Explicó que la máquina de rayos X tiene unos 20 años de uso y los constantes cortes de energía le ocasionaron daños, por lo que gestiona para adquirir otra nueva, pero el problema es que los trámites administrativos tardan unos cinco meses y los pacientes son los afectados.
“Es importante la referida máquina, ya que los usuarios podrían fallecer por falta de diagnóstico. Muchos llegan al hospital a consecuencia de accidentes y los médicos no puede emitir prescripción sin análisis de placas de rayos X”, manifestó Ortiz.
Agregó que han suspendido las cirugías programadas por la falta de insumos, por lo que brindan prioridad a las emergencias. Manifestó que también han reducido los servicios de laboratorio en consulta externa a causa de la escasez de insumos y medicamentos.
Eva Guerra, paciente afectada, comentó que debido a la cirsis, deben pagar en clínicas privadas, lo que le afecta su economía.
Según datos, el hospital Amistad Japón-Guatemala atiende a pacientes de los cinco municipios de Izabal y de la zona fronteriza con el Belice y Honduras.