Sin embargo, fue la medición de Prensa Libre la que tuvo menor diferencia con la decisión ciudadana, ya que estableció que el 67.9 por ciento de los encuestados votaría por Morales, y el 32.1, por Torres.

Eso significa una diferencia de apenas 0.46 puntos porcentuales con lo contabilizado por el TSE. Las otras encuestas, aunque dentro del margen de error, obtuvieron diferencias no menores de 2.95 puntos.

La recopilación de datos de la Encuesta Libre se hizo del 9 al 14 de octubre, con una muestra de mil 201 entrevistas en 138 puntos muestrales de todo el territorio nacional, y con un nivel de confianza de 95 por ciento.

Credibilidad

Las encuestas tuvieron un alto nivel de asertividad de predecir los resultados, lo que produce un reposicionamiento y recuperación de credibilidad de esos instrumentos de medición, indicó Cristhians Castillo, politólogo del Instituto de Problemas Nacionales, de la Universidad de San Carlos.

“A partir de los desaciertos del 2011 era muy incrédulo respecto de la capacidad de las encuestas. Pero este año, las tres dentro del margen de error, lograron atinarle a esta gran distancia entre el candidato ganador y el segundo lugar”, indicó el analista.

“Hay que reconocerlo, valorarlo y aceptar que hubo un manejo técnico lo suficientemente correcto como para predecir los resultados finales”, expresó Castillo.

“No es porque me esté entrevistando Prensa Libre, pero en la primera vuelta fue la única certera, todas las demás posicionaban a Manuel Baldizón en primer lugar y en la segunda vuelta”, explicó Castillo.

Es representativa

“La Encuesta Libre demostró un margen de error mínimo, solamente del 0.46 por ciento, lo que es un claro indicador de que este nivel de certeza y de confianza, desde el punto de vista estadístico, se logra cuando la muestra es representativa de su universo”, afirmó Jennifer Brol, consultora y estratega política.

“A nosotros, los consultores políticos, las encuestas nos sirven para generar escenarios y proyecciones. Sin embargo, también debemos ser prudentes y mesurados porque el comportamiento del electorado es impredecible, pero sí se puede hacer una buena radiografía cuando las encuestas independientes generan confianza y una ficha técnica muy confiable”, afirmó.

Como dato curioso, la UNE divulgó una encuesta la última semana, pero sus datos estaban lejos de los resultados finales.

Baldizón, expresidenciable de Libertad Democrática Renovada, hizo lo mismo días antes de la primera vuelta. En su encuesta él aparecía ganador, con más del 50 por ciento de los sufragios, pero ni siquiera llegó a la segunda vuelta, al igual que Juan Gutiérrez, del Partido de Avanzada Nacional, quien se ponía en segundo lugar.

En el caso de las mediciones de los políticos, Castillo comentó que los partidos se han vuelto “buenos clientes” de empresas encuestadoras “poco serias”, las cuales venden “falsos imaginarios a los candidatos.

En el caso del sondeo de la UNE, reconoció que él también pensó en un momento que la diferencia entre el primero y segundo lugares sería menor.