EDITORIAL

Las diferencias en nuestros 67 años

Hoy hace 67 años, los periodistas Pedro Julio García, Álvaro Contreras Vélez, Salvador Girón Collier, Mario Sandoval Figueroa e Isidoro Zarco se embarcaron en la aventura de fundar un periódico cuyo principal motivo de ser lo constituye la independencia entendida en su mejor significado. Muchas lunas han pasado desde entonces, y los valores se deben mantener enhiestos, al lado de una tecnología muy distinta a la de esos tiempos y a veces causante de temores porque puede afectar esos principios.

Es indispensable y necesario mantener esos valores porque la tecnología electrónica y las redes sociales de hoy solidifican la importancia crucial de que la sociedad y sus integrantes entiendan los grandes riesgos provocados cuando la comunicación se hace sin la posibilidad de saber quién está detrás de publicaciones oscuras y malintencionadas.

A esto debe agregarse en los últimos meses la absurda actitud de considerar mentiras, calificadas de “fake news” —noticias falsas— en una plaga iniciada y mantenida desde Estados Unidos por su actual presidente, y que los enemigos del periodismo independiente han adoptado con facilidad en algunos países intelectualmente subdesarrollados.

Dentro de esas condiciones distintas, el periodismo profesional debe realizar sus tareas. Es importantísimo explicar las definiciones y diferencias entre noticias, informaciones, editoriales, columnas de opinión, y el por qué de la presentación visual en la prensa escrita. Si no está claro para políticos, gobernantes, y sectores privado, académico, sindical, religioso, etcétera, la crítica al trabajo periodístico —necesaria por ser trabajo de seres humanos— es fácil de derrumbar al estar basada en confundir conceptos no entendidos, o por aplicarlos mal o con mala intención.

Varias preguntas deben responderse los ciudadanos: cuál es la razón del trabajo periodístico, cuál es el orden de importancia de los sectores a los que debe servir, etcétera. No deben creer que informar es criticar, atacar o apoyar los intereses de un grupo específico. El periodismo profesional debe ser independiente porque no serlo sí puede convertirlo en activismo. Puede haber medios comprometidos con sectores sociales, económicos o políticos, pero tienen la obligación moral de advertirlo a los ciudadanos en sus editoriales, que son la única voz oficial.

Estas consideraciones son importantes hoy que se cumplen nuestros 67 años. El camino ha sido duro: un fundador asesinado, dos secuestrados, un líder sindical asesinado y otro secuestrado y salvado de la muerte por la intervención directa de este periódico, así como amenazas anónimas de muerte a muchos integrantes de su redacción. Son hechos claros innegables, como también los asesinatos de varios corresponsales.

El periodismo independiente, cuando se juzga con mala intención, desconocimiento de sus objetivos y actitudes caprichosas o tontas, nunca podrá lograr que se entienda su misión. El cierre de los medios independientes es una tragedia no sólo para la sociedad, sino para quienes las propician, con el agravante en estos tiempos actuales de dejar a una sociedad a la merced de mercenarios, así como de la mentira propalada por medio de la electrónica.

Hasta hace poco, los enemigos del periodismo eran políticos, y hoy se agregan los económicos. Prensa Libre, siguiendo la guía señalada por sus fundadores, continuará trabajando en beneficio del país según los criterios de balance e independencia. Agradecemos a los guatemaltecos su lealtad y confianza.

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