Guatemala

Denuncias de “sexting” son cada vez más comunes en fiscalía de Niñez y Adolescencia 

Una de cada 10 denuncias que los fiscales de niñez reciben durante un turno tienen que ver con imágenes sexuales compartidas en la red, denominadas sexting.

El sexting se define como la práctica de compartir imágenes sexuales o indecentes por mensajes en redes sociales y dispositivos electrónicos.

Durante los turnos, el personal de esta fiscalía del Ministerio Público, recibe entre una y dos denuncias de este delito, que en el artículo 190 del Código Penal, se  clasifica como violación a la intimidad sexual, explica el fiscal Misael Torres.

Un caso reciente es el de un menor de 17 años quien envió fotografías íntimas a un hombre que lo amenazó con que si no accedía a tener un encuentro con él “todo mundo se enteraría de las fotografías”.

El día que fue acordada la reunión, el adolescente tuvo la precaución de avisar a una vecina que saldría de casa para encontrarse con un amigo. Después de algunas horas sus familiares empezaron la búsqueda y finalmente fue localizado. Esta es uno de tantos casos investigados de sexting por la recién creada fiscalía de Niñez y Adolescencia. 

La pelea por un novio que terminó en delito

Otro caso es el de un grupo de amigas de segundo básico que solía ser muy unido, hasta que el novio de una de ellas se fijó en otra joven del grupo y entabló una nueva relación. La furia de esta quinceañera despechada fue tal que ideó,  junto a las otras dos, crear un falso perfil en Instagram.

La víctima recibió una llamada de uno de sus compañeros de clase y se sorprendió al ver su fotografía en el perfil que había sido tomada de internet. Además contenía otras imágenes que mostraban partes íntimas de un cuerpo que no era el suyo. El perfil estaba lleno de comentarios de sus propios amigos.

El padre de esta adolescente denunció a la fiscalía de Niñez y Adolescencia y las tres menores,  que tienen entre 14 y 15 años, y ahora deberán enfrentar un proceso en un Juzgado de Menores en Conflicto con la Ley Penal.

“Lo que muchos adolescentes no saben es que a partir de los 14 años al hacer uso de las redes sociales para dañar la privacidad y la intimidad de otros, son sujetos de delito”, explica la fiscal Liza Corzo, quien también se dedica a la investigación de estos casos.

Forma de operar

Tanto Torres como Corzo coinciden en describir la forma en la que los acosadores en red actúan. La víctima, cuando se trata de un desconocido, generalmente es contactada por Facebook. El agresor entabla una amistad hasta que convence al menor de empezar a enviarle fotografías. Luego de que se ha ganado su confianza le pide su número de teléfono y otras cuentas para tener acceso a redes como WhatsApp, Snapchat, entre otras. 

Después de que las imágenes están en poder del agresor, este las difunde o ,con frecuencia, amenaza con hacerlas públicas si la víctima no accede a mandar más fotografías o a tener un encuentro físico.

La búsqueda de estos acosadores en red, muchas veces anónimos, se dificulta, pero no es imposible comenta Corzo. En la red de Snapchat -una aplicación que sirve para enviar archivos, los cuales “desaparecen” del dispositivo del destinatario entre uno y diez segundos después de haberlos visto- basta una captura de pantalla para que las imágenes puedan ser difundidas”, agrega.

Los adolescentes  entre 12 y 16 años  son los que más utilizaron el sexting, según las denuncias.

De acuerdo la psicóloga Skarlett Caceros , autora de un estudio para una empresa que reflejó que el 96 por ciento de padres trabajadores solamente comparten dos horas diarias, dijo que los adolescentes han encontrado en las redes el afecto que no reciben de sus familias.

El apego afectivo es una codependencia al afecto que es más común en los adolescentes y que “terminan por refugiarse en una relación mal sana en las redes”, agrega la psicóloga.

Algunas señales del acosador

Los agresores pueden pasar mucho tiempo encerrados su habitación, por lo general se trata de personas agresivas que no tienen compasión al dolor, no comparten la información que reciben, son usuarios de juegos agresivos,  carecen de afecto, y, “pueden ser incluso víctimas de bullying y consumidores de pornografía”. Su conducta va de la mano con un perfil sociópata porque planifican para causar pánico, detalla Caceros.

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