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Niños quemados en Guatemala: Noviembre y diciembre son los meses con más casos y en el país, que suman 50 mil al año

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Cada año se registran 50 mil casos de niños quemados en Guatemala. (Foto Prensa Libre: María José Bonilla)

Cada año se registran 50 mil casos de niños quemados en Guatemala. (Foto Prensa Libre: María José Bonilla)

El 26 de octubre se conmemora el Día de la prevención de quemaduras pediátricas y los dos últimos meses del año son los peores, pues entre 4 y 5 niños ingresan al Hospital Roosevelt.

Cada año unos 50 mil niños resultan con quemaduras que pude causarles la muerte, desfiguración, amputación, graves problemas respiratorios y pérdida de la vista y la mayoría de estos casos ocurre en casa.

Este 26 de octubre de conmemora el Día de la prevención de quemaduras pediátricas y las autoridades dieron a conocer que en Guatemala cada año 50 mil infantes son víctimas de estos casos y que los meses en donde más ocurren son noviembre y diciembre.

Dijo que de los 50 mil casos anuales, solamente el 10% requiere de atención.

La doctora Lourdes Santizo, jefa de la Unidad de Quemaduras Pediátricas del Hospital Roosevelt, señala que la mayoría de las quemaduras ocurren en casa, lo que representa un 85% de todos los casos. La mayoría de los incidentes ocurren en la cocina.

Explicó también que el 70% de las quemaduras en Guatemala es a consecuencia de derrame de líquidos calientes y la mayoría de niños afectados en estos accidentes tienen entre 0 y 4 años.

La segunda causa de quemaduras pediátricas es por fuego y el tercer puesto es a causa de electricidad o juegos pirotécnicos.

Santizo refirió que debido a que el ciclo escolar termina, los menores pasan más tiempo en las viviendas y eso también tiene que ver con el aumento de exposición a una eventual quemadura.

Noviembre y el peligro de los barriletes

Las autoridades piden a la población tener cuidado con los barriletes ya que los fuertes vientos suelen provocar que se enreden con cables eléctricos y allí es donde se producen accidentes y descargas eléctricas.

La doctora Santizo dijo que, por ejemplo, del 100% de pacientes con quemaduras por alto voltaje, el 38% son casos pediátricos y de este porcentaje, el 40% sufre amputación de alguna extremidad.

Afirmó que el Hospital Roosevelt recibe anualmente unos 450 casos anuales y que aunque son un hospital de referencia, muchos otros de centros asistenciales también reciben este tipo de pacientes graves.

Puntualizó que durante los tres primeros meses de la pandemia por covid-19, en 2020, hubo una disminución de 30% de ingreso de niños quemados, pues mucha gente tenía miedo de acudir a un hospital, pero luego los números se normalizaron y allí fue donde empezaron a ver que muchos niños llegaron con cicatrices muy antiguas.

Comentó que el reto más grande que tienen es tener más personal médico y paramédico y una infraestructura más amplia, porque los niños quemados deben compartir espacio con otros menores con otras patologías y eso no es cierto.

Qué hacer cuando un niño se quema

La doctora Santizo afirmó que hay muchos mitos sobre este tema, como que no es correcto echar agua sobre esta, pero dijo que sí se debe hacer para enfriar la zona y dijo que no hay que tener miedo de usar agua del chorro y que se evite usar otro tipo de sustancias.

Puntualizó que se debe cubrir la quemadura con una toalla limpia y buscar atención médica.

La profesional de la medicina señaló que las secuelas de niños con quemaduras por líquidos pueden ser tan graves como las de otros agentes como el fuego. Añadió que mientras más denso sea el líquido más grave es la quemadura.

Dijo que actualmente tienen 15 pacientes ingresados por quemaduras y además atienden a otros niños que llegan para continuar su tratamiento.

“Lo vi prenderse en llamas”

Laura, cuenta la pesadilla que vivió junto a Rubén, que cuando este tenía 5 años sufrió quemaduras en el 27% de su cuerpo por una fogata que explotó en casa.

Rubén acaba de cumplir 8 años y con una venda en la cara, camisa manga larga para ocultar las cicatrices que le dejo el fuego, narra que cuando sea grande sueña con ser científico para inventar cosas o buscar curas a enfermedades.

Hasta la fecha, Rubén ha tenido 14 intervenciones quirúrgicas, las huellas que dejó el fuego son evidentes en sus mejillas y manos.

Su mamá, al borde del llanto, narró lo que vivieron en agosto de 2020. “Lo vi prenderse en llamas”, recuerda y añade que un momento de diversión se convirtió en la peor etapa de su vida.

Además de pedir a los padres que no desatiendan a los niños sobre todo cuando están en casa, asegura que vio niños entrar con quemaduras en su cuerpo, que nunca salieron pues lamentablemente murieron.

Este es el relato de Rubén y sus sueños:

Laura, narra cómo ocurrió el accidente de Rubén.