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Salud reduce presupuesto a programas contra la desnutrición y traslada los fondos al combate del covid-19

Fondos que el Ministerio de Salud tenía destinados a programas de atención a la desnutrición infantil y otras poblaciones vulnerables se canalizaron para cubrir la emergencia del covid-19.

El presupuesto destinado para atender las acciones de la ventana de los mil días sufrió una reducción. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El presupuesto destinado para atender las acciones de la ventana de los mil días sufrió una reducción. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

En Guatemala uno de cada dos niños menores de cinco años tiene desnutrición crónica, 15 mil infantes más sufren desnutrición aguda, mientras que la mortalidad infantil se estima en 11 mil casos al año. No son números, es población que debe ser atendida, pero los programas del Ministerio de Salud enfocados a ella sufrieron una modificación en su presupuesto, y tienen menos recursos para funcionar.

La disminución de fondos también alcanzó a pacientes con VIH/Sida y con tuberculosis. En total son cinco programas los afectados y la reducción total suma Q625.5 millones.

Esta situación viene de meses atrás. De acuerdo con reportes del Sistema de Contabilidad Integrada (Sicoin) del Ministerio de Finanzas Públicas, las modificaciones en el presupuesto de estos programas se dieron a partir de marzo, los montos han variado mes a mes, y cada vez quedan más desfinanciados.

Las autoridades de Salud señalan que los fondos fueron dirigidos a cubrir la emergencia del covid-19 en el país.

La niñez la más afectada

La asignación destinada a la prevención de la mortalidad de la niñez y la desnutrición crónica que en enero era de Q1 mil 40 millones se le redujo Q146 millones.

La situación es grave, pues acá se concentran las intervenciones enfocadas a la ventana de los mil días, que deben comenzar desde la concepción hasta los primeros dos años de vida del niño, y tienen como fin reducir la desnutrición crónica infantil.

Entre las acciones que ahora aparecen con menos presupuesto está la vacunación de niños entre 1 y 5 años, a lo que se le redujo Q5.4 millones, poniendo en riego a la niñez ante enfermedades prevenibles a través de la inmunización, como el sarampión.

En el país se ha trabajado por alcanzar el 95% de cobertura mínima en vacunación, luego de que descendiera al 86% en el 2017. Para el diputado Carlos Barreda, jefe de bancada de la Unidad Nacional de la Esperanza, con esta reducción en el presupuesto los niveles de inmunización nuevamente caerán.

A la intervención de monitoreo de crecimiento, necesaria para identificar a niños que sufren desnutrición a través de la medición de peso y talla, se le redujo Q2.7 millones, mientras que a la dotación de micronutrientes a niños menores de 5 años y a mujeres en edad fértil se les quitó Q8.7 millones.

La desnutrición es una deuda que Guatemala no ha podido saldar con la niñez, y cada vez se hace más grande. Si bien la mitad de los niños guatemaltecos menores de cinco años se encuentra en un estado crónico, los casos de infantes con un cuadro agudo llegan a 15 mil 580, según el registro del Sistema de Información Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Siinsan) del Ministerio de Salud, hasta el 6 de junio.

Es un incremento del 121% comparado con el reporte del mismo período del 2019, cuando se identificó a 7 mil 30 niños con desnutrición aguda. En lo que va del año ya se oficializó la muerte de cinco menores por esta causa.

No se descarta que las cifras sigan en aumento debido a la crisis alimentaria que golpea a más de 2.3 millones de guatemaltecos, y cuya situación se recrudece con la pandemia del covid-19 que empuja a más personas al hambre, las cuales deben ser atendidas no solo con programas de ayuda de alimentos, sino también atención integral en salud, principalmente a la población vulnerable.

Salud no está cumpliendo su función, está sobrepasado y descuidó todo esto. No solo se tendrá el problema del coronavirus, sino que se va a tener un problema que se salió de control, la desnutrición aguda infantil y además, no se vacunó, eso es grave”, dijo Barreda.

Otras de las acciones de la ventana de los mil días afectadas con las modificaciones en el presupuesto es la desparasitación a niños menores de cinco años, que sufrió una reducción de Q1 millón; a la atención por infección respiratoria aguda y a las enfermedades diarreicas en menores de cinco años se les quitó Q7.7 millones.

Si bien la dotación de alimentación complementaria para niños de 6 a 24 meses ya tenía una asignación baja de Q135 mil 709, esta se redujo aún más al quitarle Q128 mil 787.

Todas las acciones relacionadas al tema de la prevención de la mortalidad materna y neonatal tuvieron una modificación en su presupuesto, se les redujo Q50.6 millones.

Según datos oficiales, en Guatemala la mortalidad infantil al año se estima en 11 mil 900 casos, mientras que las maternas ascienden a 381.

Con la crisis alimentaria y de pobreza que ha generado el covid-19 en el país, se sumarían cerca de 2 mil muertes de niños en un plazo de seis meses, como efecto indirecto del nuevo coronavirus, y 154 muertes maternas más en el mismo período, según análisis desarrollado por investigadores de la Escuela Johns Hopkins Bloomberg de Salud Pública, en Estados Unidos.  

A criterio de la Instancia de Consulta y Participación Social (Incopas), el ministro de Salud, Hugo Monroy, “debe explicar por qué han hecho estas reducciones, y esta discusión debe llevarse a cabo en el Consejo Nacional de Seguridad Alimentario, pues es el espacio que la ley define para hacerlo”.

La organización lamenta la decisión de las autoridades de modificar el presupuesto a los programas de atención a la niñez. “Quisiéramos más profesionales de nutrición en campo, más formación de personal de la red de servicios en el diagnóstico, atención y consejería en alimentación y nutrición, equipo de diagnóstico de calidad”, manifiesta.

Población en riesgo

La modificación del presupuesto de Salud también alcanzó a las acciones de prevención y control de infecciones de transmisión sexual y VIH/Sida, a las cuales se le quitó Q60.8 millones.

En tanto que el programa para prevenir y vigilancia de la tuberculosis tuvo una reducción de Q1.4 millones.

“Tanto la tuberculosis como el VIH son temas que tradicionalmente han sido olvidados por el gobierno de Guatemala y la mayoría del recurso viene del fondo mundial y aun así hay una disminución registrada. Resulta un poco ilógico que estos temas que son prioritarios sean de alguno u otra forma abandonados”, señala Adrián Chávez, analista y exviceministro técnico de Salud.

Fondos para el covid-19

En enero el Ministerio de Salud comenzó con un presupuesto de Q8 mil 121 millones, que a partir de marzo comenzó a aumentar hasta llegar a Q9 mil 907 millones, con los que cuenta actualmente. Los fondos adicionales fueron aprobados por el Congreso de la República para atender la emergencia del nuevo coronavirus.

De acuerdo con el Ministerio de Salud, la modificación del débito en los programas se hizo con el propósito de tener fondos para atender el Estado de Calamidad Pública generado por el covid-19. Por tal razón se creó el programa Atención de desastres naturales y calamidad pública al cual se trasladaron los recursos, ya que no se contaba con presupuesto adicional.

“Esto refleja de alguna manera el socavamiento del sistema, porque por atender a la pandemia, básicamente se están desatendiendo enfermedades que ya nos azotaban”. Adrián Chávez, analista y exviceministro técnico de Salud.

Ante esa situación, la cartera menciona que trabaja en la devolución del presupuesto a los programas que fueron afectados por las modificaciones, debido a que ya se cuenta con los fondos otorgados por el Legislativo.

Aunque la mayoría del recurso está destinados a la emergencia del covid-19, al examinar el presupuesto se observa que también se hizo reajustes y se quitó recursos a programas esenciales para asignarlos a otros seis, entre ellos administración institucional, formación del recurso humano, fomento a la salud y medicina preventiva.

 

 

 

 

 

 

ESCRITO POR:

Ana Lucía Ola

Periodista de Prensa Libre especializada en temas comunitarios, con énfasis en Salud y Educación, con 17 años de experiencia. Reconocida con el Premio de Prensa Libre en categoría Reportaje, en 2019. Premio de la UPANA por Informar a la población guatemalteca sobre la realidad en nutrición y desnutrición en el país, en 2019. Diplomado El periodismo en la era digital como agente y líder de la transformación digital impartido por el Tecnológico de Monterrey.