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La fe une a los pueblos

El culto a la Virgen de la Asunción se originó hacia 1571, en Xocotenango, un milperío aledaño a la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, encomendado a Pedro de Alvarado.

Templo de Asunción, Jocotenango, Sacatepéquez, construido en el siglo XVIII.

Templo de Asunción, Jocotenango, Sacatepéquez, construido en el siglo XVIII.

En ese lugar se habilitó una capilla dedicada a esa advocación mariana. Esas tierras del Valle de Panchoy actualmente comprenden el municipio de Jocotenango, Sacatepéquez.

En forma paralela se veneraba a la Virgen Asumpta, en el valle de Las Vacas o de La Ermita. Debido a los terremotos de Santa Marta, que en 1773 destruyeron Santiago de los Caballeros, las imágenes que se veneraban en esa ciudad fueron trasladadas a la nueva capital.

Perdurable

Los pobladores procedentes del Valle de Panchoy no solo llevaron sus bienes materiales, sino algo más importante: su devoción mariana, la cual heredaron a posteriores generaciones y ha perdurado por más de 200 años.

“La Virgen de la Asunción se eternizó en la tradición de dos pueblos”, dice el investigador jocoteco Ernesto Sitamul, autor del libro De Panchoy a la Ermita, que presentó esta semana en ocasión de la fiesta patronal de la capital y del décimo aniversario de consagración de la imagen de la Asunción, de Jocotenango.

Origen

El patronazgo de la Virgen de la Asunción data de 1675, cuando en las vísperas del Día de La Asunción indígenas de la sierra de Canalitos, actual zona 24, se asentaron en lo que hoy es La Parroquia Vieja, zona 6, y edificaron un templo que se terminó de construir el 15 de agosto de 1723.

A ese pueblo se le denominó La Asunción del Valle de la Ermita, según el libro La Nueva Guatemala de la Asunción, de Pedro Pérez Valenzuela (1964).

Algarabía

Aunque la festividad por la Asunción de María es religiosa, nadie puede imaginarse esta fecha sin el festejo popular y el intercambio comercial que significa la Feria de Jocotenango. El historiador Luis Luján afirma que comenzó en la década de 1620, como un mercado de artesanías y comida, autorizada por el obispo de Santiago, fray Juan Diego Zapata y Sandoval.

Imaginería

El centro y signo de esta celebración es la imagen mariana, que es llevada al cielo por varios ángeles niños.

En la fiesta del 15 de agosto destacan tres imágenes: la venerada por los jocotecos del Valle de Panchoy, consagrada en el 2005; la “Virgen de los Indios”, y la que se encuentra en el altar mayor de la iglesia La Asunción, zona 2 capitalina.

Estas esculturas provienen del Valle de Panchoy y aún no se ha identificado a sus autores.

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