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Qué hacen las drogas sintéticas en el cuerpo humano y qué relación tienen con las riñas y violencia en Guatemala

Las drogas de diseño son un problema real que debe ser atendido. El narcotráfico internacional también usa a Guatemala como destino para procesarlas, afirma experto en patología forense

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Miles de toneladas de precursores químicos han ingresado en el país desde 2011 provenientes principalmente de China, según autoridades. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Miles de toneladas de precursores químicos han ingresado en el país desde 2011 provenientes principalmente de China, según autoridades. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Jorge Cabrera, exdirector del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) y patólogo forense, conversó con Prensa Libre sobre las implicaciones que tiene para el país las importaciones de precursores químicos para la fabricación de drogas sintéticas.

En la charla hizo un repaso de la relación que puede tener el uso de estas sustancias en las peleas callejeras que han sido captadas en lugares como Guatemala, Escuintla, Antigua Guatemala y Quetzaltenango. En ellas se han visto comportamientos inusuales y violentos de jóvenes que oscilan entre los 17 y 39 años.

El especialista dice que luchar contra el tráfico de estos productos en el país debe ser un asunto de Estado. A la vez, hace un llamado para fortalecer las investigaciones y desmantelar a las estructuras que, incluso, podrían tener laboratorios clandestinos en el área metropolitana.

Añadió que deben las leyes deben fortalecerse para que los precursores químicos que se incauten en territorio nacional sean destruidos de inmediato para evitar que vuelvan al mercado y se fabriquen drogas de diseño.

¿Qué nos podría decir sobre las drogas sintéticas?

Estas drogas, llámeles sintéticas, de diseño, recreacionales, o como las quieran llamar, generalmente vienen importadas de China, en barcos, en toneles, son precursores químicos que llegan al país para luego ser trasladados a otras naciones como Estados Unidos, o las usan acá en el país.

¿Qué hacen con esos precursores químicos?

Lo que hacen estas sustancias, que no están hechas con este propósito, es modificarlas molecularmente para producir pastillas o cápsulas, que se utilizan más adelante en conjunto con cocaína, cannabis, etcétera, en fiestas de muchachos, de adolescentes, para potenciar los efectos. 

¿Qué tipo de sustancias son las ingresan?

Son cinco grupos. Las feniletilamina, que son el estaxis (XTC, E, Eva, Adán, pastillas del amor, X). Derivado de las metanfetaminas. Estos son derivados de opiáceos. Hay otros a los que les llaman china blanca o china white, hechas con fentanilo; heroína sintética, la ‘Special K’, que es clorhidrato de ketamina, éxtasis líquido, entre otras. No todas se consumen en Guatemala.   

¿Desde cuándo ingresan este tipo de productos al país?

Aunque ya se tienen registros antes de 2010, fue a entre 2011 y 2012 que se comenzó a incrementar la llegada de barcos con toneles llenos de estas sustancias provenientes de China. Había incautación de toneles llenos de precursores, porque Guatemala los importaba, aquí se modificaban y se enviaban a otro país.

Obviamente también surgió el consumo local y la distribución para crear las drogas de diseño en Guatemala. El grave problema en aquel entonces fue que Gobernación consignó contenedores con más de mil toneladas de precursores y no sabía qué hacer con ellos.

Comenzaron a llevarlo a la finca Estanzuela y Navajas, en San José del Golfo, Guatemala, pero el Organismo Judicial no hallaba cómo deshacerse de eso. Se empezaron a derramar y a causar problemas al medio ambiente. .Otros toneles se quedaron en los puertos  y comenzó a filtrarse en la tierra. Ese problema persiste, no crea que ya dejó de pasar, sigue oliendo fuerte, es una pestilencia, pero se ha tratado de destruir poco a poco.

Yo di ideas en su oportunidad para destruirlas, incluso, buscar la forma de lanzarlas en un volcán activo, por ejemplo, pero fue complicado hallar una salida. Se tuvo que luchar para que existiera un juez que autorizara de inmediato la destrucción. El problema era que podría salir, o salió otra vez, al mercado. Había una laguna legal por la que no se destruían. En un momento de todo esto se ordenó detectar las embarcaciones que procedía de otros países para evitar que ingresar en aguas nacionales. Se supone que al final las destruyeron. Pero eran toneles de toneles.

¿Podría decirse que las drogas de diseño comenzaron a llegar en ese año?

Había antes, pero menos. Aumentaron las importaciones de China en ese año. Las hallaban en Puerto San José y en Puerto Barrios. El problema sigue latente. No se sabe cómo deshacerse. Están ahí y es tentación. Es fácil convertirlo en una pastilla.

¿Y quiénes están en riesgo de esto?

Ciudadanos de 15 a 39 años. Los de este rango las están consumiendo más en las discotecas. Esta droga no es como la cocaína, la marihuana u otras drogas, digamos, tradicionales. Estas alteran la conducta humana, y lo más dramático es que generan depresión y hay una alta tasa de suicidios. La violencia intrafamiliar, sexual, se han convertido en problemas serios porque las personas se desinhiben. El problema no es solo el almacenaje, sino la producción y que se sigan exportando.

¿Cuál es el riesgo de todo esto?

El grave problema es para la sociedad en su conjunto, y que alguien se está haciendo millonario con la venta de cada pastilla. La situación es riesgosa y sigue latente. En aquel entonces logramos que se nos diera un juez especial con jurisdicción en el Inacif para destrucción de armas ilegales y otras cosas más, que también veía estos casos que no habían jueces que dieran orden de destrucción. La idea era hacerlo rápido para que no volviera al mercado. Hay instituciones dedicadas a la prevención del consumo que son parte del problema, en el sentido de que deberían tener un papel más activo en este tipo de drogas que están más de moda, que se ven más sencillas, pero le dan unos viajes a los patojos y son más adictivas.

¿Esta droga es más accesible económicamente para los jóvenes?

Si, exactamente y el problema es que no se sabe las condiciones en que se hacen. Son supuestos laboratorios, o espacios clandestinos, donde le pueden echar cualquier porquería que altera la salud del consumidor. Son de fácil manufactura. Con facilidad mete tres millones de Special ‘K’ al mercado, o sale una pastilla con nombre raro y la vende fácil. Es un problema nacional como el de tránsito de drogas. EE.UU, hace lo suyo, pero nosotros somos un país pivote que envía estas sustancias no solo a Norteamérica sino a Europa. Estas drogas son más baratas que un colmillo de cocaína y el efecto es más poderoso y adictivo. Acá el problema es que hay falta de Estado, de controles, de verificaciones, porque las pastillas simulan ser un analgésico, los agentes caninos no las detectan. Es un problema real.

¿A qué se refiere con cualquier tipo de porquería?

Heces, alcohol, gasolina, soda cáustica. Además, no usan guantes ni tienen control sanitario alguno. Llevan encimas, bacterias, hongos, que generalmente se hacen pastillas, cápsulas, pero también polvo para inhalar. Los efectos son más graves.

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En las cifras de Inacif hacen estudios clínicos frecuentes sobre el uso de sustancias en Guatemala, Escuintla, Sacatepéquez y Quetzaltenango. ¿Qué nos dice eso?

Esos departamentos tienen una alta tasa de turismo, son lugares de recreación, de mucha población, donde hay discotecas, vida nocturna y poder económico. Si va a la zona 10 de la Ciudad de Guatemala, la zona viva, o 4 grados norte, allí estos productos están a la venta en la calle, cuando uno hace las averiguaciones. Lo que solicitan los fiscales normalmente al Inacif es sobre consumo de alcohol y drogas, pero no especifican cuáles, y se puede hacer un panel completo, pero normalmente investigamos sobre cannabis, morfina, cocaína.

Sin embargo, hay que tener orientación y el problema es que no existe. La población que está en riesgo es de 15 a 29 años. En Antigua, por ejemplo, se puede hallar a un joven babeando, en estado eufórico, y se le debe practicar un examen de  consumo de drogas sintéticas y alcohol. Porque al final este tipo de sustancias sirven para aumentar los efectos del alcohol. Hay que orientar mucho a las peticiones de los fiscales y creo que falta capacitación en ellos e  investigadores. En el país se necesitan detective, porque actualmente solo hay investigadores, que son personas con cierta carrera, pero que no tienen esa capacidad de detectar en donde están los laboratorios. Un golpe efectivo sería hallar dónde produce las drogas.

¿Cómo se lograría eso?

Se necesita hacer una investigación de campo. Ir a las discoteca, a los centros nocturnos, y así guiarse hasta donde las hacen. Los detectives son los fiscales. Hace falta capacitación. Dipanda es para pandillas, mientras que la unidad antinarcótica está huerfanita. Solo ven a las familias grandes que trafican con cocaína, y que todo el mundo conoce, pero estos pequeños, que están funcionando y hacen averías con nuestra población joven y al país como pivote, no se persiguen.

¿Qué se requiere hacer?

Leyes claras, destruir pronto la droga, así como se logra hacer con las armas. Se debe fortalecer y mejorar el  incinerador que se tiene.

¿Cree que hay narcolaboratorios en la capital, como los han detectado en Petén, San Marcos, Huehuetenango e Izabal?

No tengo la certeza absoluta, pero creo que sí, pero quizás no se ha buscado a conciencia. Si se meten al barrio El Gallito, o al final del barrio San Antonio, a donde se pasaron todos, sí hallarían. Para un narcolaboratorio solo se necesita un garaje. Si lo pueden hacer en la selva, lo pueden hacer en cualquier lugar. Acá hay mucha población, por supuesto que deben haber laboratorios clandestinos.

Esto está causando un daño real, entonces

Sí. Con una onza de alcohol se destruyen, por lo menos, dos mil neuronas, imagínese con estas drogas. El daño a la economía, a la familia, a la capacidad intelectual, es muy grande. El uso y abuso está creando personas tontas que andan por las calles. Entonces estos laboratorios sí hay. Lo que pasa es que hay que buscarlos. Ojalá que logren cerrar las fronteras y los puertos a estas sustancias. No se debe permitir el ingreso de estos barcos. Si existe un manifiesto que lo mandan cinco meses antes ¿Cómo es posible que puedan dejar entrar un barco con esa porquería?

¿Cuáles son los efectos de estas sustancias en el ser humano?

Cuatro efectos en el estado de ánimo. El primero: Euforia, autoestima, energía, hilaridad. Quien consume se cree macho, valiente. El segundo, interpersonal, tienen más valor, aumentan sentimientos de empatía, desinhibición, desorden físico, hay una desinhibición sexual y aumenta de sexualidad. La tercera es cognitiva. Aunque parezca extraño, hay mayor concentración y claridad mental, en el momento del efecto de la droga. Y la última, el fallecimiento por hipertermia porque consumen droga y alcohol. Esto puede ser por el uso prolongado o sobredosis. A esto se suman las complicaciones cardiacas, cerebrovasculares y la coagulación cerebrovascular. Si le gente cree que estas drogas son inofensivas, no lo son.

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En redes sociales han compartido vídeos donde se observan peleas de jóvenes. ¿Tiene alguna relación con el consumo de estas sustancias?

Claro que sí. Por ejemplo, en el deporte federado hacen controles para determinar que no consumen drogas y esteroides. En este caso, si se drogan aumenta la fuerza física, la concentración. Con el consumo de ‘polvo de ángel, ‘Special k’, quien consume se convierte en un macho de pelea, pero cuando pasa el efecto queda como huevo frito. Hay muchos riesgos y complicaciones al consumirlas.

¿Cuáles drogas se usan más?

La ‘met’, ‘polvo de ángel’, adán y eva, el éxtasis, que son derivados de la metanfetamina. Los que hacen las drogas alteran todos sus componentes y por eso las hacen más peligrosas.

¿Cuál es su reflexión final?

Necesitamos una autoridad fuerte, una ley fuerte, que tomen decisiones, que destruya esa porquería de una vez por todo. Necesitamos reconstruir el tejido social, la familia, que todos puedan tener la educación en las escuelas, en los hogares, de ser buenos hijos y buenos ciudadanos.