Política

Alejandro Giammattei: venimos de tener cuatro años de una mala relación con el mundo

El presidente electo, Alejandro Giammattei, no ha parado de trabajar desde su elección y, aunque reconoce algunos atrasos en el proceso de transición, también dice estar seguro cuál es el camino a seguir para recuperar la confianza, no solo internacional, sino en el país para impulsar temas como la inversión, empleo y seguridad.

Alejandro Eduardo Giammattei Falla, presidente electo de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

Alejandro Eduardo Giammattei Falla, presidente electo de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

Desde su oficina privada, en la casa de transición de gobierno, en la zona 13, el presidente electo, Alejandro Giammattei, habló con Prensa Libre sobre temas que están en la mesa a poco más de dos meses de asumir el destino político del país.

El presidente electo dice estar centrado en recuperar un país que en los últimos cuatro años ha sido víctima de malas decisiones y centra muchos de sus esfuerzos en revisar los últimos procesos y decisiones del actual gobierno, para declarar la lesividad de los que corresponda cuando tome posesión.

Con un rostro visiblemente cansado pero con el ánimo en alto, Giammattei habló sobre muchos temas, incluso reiteró algunas promesas de campaña, las que, promete, serán una realidad. Se nota optimista y seguro de tener un equipo de trabajo que también está haciendo un esfuerzo en cada área asignada.

¿Qué tanto le ha cambiado la vida de cuando era candidato?

Mucho. Las etapas marcan y uno asume roles distintos. En la campaña, el rol es ser confrontativo, porque hay rivales contra quien serlo, pero como presidente no se puede ser confrontativo, porque se representa la unidad nacional, es un cambio radical.

A partir del 11 de agosto, en la noche, fui electo, y tengo que principiar a cumplir con el artículo 182 de la Constitución: El presidente representa la unidad de la nación. Entonces, no es que cambie el discurso, porque lo único que quiero es seguir atacando los males del país, los rivales son distintos. Hoy la crítica va a lo interno del Gobierno y sus instituciones, y entonces, ya el rival es la burocracia que ha querido y ha mantenido un estatus quo de indolencia, incapacidad e ineficiencia.

Ahora es hablarle a la gente, pero comenzar a pensar que lo que hay que hacer es innovar y crear desarrollo.

¿Cuál es su perspectiva de Guatemala, como presidente electo?

Yo tengo el mismo concepto, o sea, Guatemala es un país que puede salir adelante, lo que pasa es que ha sido pésimamente administrado. Es un país que nosotros sabemos que el tema de la corrupción es grande y es un monstruo de mil cabezas, lo sigo corroborando, viendo, incluso con las acciones de despedida de los funcionarios de este Gobierno. Por ejemplo, la licitación de pasaportes por 10 años, cuando hay una fecha fatal para que los países incorporen un chip al pasaporte y esos que se licitaron son exactamente igual a los que tenemos ahorita. Ese contrato es lesivo para la nación, porque para el 2021 los países, para que sus ciudadanos no tengan problemas, tienen que tener un pasaporte con un chip, entonces, esta licitación está fuera de lugar, pero qué se puede decir del director del Instituto Nacional de Migración, que se dispara una licitación a la cual nosotros ya estamos pidiendo oficialmente que la Contraloría General de Cuentas de la Nación intervenga y la declare que no es correcta. También le vamos a pedir a la Procuraduría General de la Nación que la declare lesiva, porque cómo van a contratar pasaportes por 10 años, cuando uno sabe que en dos años ya no sirve.

También hay cosas ridículas, como los contratos multianuales de arrendamientos de edificios, donde se incrementan de manera gigantesca. Por ejemplo, el Mides -Ministerio de Desarrollo Social- paga de renta al año Q13.6 millones, por muy caro que construyeran un edificio en cuatro años se pagará y ¿eso será casualidad?

Hay una percepción de que ha cambiado su discurso, parece más conciliatorio

Lo que pasa es que el candidato tiene que cambiar por ley, al momento de ganar, lo dice el artículo 182 de la Constitución. Eso significa que hay que pasar a un momento eminentemente conciliador, sin olvidar que hay enemigos que hay que enfrentar porque perjudican la unidad de la nación o a la sociedad, entre estos está la corrupción, el narcotráfico, las maras y otras.

Después del trajín de la campaña, y ahora que ha estado viajando al extranjero ¿Cómo se siente de salud?

Estoy muy bien, un poco gordo, pero eso es producto de lo mal que se come durante la campaña. Estoy tratando de bajar de peso, ya lo hice un poco, por recomendación del médico. Ya pasé todos los chequeos con el cardiólogo. A las dos semanas de haber ganado me comencé a hacer los exámenes médicos, desde radiografías de pulmones, electrocardiogramas, entre otros, y todo salió, bendito sea Dios, muy bien, así que estoy bien, tomando vitaminas, porque durante la campaña no lo hice.

¿Qué tanto ha avanzado el proceso de transición?

El proceso de transición per se, de gobierno entrante a gobierno saliente, lo arrancamos en octubre, la transición como tal no va a durar cinco meses. Estamos en esta etapa.

Nosotros ya nos habíamos sentado el día siguiente de la elección y hablamos, incluso, dos semanas antes, porque las encuestas nos daban muchas posibilidades, entonces, habíamos pensado ¿qué vamos a hacer los cinco meses? porque pensamos que podríamos tener un desgaste muy grande y entrar con un gobierno muy desgastado. Había que tratar de mantener y aumentar la buena percepción que habíamos logrado y lo que hicimos fue sentarnos ese 12 de agosto y plantear cuál sería la estrategia, y esa es la hemos venido utilizando.

Nos propusimos que íbamos a entrar en la transición cuando el gobierno nos abriera la puerta, porque vamos a ser muy cuidadosos de no caer en el pecado de asumir funciones que no nos tocan, porque la gente ya quiere que de una asuma. ¡Muerto el rey, viva el rey! pero uno no está en funciones, e incluso podría caer en el delito de usurpación de funciones si se mete a hacer cosas que no le corresponden.

Lo único que podemos hacer es ver cómo impedimos legalmente algunas cosas anómalas, o cómo podemos tener argumentos sustantivos para declarar la lesividad, nulidad o denuncias en los casos que corresponden, pero no podemos ir más allá.

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La otra es que venimos de tener cuatro años de una mala relación con el mundo, pues se deterioraron. Que me disculpe la señora canciller -Sandra Jovel- y el presidente -Jimmy Morales-, pero la percepción de Guatemala en los organismos internacionales, multilaterales o bilaterales no es buena. Me tocó ir a algunos países a pedir, incluso perdón a países y funcionarios. Comencé a tener la responsabilidad de reconstruir la posibilidad que teníamos de que agencias internacionales de cooperación se iban del país producto de una política exterior que se lleva, para mi punto de vista, bastante equivocada. Lo que hemos tratado de hacer es recuperar esos espacios, y los hemos recuperado, hemos llegado muy claramente a decir qué es lo queremos hacer, cómo vemos la situación y cómo nos pueden ayudar con la cooperación y donde hemos tenido que pedir disculpas por lo que hemos hecho, no como presidente, porque no lo soy, pero sí como un ciudadano, por lo que su gobierno ha hecho, a lo que tengo derecho.

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