Migrantes

Más de 50 mil familias han huido de Guatemala en solo cuatro meses

Ni la separación familiar, ni la inversión de miles de dólares en campañas de disuasión, tampoco las noticias ampliamente difundidas de las muertes de niños guatemaltecos mientras estaban en custodia de la Patrulla Fronteriza han podido detener el flujo de familias que salen de Guatemala hacia EE. UU. en busca de un mejor futuro.

La familia del niño guatemalteco Felipe Gómez Alonzo, quien murió en territorio estadounidense luego de migrar junto on su padre, vive en condiciones precarias una comunidad de Nentón, Huehuetenango. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La familia del niño guatemalteco Felipe Gómez Alonzo, quien murió en territorio estadounidense luego de migrar junto on su padre, vive en condiciones precarias una comunidad de Nentón, Huehuetenango. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Las cifras nunca antes vistas de núcleos de familias —o unidades familiares como las clasifican las autoridades estadounidenses— han roto cualquier récord, incluso a nivel regional ya que en los primeros cuatro meses del año fiscal 2019 la Patrulla de Protección Fronteriza (CBP en inglés) reportó la detención de 50 mil 593 unidades; un promedio mensual de 12 mil 648, con lo cual ya se rebasó el total del año pasado de 50 mil 401 y por mucho el de los años 2017 y 2016.

La cifra refleja, incluso, que la cantidad de familias guatemaltecas detenidas es superior a cualquier otra de Honduras, El Salvador y México, países que juntos registran en el mismo periodo la detención de 46 mil 38 familias.

El aumento sin precedentes podría estar relacionado no solo a los mismos factores históricos, pobreza, desempleo, ausencia del estado y pobres servicios básicos, sino a que se ha extendido la falsa información de que al llegar a la frontera sur de EE. UU. con un niño es el equivalente a quedarse en se país.

Juan Aguilar, alcalde de San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango, confirma que alrededor de 100 a 150 personas, salen del municipio cada semana, incluidas muchas que llevan a un menor de edad. El fenómeno ocurre “casi en todas las aldeas”, asegura.

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“Aquí hay que vivir la realidad para entenderla. Aquí no hay inversión pública, ni oportunidades de trabajo, entonces —la migración— no se puede detener”, expuso el jefe edil, quien añade que la situación preocupa a las autoridades municipales, aunque reconoce que las remesas familiares han cambiado el rostro del municipio.

Al hablar del aumento de núcleos familiares que viajan a EE. UU. Aguilar explica que se ha escuchado en el municipio de que al llegar a ese país “con dos o tres hijos”, las autoridades no los deportarán, por lo cual “este año se han ido más familias, de diferentes aldeas e incluso del centro”.

Estas familias, lamentó el alcalde de San Juan Ostuncalco, muchas veces hipotecan sus terrenos, viajan y no pasan; por lo tanto, al ser deportados regresan “peor de cómo estaban antes”.

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No regresan a la escuela

La realidad no es muy diferente en Huehuetenango.

El alcalde de San Juan Ixcoy, Miguel Bautista Ramírez, contó que entre 10 a 15 estudiantes en cada una de las 60 escuelas de las comunidades que componen el municipio no regresaron a estudiar en el actual ciclo escolar.

“La verdad aquí no sé qué va a pasar después. Los padres y madres siguen saliendo con sus hijos”, comentó Bautista. Quien atribuyó a que muchas de estas familias tienen parientes en EE. UU. quienes los convencen de que hagan el viaje.

En el tramo final se observa el mayor atraso y conflictividad social, en Ixquisis, San Juan Ixcoy, Huehuetenango. (Foto Prensa Libre: Juan Carlos Rivera)

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El edil confirmó que en San Juan Ixcoy también se ha propagado el rumor de que es mejor viajar con niños. “Hay rumores, no sé qué tan ciertos sean, que con niños se les facilita pasar, —los rumores— son entre los mismos vecinos, incluso hay señoritas embarazadas que se van”, precisó.

Sin embargo, el embajador de EE. UU. en Guatemala Luis Arreaga descartó que una persona tenga más posibilidades de quedarse en aquel país, de llegar a la frontera sur con un menor de edad y calificó esos rumores como “grandes mentiras”.

“No es cierto que si usted entra a los Estados Unidos con un niño y se entrega a la Patrulla Fronteriza lo dejarán entrar de manera automática. Si usted entra con un niño igual será detenido y deportado no hay reglas especiales que favorezcan a las familias”, expuso el embajador Arreaga en una entrevista ofrecida a una radio local de Huehuetenango y cuyo audio fue facilitado por la embajada.

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También indicó que es falso el que las embarazadas tengan prerrogativas, o que los coyotes sean amigos de los migrantes puesto que lo único que buscan es “ganar dinero”.

Arreaga advirtió que ahora la frontera sur de EE. UU. está “más segura que nunca”, y subrayó que si alguien es detenido será deportado sin importar su edad o si llevan a un menor de edad.

La familia de Jakelin Caal, niña migrante que falleció en custodia de la Patrulla Fronteriza en diciembre pasado, vive en condiciones de pobreza en una aldea de Raxruhá, Alta Verapaz. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Hay mucha necesidad

Pero la gente sigue saliendo de Guatemala, a pesar de las amenazas de la construcción de un muro fronterizo del presidente Donald Trump, así como a la inversión millonaria que ha hecho EE. UU. en Centroamérica para disuadir la migración.

En octubre del año pasado, la Embajada de ese país informó que la CBP destinaría US$1.3 millones en Guatemala, Honduras y El Salvador para impulsar una campaña para enviar mensajes por medios digitales, impresos, radio, y televisión para disuadir la migración.

Del total, US$750 mil —unos Q5.8 millones—, serían en medios de Guatemala.

Pese a los esfuerzos, los guatemaltecos siguen migrando. Tampoco los disuade los riesgos de la travesía, ni siquiera el hecho de que al menos tres niños murieron el año pasado por causas asociadas al cuidado que recibieron mientras estaban en custodia de las autoridades estadounidenses.

La respuesta que los alcaldes dan a esta inquietud es que las noticias no llegan a las áreas más remotas de los municipios, pero también a que la necesidad es más fuerte.

“Le voy a ser sincero”, responde al respecto el alcalde de San Juan Ostuncalco. “La información —de los riesgos de la migración— a veces se da solo en el centro, pero en las comunidades necesitan que lleguen esas capacitaciones y decirles cuáles son los peligros que se presentan”, añade.

Aguilar asegura que en la cabecera del municipio sí hay campañas de información, pero la gente a pesar de que conoce los riegos decide migrar. “En el centro hay campañas, pero usted sabe que la necesidad no tiene límite y a veces muchos piensan ‘prefiero morirme en el camino y no de hambre en mi país’”, asegura.

El edil de San Juan Ixcoy coincide en que la gente a veces sí se entera de las noticias trágicas relacionadas a la migración, pero que muchos “están dispuestos a correr el riesgo a pesar de que se enteran de los peligros”.

Los alcaldes de estos dos municipios tienen claro que reducir la migración ilegal no será posible con el esfuerzos solo de las municipalidades, puesto que es algo en lo que se tiene que involucrar el gobierno que debe invertir en mayor educación, salud y generación de fuentes de empleo.

“Una bofetada”

El analista en temas de migración Pedro Pablo Solares calificó el incremento de familias guatemaltecas detenidas al cruzar la frontera como “una bofetada de la realidad a los políticos y gobiernos de Guatemala y EE. UU. que han insistido en abordar la migración desde una perspectiva de seguridad.

“La migración es ya el principal modelo de supervivencia para la población nacional, y las medidas políticas de disuasión, además de inhumanas, se demuestra que son fracasadas”, aseguró Solares.

Al hablar de una posible incidencia de los rumores propagados por coyotes, Solares indica que estos “pueden tener estrategias de venta de sus servicios. Pero estas no pueden estar alejadas de la realidad”.

“Explicar la migración masiva como consecuencia del ‘engaño de coyotes’ ha sido un error recurrente de las últimas décadas”, añadió.

Se solicitó una postura a la Cancillería sobre el aumento de familias migrantes que han sido detenidas en EE. UU., pero al cierre de esta nota no habían respondido.

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