”, explica.
Además, la tasa de desempleo venía bajando desde antes de Trump, en una bonanza económica que comenzó durante el gobierno de Barack Obama.
Y la brecha que separa a negros y latinos de los blancos podría ir haciéndose aún más grande en el futuro, a medida que el gobierno actual recorta programas en educación pública, salud y bienestar social.
Lo político y lo económico
Si se resume el argumento que hacen muchos expertos, se llega a la conclusión de que los grandes beneficiarios de las políticas de Trump son los muy ricos.
Y a los que peor les va en su gobierno, hasta ahora, son los que trabajan en industrias que dependen en buena parte de la exportación, incluyendo a muchos de los agricultores.
Así las cosas, la gran pregunta es: ¿hasta cuando van a seguir apoyándolo políticamente, pese a que Trump parece ir contra sus intereses económicos?
Esa puede ser, ni más ni menos, una de las llaves para entender el futuro político de Estados Unidos.
