Guatemala

Guatemalteco triunfa en el extranjero

Saúl Quiñónez Flores viajó de Huehuetenango a Estados Unidos de manera ilegal, en busca de mejores oportunidades, y 11 años después se siente orgulloso de haber fundado su propio negocio, en el que además le da empleo a otros inmigrantes en el estado de Rhode Island.

Saúl Quiñónez  Flores vive con su familia y dirige su taller mecánico en el estado de Rhode Island, Estados Unidos. (Foro Prensa Libre: Mike Castillo)

Saúl Quiñónez Flores vive con su familia y dirige su taller mecánico en el estado de Rhode Island, Estados Unidos. (Foro Prensa Libre: Mike Castillo)

Por Mike Castillo / Huehuetenango

Desde el 2010, Quiñónez, con el apoyo de un guatemalteco y un dominicano, trabaja en un taller de mecánica automotriz, con el cual obtienen ganancias mensuales de entre US$6 mil y US$8 mil —Q45 mil Q60 mil—.

Según Quiñónez, quien en septiembre próximo podría regularizar su situación migratoria, debido a las necesidades económicas que tenía su familia decidió abandonar los estudios y trabajar para apoyar en las finanzas del hogar.

Su primer empleo en Guatemala fue en un taller mecánico, pero debido a que el salario era insuficiente para solventar las necesidades del hogar optó por viajar a EE. UU, en donde perfeccionó las técnicas que aprendió y luego decidió fundar su propio centro de servicios.

Travesía

Quiñónez llegó a suelo estadounidense luego de tres intentos, pero a su arribo se dio cuenta de que trabajar en ese país no era fácil.

Recuerda que durante sus viajes, hechos con la ayuda de coyotes —traficantes de personas—, vio gente que como él buscaba el llamado sueño americano, pero que morían en el intento.

Agrega que en su camino desde Guatemala a EE. UU. fue víctima de abusos por parte de autoridades migratorias y de connacionales.

Pasar por México no es fácil, aseguró, porque existe discriminación hacia los centroamericanos.

En su travesía por el desierto de Arizona encontró cinco cadáveres, aparentemente de personas que intentaron llegar a ese país del norte.

“La impotencia de no poder hacer nada por esas personas es frustrante, más cuando uno tiene ese deseo de ayudar”, añadió.

Dificultades

Ya en EE. UU., su principal problema fue el idioma, porque no hablaba inglés y sufría de discriminación, por su origen. Su primer trabajo fue en limpieza de oficinas y ganaba US$800 —Q6 mil— quincenales. Cuando intentó desempeñar su oficio buscó empleo en talleres mecánicos. A veces era contratado, pero al final de mes lo despedían.

Fue en el 2010 cuando abrió su taller, con un capital de US$600 —Q4 mil 500—, pero ahora reconoce que con esfuerzo y dedicación es posible triunfar en el extranjero, aunque no olvida los peligros que corrió durante el viaje.