Política

Jorge Quiroga, expresidente boliviano: El desafío es que la institucionalidad luche contra la corrupción

El narcotráfico, la corrupción y el éxodo de personas podrían poner en riesgo un sistema democrático, por ello estos son temas principales sobre los cuales los candidatos deberían hacer propuestas, señala el expresidente de Bolivia, Jorge Quiroga.

Jorge Quiroga, expresidente de Bolivia, habla sobre los desafíos de los países frente al narcotráfico, la corrupción y el autoritarismo.

Jorge Quiroga, expresidente de Bolivia, habla sobre los desafíos de los países frente al narcotráfico, la corrupción y el autoritarismo.

Guatevisión y Prensa Libre conversaron con Quiroga Ramírez, conocido popularmente como Tuto Quiroga, político boliviano y sexagésimo segundo presidente de Bolivia, (2001 – 2002). Él es uno de los invitados al IV Encuentro Ciudadano ¿Elecciones libres o democracia secuestrada?, organizado por la Fundación Libertad y Desarrollo, que se celebrará este miércoles de 8.30 a 11.30 horas en el Hotel Camino Real.

Quiroga señala que es necesario combatir el narcotráfico y la corrupción para lograr una democracia completa y elecciones más libres.

¿Qué lleva a una democracia cooptada?

Hemos visto en América Latina que hay actores exógenos, dañinos que tratan de secuestrar la democracia. Hay tres grandes categorías: narcotráfico, corrupción y agentes externos. En el narcotráfico hemos visto cómo puede empezar a cooptar y copar municipios, alcaldes o conseguirse diputados o parlamentarios, o incluso a veces hasta gobiernos, como fue el caso que se dio en Colombia en la década de los 90, donde los carteles eran tan poderosos que copaban diferentes instancias del Estado, jueces y además,  amordazaban a la prensa libre.

Lo que caracteriza al secuestro del Estado es cooptar a las instituciones y amordazar a la prensa. El narcotráfico es un elemento y se ve que en Bolivia, Guatemala, México y El Salvador tenemos problemas de narcotráfico, como en Perú, Colombia, entre otros.

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La corrupción también y el ejemplo de Brasil y el caso de Odebrecht lleva consorcios empresariales grandes. Se cartelizan y cooptan toda la obra pública, tanto doméstica, en el caso de Brasil, y la parte externa también, y exportan un modelo de corrupción muy grande. Lo bueno de Brasil es que ha demostrado que con justicia independiente y prensa libre agresiva se puede sancionar la corrupción cuando empresarios grandes, políticos y hasta presidentes como Lula da Silva terminan presos por haber montado ese esquema de corrupción.

El tercer elemento después de narcotráfico y corrupción son los factores externos, por ejemplo, Venezuela, que es un Estado capturado por los cubanos, que son quienes dirigen la represión, el régimen autoritario que ha destruido Venezuela.

Narcotráfico y corrupción son un factor arraigado en Latinoamérica, ¿qué debe hacer un Estado para erradicarla?

Ustedes conocen mejor su realidad doméstica. El narcotráfico es un fenómeno global que requiere internacionalizar la lucha. A mí me duele ver cómo los gobiernos a veces no coordinan las medidas de lucha contra el narcotráfico, cuando los delincuentes coordinan intensamente y cotidianamente.

Aseguro que desde la producción de coca de los Andes de Sudamérica, de Bolivia, de Perú hasta la elaboración de pasta base y cocaína, la exportación vía Colombia a Venezuela, de allí  a Centroamérica y el Triángulo Norte a México, de México a Estados Unidos, los delincuentes coordinan y trabajan mancomunadamente, y los estados lo hacen cada uno para enfrentar un fenómeno global. Hace falta conseguir una sinergia de coordinación mancomunadamente, buscar dar respuesta a esto.

Sobre el tema de corrupción, en Guatemala creo que hay que hacerlo al reverso, así como hay que coordinar la lucha contra el narcotráfico, acá hay que nacionalizar la lucha contra la corrupción.

¿Es Cicig un modelo efectivo para combatir la corrupción?

Todos vimos con muy buenos ojos lo que fue la tarea de al Cicig -Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala- y avanzar contra la corrupción mostrando que la impunidad ya no campeaba, cuando aquí en Guatemala el mundo entero vio que altísimas autoridades del gobierno eran procesadas y dejábamos eso de que el poderoso de turno tiene inmunidad, impunidad absoluta para hacer corrupción. Claro yo entiendo la frustración de que sea un elemento exógeno, que sea una institución externa como la Cicig que viene a hacer esto.

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Pero le puedo decir que lo mejor sería que fuera doméstica, pero lo peor es que no lo haga nadie, ni fuera ni dentro, y que la corrupción campee a sus anchas. Creo que el desafío que tiene Guatemala es lograr tener esta capacidad institucional de procesar la corrupción de acabar con la impunidad y pueda tener una suerte de nacionalización y de tener instancias externas institucionales. Ese es un desafío. Pero es alentador ver que acá con Cicig se hace. Lo ideal es Brasil, donde uno veía allí que al igual que acá los ciudadanos se movilizaban en las calles contra la corrupción, en Brasil también, y es evidente que si queremos apoyar a nuestro país lo mejor es apoyar a un jugador local como Sergio Moro -ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil- que a uno que venga con el sombrerito de Naciones Unidas.

Creo que lo alentador para mí en Guatemala es que la impunidad ha terminado. Se procesa, se investiga la corrupción. El objetivo es cómo lograr darle permanencia en el tiempo a los esfuerzos de Cicig, y que sea una capacidad local la que luche contra la corrupción.

¿Qué reflejan las crisis migratorias en los Estados?

Tenía una amiga mexicana que decía que cuando falta empleo, la gente joven, particularmente en nuestros países, busca alternativas, y los conductos por los cuales se sale es criminalidad, movilidad e informalidad.

Cuando no hay generación de empleos sostenibles, la gente joven, o cae en las pandillas o maras, crimen y narcotráfico o migra, se va a Estados Unidos, en el caso de mi país, a España o Argentina, y luego la informalidad, que es parte de lo que no permite tener sistemas institucionales de generación de crecimiento económico es un desafío que tenemos.

Yo pondría dos elementos de perspectiva sobre esto. Lo que está pasando en EE. UU. es diferente. En este sentido no quiero personalizar. Uno se pone a hablar de -el presidente Donald- Trump y la conversación nunca termina. Hay que reconocer que es primera vez que hay un gobierno en Estados Unidos que, a diferencia del pasado, uno podía ver que generalmente un gobierno demócrata daba mejor trato a nuestros migrantes y no tan bueno a nuestros productos, mientras los republicanos eran más abiertos a nuestros productos y no a nuestra gente. Pues ahora “vete”, acá que hay una administración que no quiere ni nuestros productos ni nuestra gente por el tema migratorio.

Es importantísimo dar una respuesta latinoamericana porque ir uno por uno donde Honduras haga su negociación, Guatemala la suya, El Salvador por un lado y Perú por otro, vamos a ir débiles. Allí está en curso un nuevo marco comercial que EE. UU. ha hecho con México. Es imperativo para mí que todos trabajemos juntos para que eso se pueda aprobar, porque te garantizo que el acuerdo comercial Estados Unidos – México – Canadá será el que llegará a Guatemala, Honduras, Perú, Chile, Colombia, y se copiará y pegará a otros países. Si nos va a afectar, ¿por qué esperar cómo les va a los mexicanos? ¿por qué no hacemos un trabajo en conjunto en la cuestión comercial y lo mismo en la parte migratoria? Esto requiere una respuesta regional.

¿Qué deberían exigir los votantes a los candidatos para frenar esto?

Lo importante de la campaña es tener una ocasión, una ventana de oportunidad para escuchar las propuestas hacia el futuro. El momento es particularmente desafiante porque los marcos comerciales y migratorios en Centroamérica, incluyendo Guatemala, visa vía Estados Unidos, están en discusión y van a cambiar potencialmente. Por ello es importante tener propuestas sobre esas materias, sobre migración y comercio hacia el norte, de la lucha contra el narcotráfico y, aunque no producen coca, Guatemala es la puerta de la puerta y México es la puerta al gran mercado norteamericano.

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Hay que buscar dar respuestas a estos temas y el desafío que representa Venezuela con su influencia, en la destrucción y erosión de las democracias de varios países exportando un modelo autoritario y con la influyente petrochequera, donde se verán cambios, quizás no en Guatemala, pero sí en la región que dependía de Petrocaribe.

¿Qué garantiza una democracia libre?

Una democracia, para mí, requiere cinco elementos claves.

Primero elecciones libres, justas y transparentes, donde todos puedan votar, que la gente escoja la mejor propuesta, sin fraudes ni manipulaciones. Dos: Instituciones independientes, justicia, fiscalía, Contraloría, banco central que trabajen para el pueblo en largo plazo y no para el gobierno de turno o para la corrupción del gobierno. Tercero: Poder hacer oposición sin ser perseguido o criminalizado, y no como en Venezuela y Nicaragua, donde todas las instituciones trabajan para el gobierno, para comprarle impunidad a los gobernantes y perseguir y criminalizar a los gobernantes. Cuarto: Prensa libre. La expresidenta de Brasil -Dilma Rousseff- sostenía: “Prefiero el ruido de la prensa libre al silencio de la dictadura”.

El quinto y último elemento, que ustedes no han tenido ese problema en Guatemala, que hemos visto en Nicaragua, Venezuela, Bolivia, que los gobernantes sepan hacer maletas en la fecha que la Constitución establece, porque el germen del autoritarismo es el continuismo. Aquellos que llegan al gobierno y después cambian las reglas para intentar quedarse para siempre.

Al igual que Quiroga, están invitados al foro los expresidentes Andrés Pastrana, de Colombia; Felipe Calderón, de México; Luis Alberto Lacalle, de Uruguay; Diego Arria, excandidato a la presidencia de Venezuela, y Dionisio Gutiérrez, presidente de la Fundación Libertad y Desarrollo.

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ESCRITO POR:

Andrea Domínguez

Periodista de Guatevisión con 9 años de experiencia especializada en historias humanas, comunitarias y política. Premiada como periodista del año en Prensa Libre, Héroes del Cambio, APG y Organizaciones de Mujeres. Becaria de la Agencia Israelí para la Cooperación Internacional.