Hay un problema de tránsito que es ineludible, en la ciudad tendría que haber 350 mil vehículos para no tener problemas. Actualmente estamos trabajando con el triple o cuádruple de esta capacidad.

En un día de pago se llega a un millón de vehículos, y lo normal es 900 mil, mientras que el 23 de diciembre se llega hasta un millón 200 mil, por lo que las condiciones del tránsito serán más difíciles.

Además se ha incrementado el parque vehicular, el cual entre 1905 y el 2005 circularon en la ciudad un millón de vehículos. Pero del 2005 al 2010 se sumó otro millón de automotores. Eso quiere decir que en los próximos años se podría triplicar.

¿En qué cantidad aumentan los accidentes en esta época?

Sí, con excepción de diciembre, en el transcurso del año se mantiene la estadística de entre 20 y 25 colisiones por día en los días más difíciles de movilidad.

En diciembre, la cantidad sube entre 35 y 40 accidentes por día, la mayor parte se denomina como graves, debido a la participación, especialmente, de transporte pesado y colectivo.

Desde el 30 de octubre entramos en alerta, y se han tenido resultados negativos para las mujeres embarazadas, personas de la tercera edad y niños.

Durante los últimos cinco días llevamos detectados cerca de 30 conductores en estado de ebriedad; el 80 por ciento se comprobó por medio de pruebas de alcoholemia y 20 por ciento era visible que conducía en ese estado.

¿Quiénes son los más propensos a causar colisiones?

Los jóvenes de entre 16 y 28 años, y no lo dice Montejo, lo dicen informes de la Organización Mundial de la Salud.

Estos accidentes involucran a jóvenes, que en este caso deberían de ser un ejemplo, porque las últimas dos generaciones han recibido capacitación en educación vial.

Lo más lamentable es que sacan el carro a escondidas, circulan sin documentación, y allí es donde está el trabajo de la PMT.

¿Qué medidas se implementan para el transporte pesado?

La mayoría de vehículos que han colisionado del transporte colectivo son precisamente extraurbanos, en los ingresos de la zona 18 y Boca del Monte.

Además hay un control específico con el transporte pesado, debido a que nos da problema cuando comienza el horario de restricción.

La mayoría de las dificultades radica en que no tienen licencia de conducir para ese tipo de transporte.

¿Quéáreas son las más peligrosas para transitar?

Las rutas que reportan mayor cantidad de incidentes viales son la carretera a El Salvador, bulevar Austriaco, calzada La Paz, el bulevar Los Próceres y la Avenida de Las Américas, especialmente, durante la madrugada.

Aunque en diciembre todas las áreas y a cualquier hora tienen como característica la congestión vehicular, que va acompañada de una oleada comercial.

En las áreas central y occidente, la mayor cantidad de accidentes están relacionados con transporte colectivo y pesado, lo cual obedece a que hay menos capacidad económica para pagar los daños a la infraestructura pública.

Mientras que en el norte y oriente, allí la característica es que los involucrados en colisiones son los vehículos livianos, lo cual obedece a que las personas tienen mayor solvencia económica.

¿Qué planes se tienen para esta problemática?

Se mantiene una campaña de prevención, que se intensifica en esta temporada. Además de los operativos, que en esta ocasión involucran a 800 agentes de la PMT, que controlan la vía pública.

En diferentes puntos de la ciudad también se han ubicado unas 150 carteleras que indican que se está monitoreando la velocidad.

A 50 mil personas se les brindó educación vial, desde colegios, visitadores médicos y militares, entre otros, de manera gratuita.

¿Hay coordinación con otras instituciones?

Sí, hemos hecho un aporte al Ministerio Público. Por ejemplo, antes nos requerían 10 casos por mes, ahora llegan a 150 solicitudes sobre hechos relacionados con tránsito o acciones delictivas.

¿Qué pasa si alguien va ebrio y lo detiene la PMT?

Es una infracción de Q500, que resulta mínima, porque lo importante es sacarlo de la ruta. La multa por exceso de velocidad es de entre Q300 y Q500.

La prueba de alcoholemia es voluntaria y no es obligatoria, pero si una persona está alcoholizada, se puede hacer un compás de espera dentro del área del operativo y se llama a un familiar.