Guatemala

Así negociaban en el Igss con la salud

Empleados del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y particulares, eran parte de cuatro sectores relacionados para concretar la venta de determinado producto o servicio y beneficiar a la estructura denominada <em>Negociantes de la Salud</em>.

Alejandro Enrique Toledo Paz, Juan Pablo Muralles Morán y Gustavo Alejos Cambara, señalados como los operadores de la estructura denominada Negociantes de la Salud. (Foto Prensa Libre: MP)

Alejandro Enrique Toledo Paz, Juan Pablo Muralles Morán y Gustavo Alejos Cambara, señalados como los operadores de la estructura denominada Negociantes de la Salud. (Foto Prensa Libre: MP)

Según el jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) Iván Velásquez, en la estructura trabajaban los operadores, los proveedores, los funcionarios periféricos y los funcionarios centrales.

Gustavo Alejos Cámbara, exsecretario privado del expresidente Álvaro Colom; Alejandro Enrique Toledo Paz, exdirector del Hospital Roosevelt y Juan Pablo Muralles Morán, son los principales operadores señalados por el Ministerio Público y la Cicig. Alejos Cámbara no ha sido capturado.

La forma de operar, detallada este martes en conferencia de prensa, consistía en que algunos proveedores acudían a los operadores para procurar la venta de su producto o servicio al Seguro Social.

Los operadores, después de recibir el requerimiento, acudían a los funcionarios periféricos que eran técnicos o profesionales del IGSS, trabajadores de algunas de las unidades de atención a los pacientes y que podían modificar el listado básico de medicamentos.

Los funcionarios periféricos entonces hacían lo que se denominó “mover códigos”, es decir cambiar en el listado básico los productos para incentivar o promover el consumo de ese producto o servicio en las unidades del IGSS.
Los operadores también acudían a los funcionarios centrales, trabajadores del IGSS que se desempeñaban en las unidades administrativas, desde donde podían intervenir en la generación, desarrollo, supervisión y decisión de los procesos de adquisición. Con estas visitas, lograban manipular las compras.

Otros proveedores recurrían directamente a los funcionarios centrales para poder manipular los procesos de adquisición y favorecer sus productos o servicios.

Por efectuar esa actividad, lo operadores cobraban una comisión a los proveedores y luego compartían el dinero con los funcionarios periféricos y centrales. 

Denuncia

En abril del 2014, el IGSS fue señalado de incurrir en una millonaria compra irregular de vitamina D porque adjudicó ese proceso a dos empresas que, según el portal Guatecompras, tienen el mismo representante legal.

A pesar de que en esa compra participaron cinco empresas, la adjudicación se otorgó a dos: Servicios Médicos Profesionales Meproser, S.A., y Prizm, S.A, por un monto de Q11.3 millones. Hoy se sabe que dichas empresas están vinculadas a Muralles Morán.

La Droguería Colón, vinculada a Alejos Cámbara, fue beneficiada este año con 333 adjudicaciones, lo que equivale a un monto de Q200 millones 482 mil 411.83, según Guatecompras. De estas compras, más de 200 fueron efectuadas por el IGSS.

Quejas de pacientes

Prensa Libre ha reportado la denuncia de pacientes del seguro social cuando han ocurrido quejas sobre cambios de medicamentos, aunque no se ha determinado si las empresas señaladas en este caso de corrupción tienen que ver con esos cambios.
En mayo del año pasado, pacientes que padecen mieloma múltiple denunciaron que en el IGSS dejó de proporcionarles el medicamento Bortezomib, de nombre comercial Velcade, debido a que según las autoridades se revocó un amparo que les garantizaba este servicio.

En lugar del producto, los pacientes recibieron un medicamento genérico, que según ellos no está regulado por ninguna entidad internacional y lo rechazaron ante el temor de perjudicar su salud.

En junio de este año, también se denunció que los pacientes renales que debían recibir tratamiento de hemodiálisis con nombres comerciales Eritropoyetina y Venofer —con los que mantienen estable la presión y evitan padecer anemia— fueron cambiados por un medicamento sin marca, que se ofrecía preparado y cuyo contenido no les fue informado.

Los pacientes dijeron que después de recibir la primera dosis de ese producto sufrieron diarreas, náuseas, calambres y desmayos.

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