Política

Armando de la Torre: la peor enfermedad de Guatemala es la desconfianza

Desde la perspectiva que le da la el haber vivido grandes etapas de la historia de Guatemala, Armando de la Torre ve en el cambio de gobierno una oportunidad de corregir el rumbo y rescatar una Guatemala que está sumida en lo que el llama su peor enfermedad: la desconfianza.

El sociólogo Armando de la Torre, durante una entrevista con Prensa Libre, evalúa el trabajo Jimmy Morales y expresa su optimismo por el cambio de gobierno. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

El sociólogo Armando de la Torre, durante una entrevista con Prensa Libre, evalúa el trabajo Jimmy Morales y expresa su optimismo por el cambio de gobierno. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

De la Torre abrió las puertas de su hogar a Prensa Libre e hizo un repaso por los peores males del país, que según él comienzan en el sistema de justicia, pero también dibujó un hilo de esperanza en un gobierno que tiene, al menos en apariencia, más experiencia que el que termina.

 

Con la visión que solo le permite el haber conocido rostro de la tragedia en Guatemala, cuando vino por primera vez al país después del terremoto de 1976, su paso por las aulas universitarias de la Universidad Francisco Marroquín, donde fue uno de los fundadores de la Facultad de Ciencias Sociales, sin dejar de lado sus estudios en teología y psicología que hizo en Europa, Armando de la Torre augura una oportunidad para Guatemala, un país que necesita trazarse líneas de desarrollo para evitar males mayores.

¿Cuáles son sus expectativas acerca del desarrollo del país a partir de este año?

Creo que Guatemala va a estar mejor en los próximos cuatro años. Soy optimista porque Alejandro  Giammattei conoce más que el actual presidente -Jimmy Morales-. Solo le tengo miedo al poder judicial, que es catastrófico, y al Congreso, donde hay algunos buenos diputados, pero los malos se encasillan luego no hay manera de sacarlos. Estos dos poderes son los dos traumas de la política en Guatemala.

El país está entrando a un periodo muy bueno de desarrollo, paz, progreso y de muchas formas. Las épocas de las luchas civiles, de golpes de Estado, violencia política, anárquica y caótica, se están superando. El desarrollo de Guatemala ha sido muy bueno, aunque, por supuesto, pudo haber sido mejor, pero esta progresando a un buen ritmo.

¿Cómo ve el cambio de Gobierno?

Giammattei es un hombre que tiene buena voluntad y creo que conoce, y es experimentado. Que las personas que escogió para su gobierno no serían las que uno elegiría, eso siempre es así. Creo que el gabinete que ha reunido es bueno y va a tener el apoyo del presidente más enérgico que ha tenido EE. UU., que es Donald Trump, quien es un hombre fuerte y con ideas muy definidas.

Se debe tomar en cuenta que las exportaciones se mantienen al alza, aunque sea muy poca; no tenemos una deuda externa muy grande y no la deberíamos tener, con una población joven que es nuestro activo número uno, aunque está mal educada y mal formada. Teniendo en cuenta eso y otros factores internacionales, yo diría que nos esperan cuatro años buenos.

¿Cuáles son los principales retos para resolver en estos cuatro años?

Yo pondría en primer lugar la explosión demográfica: hay demasiados jóvenes adolescentes teniendo hijos sin sentido de responsabilidad suficiente, lo cual frena el desarrollo y crea crisis violentas.

Otro problema que se debe enfrentar es la educación, sobre todo la estatal, porque es muy deficiente, siempre lo ha sido. En los últimos cuatro años no se vieron mejoras notables y no sé si se verán en los próximos cuatro años.

Hay mucha burocracia, no sabemos cuantos burócratas tenemos porque no terminan los censos, debemos estar alrededor de medio millón, y tal vez con unos 80 mil nos bastaría.

La deuda nuestra no es alta pero sigue creciendo, por los presupuestos desfinanciados que tenemos una y otra vez.

¿Y en la generación de empleo?

En la actualidad tenemos pocas industrias bien instaladas. Tenemos poca inversión de capital y la única forma de atraerlo es inspirando confianza para los inversionistas, y desgraciadamente ningún gobierno se ha caracterizado por favorecer la inversión en gran escala.  Falta una verdadera política de inversión y no sé si la habrá en estos cuatro años.

El capital es lo más cobarde que existe, pues huye en cuanto ve una amenaza, y aquí hay mucha gente que aprovecha, viola la ley y desalienta al inversionista. Los sindicatos no ayudan, pues, en general, son corruptos y solo buscan satisfacer sus necesidades a corto plazo para sus agremiados no para el país.

¿Qué tanto impactará la política anti migratoria de Trump en los próximos años?

Mucho. La política de Trump es para favorecer a los Estados Unidos, no a nosotros. Entonces, está poniendo trabas porque la política migratoria se ha hecho un relajo para ese país. A Estados Unidos ingresa legalmente cada año cerca de un millón de migrantes, pero ilegalmente entran entre tres y cuatro millones más y eso no lo aguanta ningún país del mundo.

Las remesas han sido una bendición para Guatemala, porque gracias a ellas hemos podido compensar los reiteraros déficit presupuestarios que no deberían darse, pero eso ya es culpa de los diputados que no saben qué es gobernar, al igual que el Ejecutivo. Creo que el gobierno de Guatemala tiene suficientes ayudas de la cooperación internacional para que el país tenga un despegue permanente sin necesidad de la migración ilegal.

Los migrantes han ayudado al país con las remesas a corto plazo, pero a largo plazo es otra cosa, porque el joven que manda sus dólares está manteniendo aquí a  otros de similar edad que no quiere trabajar o no tienen oportunidad de empleo, entones se está creando una población parasitaria  de varios millones que viven a costa de otros guatemaltecos, y eso no es sano.

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