La Casa del Migrante de Guatemala, por ejemplo, afirmó que una organización social que hace un trabajo similar en Honduras tenía confirmado la salida de la marcha.
Carol Girón, voluntaria de esa organización, indicó que la Pastoral de Movilidad Humana de Honduras trabaja en comunidades de origen de migración y a ellos, muchos hondureños les confirmaron que saldrían en la caravana. De momento se desconoce qué ruta utilizarían para ingresar a Guatemala.
Desde la tarde del lunes, medios de comunicación comenzaron a publicar fotografías que mostraban a personas que respondieron a la convocatoria de migrar en masa a EE. UU.
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Esta caravana ocurriría tres meses después de que se produjeron las primeras, que en su recorrido por Guatemala se fueron nutriendo de personas que buscaban llegar a EE. UU. La Casa del Migrante contabilizó en ese entonces que atendió a 13 mil personas, por lo cual ahora ya se prepara.
“Estamos pensando en que si el Estado no activa un albergue nosotros vamos a ofrecer alojamiento por una noche, alimentación e higiene para que los migrantes puedan seguir con el tránsito seguro”, precisó Girón. Agregó que el año pasado habilitaron albergues adjuntos, lo cuales también se podrían utilizar en esta ocasión, de ser necesario.
Añadió que a los migrantes también se les orienta sobre sus derechos y los riesgos del tránsito por Guatemala y México. Dijo esperar que la solidaridad de los guatemaltecos se muestre de nuevo, como ocurrió el año pasado, cuando recibieron donaciones de alimentos, ropa y artículos de higiene.
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No migren
Mientras tanto las autoridades hondureñas hicieron esfuerzos porque la caravana no se produjera.
Este lunes, la vicecanciller, Nelly Jerez, pidió a sus connacionales que no se dejen engañar y que no viajen de manera irregular porque, aunque migrar es un derecho, hacerlo de esa forma implica muchos riesgos.
Según la funcionaria, al menos 11 hondureños que viajaron en las anteriores caravanas murieron en distintas circunstancias; además, recordó que de completar la travesía hasta la frontera sur de EE. UU. el ingreso no es fácil, lo cual se demuestra, asegura, con que más de dos mil 500 hondureños permanecen en albergues a la espera de ingresar a ese país.
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En alerta
En Guatemala, la embajadora hondureña, Vivian Panting, comentó que el comité de emergencia que se instaló durante el primer éxodo se encuentra en alerta para atender a los migrantes en lo que necesiten.
Precisó que de concretarse la caravana la misión diplomática le dará seguimiento hasta que llegue a la frontera con México para atender sus necesidades y asegurarse de que estarán en albergues adecuados, también se les proveerá transporte si desean retornar a Honduras.
Panting dice que desde octubre a la fecha el gobierno hondureño ha implementado una campaña de disuasión, lo que sumado a los trágicos acontecimientos ocurridos alrededor de estos migrantes, aquellos que piensan viajar, considera, han percibido que la travesía no es fácil.
La embajadora confía en que “las personas puedan entender el mensaje de no arriesgar sus vidas; sin embargo, todos sabemos que la falta de oportunidades y la esperanza de tener una vida mejor en Estados Unidos” hace que salgan del país.
Las autoridades guatemaltecas, mientras tanto, no dan mucha información sobre los planes de contingencia a adoptar por esta nueva caravana.
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Ante las consultas de periodistas, la Cancillería reconoció que funcionarios guatemaltecos y hondureños sostuvieron el lunes una reunión donde se abordó el tema de la caravana, pero no ofrecieron detalles de las conclusiones.
En la reunión participó el alto mando de la Policía Nacional Civil, entre otras instituciones del Gobierno. Aunque no se supo las acciones puntuales que adoptarán, se conoció que las medidas están incluidas en el “Plan de Actuación de Eventos Masivos de Migración Internacional Irregular”.
La necesidad de migrar es más fuerte que las medidas de represión que implementan los gobierno o que las advertencias que han hecho, asegura Girón.
“Queramos o no los estados tenemos que responder ante las motivaciones que obligan a la población a salir no podemos hacernos de la vista gorda. Hay que revisar y atender esas causas”, precisó la activista.
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