Justicia

Extradiciones, siembras ilícitas y drogas sintéticas: la explicación del jefe de la SGAIA sobre cómo opera el narcotráfico en Guatemala ahora

Helver Beltetón, jefe de la Subdirección General de Análisis de Información Antinarcótica de la Policía Nacional Civil se muestra preocupado por el avance en la siembra de hoja de coca y las drogas sintéticas en el país.

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El comisario Helver Beltetón dirige la subdirección antinarcótica de la Policía Nacional Civil desde julio de 2022. (Foto Prensa Libre: Raúl Barreno Castillo).

El comisario Helver Beltetón dirige la subdirección antinarcótica de la Policía Nacional Civil desde julio de 2022. (Foto Prensa Libre: Raúl Barreno Castillo).

Helver Beltetón, jefe de la Subdirección General de Análisis de Información Antinarcótica (SGAIA) de la Policía Nacional Civil (PNC) tiene 42 años y 23 de servicio en la institución.  

Desde hace poco más de seis meses fue nombrado como titular de la SGAIA, una institución en la que ha laborado por más de 15 años. Es originario de Guastatoya, El Progreso. En esta entrevista hace un repaso de su accionar en los últimos meses.  

El comisario explica sobre por qué se reportan pocas incautaciones de droga, así como el avance de las siembras de hojas de coca y el riesgo que corre el país de convertirse en productor de cocaína. También aborda sobre la violencia que genera el narcotráfico y los desafíos a que se enfrentan con las nuevas drogas de diseño, como el fentanilo.  

En esta entrevista habla sobre cómo los líderes de organizaciones del crimen organizado ahora han bajado su perfil para no ser capturados y extraditados hacia los Estados Unidos.

¿Cuánto tiempo tiene que estar al frente de de la de la Subdirección? 

Asumí el 29 de julio del 2022. 

¿Antes de eso, qué hacía dentro de la institución? 

Fungía como jefe del departamento de investigaciones de la SGAIA.  

¿Cuál es el análisis que hace sobre esos seis meses al frente de la SGAIA?  

La subdirección al momento de recibirla tenía una cantidad de droga incautada en kilos que equivalía a los mil 100 kilos. Ya para finales diciembre del año pasado, es decir, en cinco meses, logramos incautar cinco mil kilos más. En este tiempo hemos erradicado grandes cantidades de arbusto de coca y marihuana. Localizamos laboratorios. En el caso de la dignificación policial, en un tiempo récord y con el apoyo del ministro de Gobernación, inauguramos un comedor aquí en la subdirección.  

¿Y en qué consiste? 

Todos los agentes de la subdirección antinarcótica ahora están beneficiados con su comida gratis los tres tiempos al día. El beneficio es para unos 500 policías.  

Y este año, en asuntos de decomisos y erradicaciones ¿Qué ha pasado? 

Hasta el 19 de febrero llevamos incautada más de mil kilos de cocaína. Llevamos una tendencia a hacer un récord de erradicación y destrucción de cultivos de arbustos de coca en el área norte, específicamente en Izabal, Petén y Alta Verapaz.  Es un balance, desde mi punto de vista, positivo, consciente de que se puede mejorar.

También las capturas con fines de extradición han sido fundamentales. La lucha contra el narcotráfico no se detiene. El año pasado cerramos con 27 capturas por narcotráfico con fines de extradición y en estos primeros días del año ya llevamos cuatro.  

Ha habido críticas en cuanto a lo que usted menciona sobre incautación de cocaína. Algunas entidades consideran que ha sido muy poco. ¿Qué explicación tiene al respecto? 

Muchas veces se comete el error de evaluar el combate al narcotráfico solo por las incautaciones de cocaína. Pero si vamos más allá, la lucha contra este flagelo se está llevando a cabo en buena forma.  En el 2021 se detuvieron a 57 extraditables. Un récord no solo en Guatemala sino en Centroamérica.

En 2022 capturamos a 27 extraditables y este año llevamos cuatro. Esto es parte del combate al narcotráfico que realizamos. En cuanto a la cantidad de kilos incautados, si bien es cierto es una cantidad menor en relación con años anteriores, eso no minimiza lo que se ha realizado en cuanto al esfuerzo de trabajo que se realiza.  

¿Pero por qué han incautado menos? 

Es normal que derivado de tanto operativo que llevamos a cabo, las estructuras han tenido que buscar modalidades diferentes, rutas diferentes y mercados diferentes. Nuestro territorio, hasta cierto punto les ha negado en la medida de lo posible que operen con tranquilidad.

En el 2019 nos ingresaron casi 50 aeronaves en forma ilegal, en el 2020 fueron 34; en el 2021 fue un descenso grande hasta que el año pasado nos ingresaron solamente 8, de las cuales cuatro fueron debidamente interceptadas. Entonces esto hace que las estructuras busquen otras formas de trasiego y a no usar nuestro territorio.  

¿De dónde siguen llegando las aeronaves con droga? 

Las aeronaves salen de Sudamérica en un 99 por ciento. Estas proceden de Colombia, Ecuador y Venezuela. Esos son los países de donde más tenemos la información que despegan las aeronaves. Sin embargo, cuando vieron que les estuvimos negando el ingreso en el territorio con operativos de destrucciones de pistas.  

¿Cuántas pistas han inhabilitado? 

En 2022 destruimos 15 pistas clandestinas. En años anteriores hemos destruido cantidades similares. Eso es parte del esfuerzo que se realiza. Entonces al no tener las rutas libres del territorio para traer la droga vía aérea, entonces estos optan por irse a Honduras, Belice o directamente a México.

Eso indica que ya no hay territorio libre para las estructuras. Sin embargo, ahora nos enfrentamos a un problema complicado que es el crecimiento de los cultivos de arbustos de coca en el área de Izabal, alta Verapaz y Petén.

También hay alta producción de cultivos de marihuana en Huehuetenango, Totonicapán y San Marcos. Ante esto hemos tomado acciones para contrarrestar a las estructuras que insisten en la siembra de arbustos de hojas de coca.  

Es decir que en Guatemala ¿están fabricando cocaína? 

Tenemos información que están haciendo la pasta base con que se elabora la cocaína en México, por ejemplo. Pero nos preocupa porque siguen ensayando. No consideramos que Guatemala sea un país productor todavía.  

Pero ¿Sí les preocupa que lo sea? 

Constantemente estamos, tanto el Ejército como la SGAIA, desarrollando operativos en todo el territorio nacional buscando y destruyendo este tipo de plantaciones o cultivos.

No nos consideramos aún un país productor, ya que si comparamos las cantidades que se han localizado en Guatemala con países potencialmente productores, son mínimas.

Tal vez el 1 por ciento, pero en ese sentido, si no estuviéramos haciendo ninguna acción correríamos el riesgo de convertirnos en país productor y eso generaría mucha más violencia que hasta ahora. 

¿No les genera violencia todavía, la siembra de los arbustos de hojas de coca? 

Hasta ahora no nos genera violencia. Estamos conscientes de que no hemos encontrado indicios donde se pueda decir que hay pocos crímenes relacionados con estas siembras.

Hay que recordar que, en años anteriores, cuando estructuras de otros países, mexicanas o colombianas, se instalaban en el país, causaban pánico por las matanzas que había en la vía pública, en centros comerciales, en casas de familias enteras y hoy en día no tenemos ese problema.

Podemos mencionar a México, un país donde un periodista o un funcionario público, no puede hablar nada de estructuras de narcotráfico porque toman represalias contra ellos.

En Guatemala tenemos esa percepción de creer que tenemos controlado en cuanto la violencia que procede del narcotráfico. 

¿Les preocupa el avance rápido de nuevos cárteles mexicanos en los municipios o departamentos fronterizos con Guatemala? 

Por supuesto que nos preocupa y por eso es que estamos desarrollando constantemente operaciones e investigaciones con el Ministerio Público. Hemos podido desarticular grupos que operan en estas áreas. Hace algunas semanas desarticulamos a un grupo que operaba entre Izabal y Huehuetenango.

Incautamos armas de grueso calibre que teníamos muchos años de no incautar. Entonces nos preocupa, pero seguimos creyendo que tenemos el control de las áreas. No se las hemos dejado a estas estructuras para que operen libremente, sino que, todo lo contrario, desarrollamos operaciones y eso genera buenos resultados en la lucha contra el narcotráfico. 

En el caso del trasiego marítimo de drogas, comisario. ¿Sigue siendo de las modalidades principales en el país? 

Sí, las estructuras siempre están buscando rutas diferentes y forma diferente de ingresar la droga a nuestro país y al cerrarles el espacio aéreo, sin duda usan el marítimo o las vías terrestres.

También tenemos una integración de equipos con el Ministerio de Defensa con su fuerza especial naval. El año pasado incautamos un semi sumergible en aguas del Pacífico, donde incautamos más de dos toneladas de cocaína.  

En su experiencia, del tiempo que lleva trabajando dentro de la SGAIA ¿Cómo ha evolucionado el fenómeno del narcotráfico en Guatemala?  

Hay cosas distintas ahora que hace unos 20 años no hacían. En el pasado las estructuras no se cuidaban en el sentido de que sentían orgullo de aparecer en medios de comunicación escritos, radiales, donde los señalaban de pertenecer a al narcotráfico.

Pero dadas las capturas que se fueron haciendo de familias poderosas, sindicadas de narcotráfico, muchas extraditadas a los Estados Unidos, y otras capturadas en nuestro territorio, fue haciendo que las estructuras más conocidas, o más famosas en Guatemala, se fueran desintegrando.

El asunto es que surgieron nuevos grupos, pero que optaron por mantener un perfil bajo y diferente donde ya no dan a conocer de las actividades que realizan. Ahora se cuidan de no convertirse en famosos dado de que las capturas con fines de extradición han venido en aumento.

Conscientes que esas capturas con fines de extradición han contribuido bastante a que Guatemala hoy en día sea un territorio negado a las estructuras para que no vengan a sentarse en nuestro territorio, a sabiendas de que al ingresar por el aeropuerto o por cualquier frontera terrestre puedan ser capturados.  

¿En qué departamentos del país les está representando más violencia el narcotráfico? 

Eso es año con año. Los departamentos que más generan violencia derivada del narcotráfico es Izabal, Huehuetenango y Petén, que son departamentos fronterizos con México y países centroamericanos. El narcotráfico también genera violencia en la capital y el área metropolitana por la venta de droga al menudeo. 

Hace 20 años las drogas sintéticas no eran conocidas, pero esto ha cambiado ahora. ¿Cuál es la situación de esto en 2023? 

La droga sintética va creciendo, encontrando mercados grandes como los Estados Unidos, como Europa. En Guatemala todavía no tenemos indicios de que estemos produciendo el famoso fentanilo, que sabemos que está causando muertes en diferentes lugares.

La droga sintética va proyectada a un futuro a superar el consumo de la cocaína. La droga sintética se está distribuyendo en áreas donde la cocaína predominaba.

Hoy en día en los Estados Unidos ya está alcanzando un consumo, si no mayor, similar al de la cocaína. Y así está ganando mercado también en Europa. Creemos que dentro de no muchos años esta droga va a tener más auge en todo el mundo. 

¿Cuál ha sido el apoyo, digamos, de países extranjeros como Estados Unidos, en esta lucha contra las drogas? 

Fundamental. Cuando hablamos de capturas con fines de extradición siempre está por de medio Estados Unidos, las agencias extranjeras que nos brindan la información y que ayudan y contribuyen al desarrollo de la inversión de la investigación.

Hay una gran confianza con estas agencias, tanto de parte de ellos hacia nosotros como de nosotros hacia ellos. La lucha contra el narcotráfico en Guatemala no es solo del esfuerzo nuestro, sino que gran parte es de investigaciones e informaciones que nos proveen las agencias extranjeras. 

¿Cómo camina la lucha contra la corrupción interna de SGAIA?  

Es complicado, pero seguimos aplicando todos los controles. Se está realizando constantemente. Para eso estamos trabajando de la mano con el Ministerio Público.

Dentro de los ejes de la transformación policial está la autodepuración y lo estamos haciendo con aquellos malos elementos y prueba de ello es que en muchos operativos donde desarticulamos estructuras, a la par van capturas de policías que tienen señalamientos de estar involucrados, ya sea por facilitar información o no accionar en rutas o cualquier cosa que tenga algún apoyo a estos a estos grupos. No dudamos que hay muchos todavía, pero seguiremos depurando nuestras filas.