Guatemala

Imponen penas de 33 y 41 años

Ocho hombres fueron condenados ayer por el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo a cumplir penas que van de 33 a 41 años de prisión, luego de haber sido declarados responsables de la muerte de Byron Geovani Andrade Salazar, propietario de una empresa de seguridad privada.

Ocho hombres son condenados a penas de prisión que van de 33 a 41 años, por la muerte del empresario Byron Geovani Andrade Salazar —fotografía inserta—, cometida en el 2011.

Ocho hombres son condenados a penas de prisión que van de 33 a 41 años, por la muerte del empresario Byron Geovani Andrade Salazar —fotografía inserta—, cometida en el 2011.

El Ministerio Público (MP) acreditó que los sentenciados, tres guardaespaldas y cinco sicarios, coordinaron acciones para ultimar a Andrade Salazar en unas canchas polideportivas ubicadas en la zona 10.

El ataque ocurrió el 11 de junio del 2011, y en este resultó herido Byron Geovani Andrade Chacón, hijo del empresario.

Las penas impuestas fueron de 30 años de prisión inconmutable por asesinato, y tres años más por las lesiones leves ocasionadas a Andrade Chacón.

A los procesados se les comprobó el delito de asociación ilícita, por haber planificado el atentado, y se les impuso una pena de ocho años de cárcel, mientras que los tres custodios fueron absueltos por ese hecho.

Andrade Salazar y Andrade Chacón se encontraban en la cancha deportiva, donde jugaban futbol junto a sus guardaespaldas Juan Gabriel López Herrera, Santiago López Herrera y Manuel Gerardo Bernie de la Peña.

Conversan

Al concluir el juego, padre e hijo buscaron un lugar para sentarse y conversar de asuntos familiares, específicamente el trámite de divorcio que Andrade Salazar afrontaba.

Mientras hablaban, los guardaespaldas se fueron a los vestidores para cambiarse la ropa deportiva. En ese lugar permanecieron ocho minutos, tiempo que los sicarios aprovecharon para atacar al empresario y a su hjo.

Cámaras de seguridad del complejo deportivo captaron cómo los tres guardias de Andrade Salazar conversaron en los vestidores con los sicarios Santiago Arnulfo Pop Barrera y José Ángel Marroquín Estupé.

Quien disparó en contra de Andrade Salazar y su hijo fue Éder Jonathan Cruz Guzmán.

Afuera del complejo esperaban José Román Puac Calderón, jefe de la banda, y Norman Alejandro Pineda, quien condujo el vehículo para escapar del lugar.

Los jueces Yassmin Barrios, Patricia Bustamante y Pablo Xitumul determinaron que los guardaespaldas estaban involucrados en el crimen porque no actuaron para evitarlo.

“Se reunieron con dos de los sicarios, descuidaron a la víctima justo cuando se produjo el ataque, ninguno actuó para ayudar a su jefe; tomaron una conducta pasiva durante el hecho, y en los videos se ve cómo De la Peña corrió en dirección contraria a donde ocurría el atentado”, dijo Xitumul.

Un colaborador eficaz informó que la estructura cobró entre US$17 mil y US$18 por el crimen contra el empresario.

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