Brownfield dijo que el 95% de las drogas que llegan a América del Norte desde América del Sur pasan a través de Centroamérica, lo que impulsa el alto nivel de criminalidad en esa última región, considerada por la ONU la más violenta fuera de zonas de guerra.
La situación en esa región es inclusive más complicada que la de México o Colombia, afirmó, ya que “tenemos siete gobiernos, sociedades y comunidades diferentes (…) con sus propias mentalidades”, dijo el funcionario.
El reto para estos países y la comunidad internacional “es llegar a acuerdos y entendimientos comunes en los elementos básicos de la estrategia (antidrogas), y diría que estamos muy cerca de llegar a ello”, dijo Brownfield.
En dos semanas autoridades del Sistema de Integración Centroamericano, SICA, y los países donantes se reunirán para determinar prioridades y plazos para la nueva estrategia contra el crimen organizado, lanzada el pasado junio en Guatemala, dijo Brownfield.
Para esa iniciativa la comunidad internacional prometió 2 mil millones de dólares.
La lucha contra el narcotráfico es complicada y “cometeremos errores”, concedió Brownfield.
“Pero no podemos ignorar en Estados Unidos lo que pasa en América Central, porque la decisión es muy simple: si ignoramos estas amenazas, estos problemas y estas crisis, las tendremos que resolver cuando estén en las puertas de nuestras casas mañana”, agregó.