
Los hondureños fueron atendidos por voluntarios, quienes les proporcionaron comida, agua, medicina y ropa para que continuaran su viaje en busca de acercarse a la frontera de Guatemala y México.
Rossy Guerra, coordinada de Casa Abel, manifestó: “duele ver a niños y ancianos que viajan en compañía de sus familiares. Les dimos cena y desayuno para que tengan fuerzas en ese viaje peligroso, pero ellos aún guardan la esperanza de tener una mejor vida en Estados Unidos”.
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Esta mañana el grupo se dividió rumbo a la frontera con México, informaron fuentes locales. Algunos hondureños explicaron que buscan unirse a la primera caravana, la cual se encuentra en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México.
Irvin Salguero, hondureño, comentó que se dividirán en dos grupos, el primero viajará rumbo a Petén, y el otro, a la capital. “Guatemala es el único país que nos ha apoyado en el viaje y el pueblo de Honduras se los agradece. Si me deportan vuelvo a irme a Estados Unidos, porque en mi país quedarse es una sentencia, porque las pandillas te quitan la vida o mueres porque no tienes alimento”, señaló Salguero.
Puesto de control
La caravana de migrantes traspasó un control policial luego de dialogar con las autoridades. El puesto de control, instalado en el kilómetro 171 de la carretera hacia Chiquimula, estaba integrado por agentes de la Policía Nacional Civil, Ejército y personal de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, con el fin de disuadir a los caminantes.
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Pero los migrantes, que habían pasado la frontera de Agua Caliente, Honduras, consiguieron eludir el retén tras dialogar con las autoridades, según indicó la directora de Comunicación Social de la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala, Lesvia Salguero.
Los representantes del ombudsman en el puesto de control certificaron que las autoridades respetaran los derechos humanos de los migrantes, aunque éstos “no han recibido asistencia humanitaria por parte del Gobierno”, explicó la Procuraduría.
Los migrantes siguieron la marcha por la ruta con el fin de cruzar el territorio guatemalteco (unos 250 kilómetros a lo ancho) y llegar a la frontera con México, para continuar hacia su destino: Estados Unidos.
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Al menos siete mil personas forman parte de la caravana de migrantes centroamericanos que desde el pasado 13 de octubre avanza rumbo a Estados Unidos, según estimó las Naciones Unidas.
Tras haber recorrido durante una semana Guatemala, el objetivo de la caravana es alcanzar la frontera de México con Estados Unidos, lo que supone un recorrido de dos mil kilómetros hacia la zona noreste o de casi cuatro mil kilómetros, si se opta por la ruta del noroeste que lleva a Tijuana.
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