Chigna, quien trabaja para el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), cree que el mejor lugar para llevar a la familia es el Volcán de Pacaya, no solo por lo cercano a la capital, sino por su facilidad de ascenso y porque a lo largo del principal sendero hay bastantes árboles y vegetación, y está bien señalizado.
Además, cuenta con servicio de guías y guardianes, coordinados por los mismos vecinos. “Siempre hay buen clima en este lugar”, resaltó Chigna.
Rudy Sánchez Sazo, del Comité de Autogestión Turística (CAT) de San Vicente Pacaya, municipio donde se sitúa el coloso, relató que en la actualidad no hay ríos de lava que bajen desde el cráter, pero la última erupción formó cavernas de magma solidificada que pueden ser visitadas por los turistas. “Sale tanto vapor, que los visitantes pueden traer las golosinas conocidas como angelitos y colocarlas en varas, estilo pincho, para asarlas con el calor”, comentó.
Sánchez Sazo indicó que el camino principal de ascenso es por la comunidad San Francisco de Sales. El precio es de Q10 para estudiantes con carné; Q20, turistas nacionales, y Q50 para extranjeros.
Agregó que se puede acampar por las noches, pero se debe avisar a la gerencia del parque.
Si el grupo de visitantes es de hasta 12 integrantes, puede pagar un guía, que cobra entre Q50 y Q150.
El más visitado
Otro lugar recomendado para acampar, aunque es más elevado y frío, es el Volcán de Agua, cuyo camino principal se encuentra en el municipio de Santa María de Jesús, Sacatepéquez.
Chigna explicó que el otro coloso activo es el de Fuego, cuyo mejor punto para contemplar sus erupciones es la aldea Panimaché, Siquinalá.
“En el kilómetro 85 de la ruta al suroccidente se cruza por el ingenio Pantaleón hasta la aldea Morelia, antes de llegar a Panimaché, donde se paga una cuota para acampar y desde allí ver las explosiones y flujos de lava”, resaltó.
En cuanto al volcán Santiaguito, Chigna aseguró que lo mejor es apreciarlo desde el volcán Santa María, ya que su ascenso es peligroso. Agregó que subir en esta cumbre requiere mucha resistencia, ya que se invierten más de cinco horas. Se dejan los vehículos en Llanos del Pinal, donde hay parqueo y guías, y luego se debe llegar a la aldea Xecaracoj. “Lo mejor es viajar en la noche, pues el amanecer es maravilloso”, expresó.
Patrick Vercoutere, de la operadora de turismo Adrenalina Tours, refirió que es recomendable que se tenga condición física estable y no viajar con niños, ya que el ascenso es duro.
De acuerdo con Claudia Vásquez, guía local, la mayoría de turistas en esta época son extranjeros. Y para la Semana Santa, cuando hay luna llena, se ofrece un único recorrido la noche del 15 de abril, que principia a las 22.30 horas y llega a la cima en la madrugada, para esperar el amanecer.