El impacto por la falta de agua, que se suma a temperaturas que alcanzaron hasta los 39 grados centígrados la semana última, será evidente entre agosto y octubre de este año, cuando las cosechas empiecen a crecer, según el funcionario.
López dijo que el período de canícula es considerado un fenómeno natural, pero que ahora afecta en mayor medida porque hay deforestación y la falta de árboles propicia que el suelo se seque en forma más rápida que con anterioridad.