“En 1945 científicos japoneses se llevaron muestras de maíz de Huehuetenango, lo sometieron a varias pruebas y descubrieron que este crece incluso bajo inundaciones”, aseveró Azurdia.
El experto reveló que sólo en ese departamento del país, existen 48 clases de maíz, que tienen diferentes ciclos de vida, según la altitud del lugar donde crece. Al crecer a diferentes ciclos el maíz puede resistir, por ejemplo, la falta de lluvia y humedad.
“Yo no me preocuparía por los efectos del cambio climático, al menos en el maíz. Hay suficiente material genético para enfrentarlo”, aseguró el coordinador del proyecto Bioseguridad.
Indicó que en una veintena de esas especies ya se ha establecido su resistencia a través de tecnología tradicional para adaptarla a diferentes tópicos como la gastronomía, por lo que se convierte en un producto autosostenible.
Con esta variedad genética Guatemala puede producir granos básicos pese a los distintos escenarios de clima que pudieran presentarse en el futuro y con ello garantizar la seguridad alimentaria de la mayoría de sus pobladores