Se estableció que los menores, originarios de Totonicapán, también ofrecen productos en la zona 1 y son utilizados para llevar dinero a sus padres que residen en la provincia.
Expertos que conocen la problemática dijeron que las personas que están detrás de estos ilícitos son conocidos de los padres que alquilan a sus hijos, sin saber que están participando en un delito.
Extensas jornadas
Sandra Gularte, delegada de la Procuraduría de Derechos Humanos, explicó que en este caso los niños ingresaban a las aulas de la Usac donde vendían las golosinas que les entregaban.
Mencionó que una niña de 15 años laboraba desde las 5 horas hasta las 19 horas para vender fruta.
Gularte indicó que hay un niño que ni siquiera sabe sus datos personales y es porque no asiste a la escuela. “Los niños aparentan una edad menor a lo normal y esto se debe a los niveles de desnutrición y por estar en la calle. La más grande tiene 15 años, pero si usted la ve pareciera que tiene 11”, refirió.
Agregó que los menores pasan hasta un año en la capital y luego vuelven con sus padres. Por ahora deberán permanecer en un albergue mientras un juez decide su custodia.
Por este caso fue detenido Diego Manuel Pu Castro, 23, quien, según las autoridades, explotaba a los niños y les pedía Q800 diarios y no les proveía de suficiente alimentación.
Investigadores policiales revelaron que están tras esta red que también moviliza a menores por sectores de la calzada Aguilar Batres, zona 12.
En la PDH se tienen más casos documentados a los que ya se les da seguimiento se informó.
Buscan a culpables
Autoridades han identificado a red involucrada en explotación infantil.
Q300 reciben los padres de los niños explotados.
Dos casos más son investigados.