Guatemala

Desciende cifra de muertes violentas en 2018, pero el temor continúa

El 2018 reportó un descenso de muertes relacionadas con hechos de violencia, la cifra más baja de los últimos nueve años.

Carmen conoce la violencia homicida  de cerca. El 29 de septiembre pasado, su nieto murió como consecuencia de varios impactos de bala efectuados por delincuentes que lo extorsionaban. Él era piloto de un bus y ya había sufrido un primer atentado, pero salió ileso.


El día que  murió conducía una motocicleta. Se dirigía a  la tienda cuando los  criminales le dispararon. Tenía 22 años, y dejó en orfandad a dos niños —uno de 2 años y el otro de meses de nacido—. El conductor  es una de las víctimas mortales que se cuentan en  el 2018.

El año pasado, las muertes violentas fueron menos, las más bajas desde el 2009 de acuerdo con el registro de necropsias del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif). Sin embargo, para Carmen esto no es un  consuelo.

El año cerró con cuatro mil 914 decesos por hechos violentos, mientras que en el 2017 se contaron cinco mil 384. La disminución, a criterio de analistas en temas de seguridad, es significativa, principalmente al revisar el compartimiento de las cifras de los últimos nueve años.

Sin embargo, aunque los números digan que hay una baja,  el ciudadano de a pie no la percibe, pues los casos de muertes que se reportan son cada vez más atroces —estrangulamiento, desmembramiento y decapitación— e involucran a niños y  mujeres, según el activista Mario Polanco, del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM).

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En el 2018 se reportaron 470 decesos menos asociados a hechos violentos que en el 2017,  una disminución del 9 por ciento, la cifra porcentual más baja de muertes violentas desde el 2010, cuando se contaron  5 por ciento menos que el año anterior.

“El miedo colectivo no se fundamenta en la nada, hay todo un antecedente previo de hechos de violencia que están afectando a la sociedad guatemalteca. Cuantitativamente pueden bajar, pero sigue habiendo, y eso no nos permite tener una clara evidencia de tranquilidad”, menciona el sociólogo Otto Rivera.

“Los guatemaltecos no tienen la certeza de si volverán a sus casas por la noche”, añadió.

Año Necropsias asociadas a hechos criminales
2009 7035
2010 6684
2011 6240
2012 6025
2013 6072
2014 5924
2015 5718
2016 5459
2017 5384
2018 4914

¿Por qué disminuyó?

A criterio de Carlos Mendoza, de la organización civil Diálogos, la baja en las necropsias por hechos violentos que se reportan se debe a algunos cambios legales o institucionales que se dieron entre el 2006 y el 2007, cuyos efectos ahora se ven reflejados.

La Ley contra la Delincuencia Organizada y la creación del Inacif, por ejemplo, permitieron comenzar a resolver casos criminales con evidencia científica y desarticular estructuras criminales. También contribuyó la creación de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y el efecto que tuvo en la disminución de la impunidad, que a su vez redujo la tasa de homicidios, refiere el representante de Diálogos.

Bajo esa premisa, los analistas coinciden en que los recientes cambios en la cúpula policial, muchas veces sin fundamento técnico, podría tener consecuencias negativas que se verán en los próximos años.

Mujeres son más vulnerables 

Las muertes violentas de mujeres también evidenciaron un descenso del 6% entre el 2018 y el 2017, y si se va más allá, del 2009 al año pasado la cifra bajó más del 35%. Según Mendoza, por cada ocho hombres que son víctimas de violencia hay una mujer que también lo es.

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“Hemos visto que la violencia contra la mujer tiene una naturaleza posiblemente distinta a la de los hombres. La de estos ocurre frecuentemente en los espacios públicos, en el caso de la mujer ocurre en espacios privados y muchas veces víctimas de la pareja”, agregó.


La vulnerabilidad de este sector de la población también es notoria con el reporte de desapariciones. La alerta Isabel-Claudina evidencia un promedio de cuatro al día.

Según Alejandro Chang, coordinador de la alerta, “la reacción inmediata es vital y se asume que hay riesgo desde el momento que se recibe la denuncia”.

Activada el 6 de agosto pasado, a la fecha se cuentan 363 reportes. Fue noviembre el mes con más alertas —un total de 133—, seguido de octubre, con 127.

El consolidado del 2018 reporta que el 72.64% de las desaparecidas no tienen más de 30 años, mientras que un 3.73% son mayores de 61 años. Discusiones familiares son la principal razón que llevan a que ocurran estos casos.

De las alertas emitidas, 66% ya fueron desactivados. Chang menciona que la voluntad de las personas involucradas en la búsqueda (4 auxiliares que se turnan 24 x72) de las desapariciones es vital para que el mecanismo funcione.

Además, que la investigación va más allá de salir a las calles, pues las pesquisas también se desarrollan “en la vida cibernética de las mujeres, por lo que tratamos de tener comunicación con amigos por Facebook, esto nos ahorra tiempo y recursos porque nos facilitan contactos de personas que vieron por última vez y vamos haciendo una cadena dentro de su círculo comunitario”, agrega.

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ESCRITO POR:

Ana Lucía Ola

Periodista de Prensa Libre especializada en temas comunitarios, con énfasis en Salud y Educación, con 17 años de experiencia. Reconocida con el Premio de Prensa Libre en categoría Reportaje, en 2019. Premio de la UPANA por Informar a la población guatemalteca sobre la realidad en nutrición y desnutrición en el país, en 2019. Diplomado El periodismo en la era digital como agente y líder de la transformación digital impartido por el Tecnológico de Monterrey.