Política

Alejandro Giammattei: “No vamos a poder tener el país cerrado para siempre”

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El presidente Alejandro Giammattei habló con Guatevisión y Prensa Libre en la Casa Presidencial. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El presidente Alejandro Giammattei habló con Guatevisión y Prensa Libre en la Casa Presidencial. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Durante una entrevista con noticiero Guatevisión y Prensa Libre, el presidente Alejandro Giammattei habló respecto de la crisis que atraviesa el país por el acelerado aumento de casos de covid-19, y revela cuál es el primer sector económico que reanudaría actividades.

¿En qué fase de la propagación del coronavirus nos encontramos?

Estamos pasando de una fase de contención que fue muy larga, que la resistimos ocho semanas, y pasamos a una fase de mitigación.
Ahorita estamos ya entrando en la fase de mitigación, en donde deberíamos ver cómo la curva epidemiológica va a crecer y que haya necesidad de restringir muchas cosas para que logremos bajar la curva.

En el momento de bajar la curva, lograremos principiar a abrir actividades. La pista más complicada de carrera que hay en fórmula uno es la de Mónaco, curvas muy cerradas con rectas cortas.
Vamos a tener que aprender a manejar esta enfermedad de aquí a mucho tiempo con un pie en el freno y un pie en el acelerador.

Cuando el pico de la enfermedad se dispare, vamos a tener que frenar; ese freno puede ser —cordones sanitarios y cierre— zonificado, en una colonia, en un municipio, un departamento o todo el país.

Va a depender del comportamiento epidemiológico. Tenemos que entender que no vamos a poder tener el país cerrado para siempre. Ahorita lo que le estamos diciendo a la gente es “hagamos conciencia”.

Cuidémonos ahorita, porque vamos a hacer que haya menos posibilidades de explosión masiva de la enfermedad, que tendría un costo muy alto en términos de vidas y salud.
Controlémoslo ahorita —el virus—, para que el pico sea lo menor posible, para que podamos apachar la velocidad. Esa velocidad es la recuperación económica. Porque tenemos que entender algo, forzosamente, cualquier actividad económica que vayamos a abrir va a traer como consecuencia un repunte de la enfermedad, porque va a haber más actividad, pero hay que mantenerlo lo más controlado posible. Todos los países han escogido protocolos qué seguir, unos decidieron quedarse abiertos y en el camino se dieron la arrepentida de su vida.

Los protocolos han sido muchos, y aquí vale la pena hacer una reflexión muy profunda, esta es una enfermedad nueva, es el nuevo coronavirus, porque hay distintas cepas del coronavirus, pero esta es nueva y, por lo tanto, ninguno de nosotros tiene anticuerpos a la enfermedad, a no ser que hayamos tenido la enfermedad y desarrollado los anticuerpos.

Entonces, es muy fácil contagiar una persona con otra. Imagínense lo que sería que nosotros habilitáramos el transporte urbano sin ninguna restricción, y la gente estuviera en los pescantes, colgados, y una persona estuviera con coronavirus adentro —del bus—, y la gente no usara mascarillas, con gente que no se protege los ojos; cantidad de infectados que podríamos obtener solo en un bus.

Mucho de esto hemos formulado desde el 3 de febrero, desde que declaramos la primera medida de contención, medida de prevención en ese entonces, que de siete países no permitimos la entrada.

El primer caso lo tuvimos el 13 de marzo. Nosotros estábamos trabajando desde febrero, porque —a la pandemia— la veíamos venir; entonces, nos dio tiempo y cerramos.
Cerramos el aeropuerto —La Aurora—. La gente criticó de cómo iba a ser posible. Cerramos los vuelos desde Europa hasta llegar al cierre total, porque lógicamente lo que nosotros debíamos evitar eran focos de contagio. Logramos éxito al mantener baja la enfermedad, pero este es el comportamiento de la enfermedad, y es normal.

¿Qué ha hecho vulnerables a los guatemaltecos?

A veces la gente piensa que uno por fregar la pita hace las cosas, piensa que por molestar uno les dice que no vayan todos a la misma hora al mercado.
Tenemos que entender que si lo que más amamos es lo que tenemos en la casa, entonces tenemos que salir con precaución para no ser portadores sin querer de la enfermedad.
Una de las cosas que le hemos pedido a la gente y la mayoría de la gente lo ha respetado, es el toque de queda.

Poca gente es la que irrespeta, la mayoría está consciente y esta semana ha servido para que esa consciencia colectiva se haga presente, no estábamos acostumbrados a esta disciplina, pero tenemos que acostumbrarnos.Va a llegar un momento en el que vamos a declarar la nueva normalidad, primero Dios.

¿Qué fue lo que le hizo cambiar medidas?

Sus apreciaciones están medio equivocadas, nosotros tenemos que aprender a ver las cosas de manera distinta. No cambiamos las medidas, las adecuamos. Es que nos tenemos que ir acostumbrando y vimos el comportamiento de sábado y domingo que se reflejó en un excelente comportamiento, y el resultado fue 89 casos de mil 200 pruebas.
El virus mutó, no es el mismo de Wuhan (China), con la misma virilidad del de Europa, ni el virus del continente americano.

La primera mutación que vemos es con respecto al impacto a su viralidad, cuando principió en China todo mundo decía que eran tres semanas para desarrollar la enfermedad, cuando llegó a Europa decían dos semanas, acá tenemos gente que de 48 a 72 horas desarrollaron síntomas y principian a ser positivos.

Por eso se tomó la medida del jueves -cierre del país-. Qué hubiera pasado si yo hubiera anunciado que el sábado se cerraba el país, entonces qué hubiera pasado el viernes, hubiéramos tenido un efecto totalmente contrario. La gente lo que dijo -el lunes- es que no sean necios, y ya la conciencia le dice a esa gente -que abarrotó mercados- que se controlen, como que si las cosas se iban a acabar en el supermercado, y a las 7 horas ya había cola.

Se han reportado 258 casos de menores de 20 años -hasta el martes 19 de mayo- ¿Cómo han evolucionado los niños y jóvenes guatemaltecos de cara al síndrome inflamatorio que se ha reportado en otros países?

En Europa afecta más a personas adultas porque la pirámide poblacional de ellos es invertida, es decir, hay menos jóvenes y más población vieja. Estadísticamente a quién le va a pegar más, le pega más a un grupo etario.

En el caso de Guatemala nuestra pirámide poblacional es como un triángulo, tenemos una base muy amplia, a quién le pega más es a esa base más amplia.
En los niños, y eso se ha visto, hay más dificultad de contagio, pero cuando se contagia es el que menos síntomas presenta, se tarda más tiempo y lo riega más. Esa es una de las razones por las cuales no hay escuelas.

No hay escuelas porque un niño en una clase con el atiborramiento que tenemos y el hacinamiento en las clases, 50 niños en una clase y si llega un niño infectado, esos 50 niños podrían esparcirlo a muchos.

Dame un trago de tu agua o una mordidita de tu pan, de cualquier manera podrían estar esparciendolo y es más difícil que los niños usen mascarilla, por eso es que se protege más a la niñez.

En el caso nuestro lo hemos visto, mucha gente contagiada entre los 20 y 40 años, si lo comparamos con Europa, pero es lógico por la distribución etaria de nuestra población.

Hemos tenido casos complicados y severos de jóvenes con el covid-19, hemos tenido más muertos entre los 30 y 40 años que en otras edades.

También puede ser porque dispusimos desde un principio el alejamiento de las personas de la tercera edad de 60 años y empezamos a machacar con eso, hemos tenido muertos.
Es una de las cosas, usar -con el IGSS- los mismos protocolos de atención porque hemos tenido éxito en la atención.

Un paciente que entra al hospital, no lo mandamos a la casa y al que encontramos positivo nos lo llevamos al hospital.

De entrada, les empezamos a dar -a los pacientes- aspirinas -ácido acetilsalicílico- todos los días y cuando pasan a estado severo o grave algunos de ellos, inmediatamente se les brinda heparina para evitar coágulos, y con esos que se eviten problemas pulmonares y que la gente muera de eso.

En Guatemala principiamos con eso hace cinco semanas -aplicación de heparina y acido acetilsalicílico- que luego lo empezaron a usar en otros países, pero acá ya lo usábamos en Guatemala.
A mi cada vez que me decían que entraron dos pacientes al intensivo, decía que había dos muertos más, hoy hemos sacado gente del intensivo.

Entran -pacientes- al intensivo, pero hemos logrado recuperarlos. De hecho, tenemos una tasa de mortalidad muy baja en relación a la cantidad de casos que hemos tenido y si los comparamos con otros países, estamos por debajo del dos por ciento. Nosotros estamos bien en términos de los muertos.

Los jóvenes con otras enfermedades son más vulnerables. Hemos visto que en los jóvenes la enfermedad se presenta muy violenta y especialmente en los jóvenes que tengan alguna otra enfermedad colateral. El fin de semana murió uno de 19 años, pero tenía un síndrome nefrótico, un problema en los riñones de nacimiento.
Cualquier persona que tenga una condición de una enfermedad permanente, por ejemplo, la obesidad, la hipertensión, las cardiopatías, los problemas renales, hepáticos, cáncer, todas las enfermedades que tiendan a alterar el proceso inmunológico son personas que tienen muchísimo más riesgo de morir por la enfermedad.

La enfermedad se presenta muy violenta y en especial en los que tienen otra enfermedad, cualquier persona que tenga una enfermedad permanente por ejemplo la obesidad, es una causa de complicación, la hipertensos, los problemas renales, todas que alteren el proceso inmunológico, allí es donde digo que traten de no salir y hemos tenido éxito en sacar a la gente del intensivo, nosotros teníamos una fase anticipada encontramos que en Guatemala hay 0.6 camas de hospital por cada mil habitantes.

Arrancamos en marzo y cuando llegó el coronavirus teníamos el hospital de Villa Nueva, lo habilitamos solo estaba abierta la consulta externa, y hoy tenemos 800 camas nuevas.

¿Cómo se manejan los casos asintomáticos y cómo se trabaja para evitar la saturación de hospitales?

Tenemos instalaciones que no son hospitalarias, pero tienen cuidado médico.
Hay 300 personas con síntomas muy leves que están en fase recuperación. Con esos síntomas solo necesitan aspirina y paracetamol y nada más, no tienen mayores complicaciones y solo es para que tengan la fiebre baja y que no tengan problemas de coagulación.

¿Han contemplado que ellos se curen en casa?

No. Son pocos los que tenemos la suerte de tener un dormitorio, y estos pacientes tienen que estar aparte. Se debe tener un protocolo para lavar la ropa.
No podemos decirles que se vayan a su casa, hay dificultad para ver que estén en cuarentena y optamos mejor en alejarlos y que estén en mejores condiciones sanitarias. Tenemos que tener a la gente controlada y mantenerla alejada de la comunidad.

Los protocolos no fueron tomados de la manga, todo ha sido consultado con infectólogos, hay economistas, tuvimos reuniones con gente del Banco de Guatemala, ellos ven cuales son los sectores más afectados.

Para que el turismo vuelva pasará un buen tiempo, porque nadie se quiere arriesgar, el segundo sector más afectado es el de restaurantes, porque no puede haber ese conglomerado, habrá que replantear formas, pero todo es muy reciente, todos quieren soluciones ya, pero esto es como una guerra sin balas, estamos viviendo la tercera guerra mundial.

¿Se van a fortalecer las medidas?

Las medidas están tomadas, se mantiene como están. Mi error fue anticiparme y creí que había la suficiente madurez de la gente y decir que el otro fin de semana se prepararan, si alguien cometió un error fui yo, creer que habíamos llegado a cierto nivel.

Hoy -martes 19 de mayo–estuvieron aquí en la mañana en este salón representantes de muchos sectores económicos del país porque estamos aterrizando protocolos de todas las actividades habidas y por haber. Tenemos ya protocolos de las iglesias evangélicas, protocolo de la iglesia católica, protocolo para la liga nacional de futbol, protocolo para la industria, para el comercio, etcétera, y se ha estado trabajando con el Consejo Nacional de Salud y de Seguridad.

Le dijimos a todos los sectores “dennos su carta de Santa Claus”. Eso se llevó, se analizó y se determinó que vamos a tener medidas generales y medidas específicas, y se estipuló cuáles son esos protocolos y cómo va a ser la forma en que los vamos ir dando a conocer porque queremos que la gente lo conozca.

Si yo voy a trabajar en la construcción, y la construcción es el primero de los campos que vamos a poder abrir, según las consideraciones que hemos hecho, es el campo donde menos chance de contaminación hay porque hay distanciamiento, casi todo es al aire, con ventilación.

Vamos a ponerlo a consideración del público en general para que el empleador y empleado sepan cuáles son las condiciones y responsabilidades que se tienen que cumplir.

¿Cómo van medir los tiempos para abrir cada sector?

Hay que estar preparado, pero eso no significa que el efecto es inmediato. Hoy analizamos un cerco sanitario en un municipio, todo un municipio que será complicado. Vamos a definirlo si lo hacemos mañana o pasado, porque hay un repunte de casos.

El día que abramos actividades vamos a tener repunte de casos, pero lo que importa es que estemos en la capacidad de controlarlo, para que no se vaya a desbordar, toda actividad humana de acá en adelante implica riesgo, algún día abriremos centros comerciales.

¿Quién define esos protocolos?

Hay una comisión que lo define desde lo general hasta lo específico sector por sector, actividad por actividad, algo que otros países no han hecho, nosotros ya elaboramos para que todos conozcan la normativas y conozcan cuando sea su momento, tienen que tener una cámara térmica si tienen una manual se harán filas

¿Cuál es la proyección que han hecho de esas fases o dependerá del comportamiento de los casos?

Depende del comportamiento de la gente, hasta el momento no tenemos una sobrecarga en los sistemas de salud, tenemos suficientes camas, tenemos capacidad, tenemos 300 camas en el Parque de la Industria de las cuales hay 120 gentes, tenemos un área de expansión para otras 300 camas, tenemos un área de intensivo de 48 camas todas con sus respiradores sin uso; gracias a Dios no tenemos necesidad de usarlo, solo el de Villa Nueva, tenemos cinco casos en un intensivo de 17 camas.

¿Cuáles son las fases que están proyectando?

Es que ustedes quieren todas las respuestas matemáticamente. La proyección la va a dar el comportamiento de usted o el comportamiento mío. El suyo, el mío, el de la sociedad, de eso va a depender muchísimo. Si nosotros logramos mantener un promedio de casos diarios que no superen los 125.

Hace una semana había dicho que esperaba que no se superara la marca de 110. Se superó, y con creces. ¿Producto de qué?

Nosotros estamos preparados. Por eso habilitamos lugares donde estamos teniendo a la gente que ya va a salir en los próximos días y que tienen los casos muy, muy leves.

Los tenemos en un hotel en donde hay, en cada piso, enfermeros que pasan tomando la temperatura. Hay dos personas por cuarto, televisión con cable, baño privado, las personas no pueden salir de su habitación, todo el mundo con mascarilla.

La separación se está dando para que no haya reinfecciones. A las habitaciones les quitamos el aire acondicionado, quitamos los cuadros.

Insisto, ¿están preparados?

Es que la proyección se da en función de lo que usted, yo y todos nosotros. De acuerdo a lo que usted y yo y toda la población ha hecho.

¿Cuál es la proyección?

Yo la miro complicada; los próximos 15 días, tres semanas, los veo complicados.

¿Se ampliará la atención en otros hospitales, públicos o privados?

De hecho, se ha autorizado a ciertos hospitales privados que llenan los requisitos de áreas de aislamiento a que puedan tener pacientes.

Hasta el momento, pacientes en hospitales privados yo le puedo decir que hemos tenido muy pocos. En muchos hospitales privados que han recibido pacientes que llenan el criterio, vamos nosotros, les hacemos la prueba, y si es coronavirus, nos los llevamos nosotros. Porque los privados no necesariamente están todos preparados para tener áreas de aislamiento o personal preparado con bioseguridad, y que no vaya a ser un foco de contagio.

Ya hemos cerrado un hospital porque se contaminó todo el hospital. Hubo un caso y personal en cuarentena, médicos en cuarentena, enfermos en cuarentena, y el hospital cerrado casi un mes.
Aquí es en donde quisiera tener una bola mágica. Esta no es una enfermedad que no se comporta como el resto de enfermedades. No es tan fácil. Eso nos ha hecho ir pensando de manera anticipada.

Ayer estuve aquí en Casa Presidencial con el cardenal -Álvaro- Ramazzini y monseñor Gonzalo de Villa, hace unos días estuvieron los de la iglesia evangélica. Les pedí: “Pásenme un listado de los lugares de retiro que tienen ustedes en todo el país para poder tener, en esta fase, para aislar ahí a gente”. Ahí hay habitaciones separadas, baño, y cocina que podemos acondicionar fácilmente, para irlas preparando, porque tenemos que estar preparados para tener 500 casos o 10.

Hay que estar preparados. Ñe%Quisiéramos no llegar a eso, y no vamos a llegar si yo me comprometo, si yo me porto bien, si yo no tengo nada que hacer en la calle y no salgo. Si voy a ir al banco y veo que eso está socado, dice uno “qué pereza, mejor voy otro día”.

Si yo asumo la responsabilidad, podemos bajar a una fase de nueva normalidad, y vamos a poder darnos el lujo de decir la fase 1 de la recuperación, que es cuando disminuye el toque de queda, y aumentan ciertas actividades.

En la fase dos disminuye el toque de queda, aumenta la cantidad de actividades, y la fase 3, que se llama la ‘nueva realidad’, en donde vamos a tener que aprender a vivir, nos guste o no, con mascarilla.

En tanto no haya una vacuna, acostumbrémonos.

Hay 10 programas anunciados por el Gobierno, pero algunos, por trámites, no se han implementado ¿qué se ha hecho al respecto?

En la norma con la cual se nos aprobó el apoyo de esos presupuestos, el Congreso nos puso ciertas restricciones.

Un pensionista o un trabajador del Estado no pueden recibir el bono familia. ¿Qué nos pasó? Tuvimos que unir ocho bases de datos, y hoy ya iban inscritas 102 mil personas del enrolamiento que se anunció ayer, gente que a partir de mañana va a principiar a recibir su mensaje de “ya puede ir a cobrar”. Ayer hubo 110 mil 511 personas que recibieron su recibo de la luz, y el 57% de las personas se inscribieron entre ayer y hoy a las 10 de la mañana. Lo hicieron a través de teléfono, de página de internet o de mensaje de texto al 2020.¿Qué obtuvimos? No se cayó la página, aguantó.

Hoy estamos ya en 66 mil a las 7 de la mañana. A la 1 de la tarde eran 102 mil personas, y calculamos que al final de la tarde serán 130 a 140 mil, de un programa social que, por primera vez, no supone ninguna incidencia humana para decidir a quién se le da. Tuvimos que hacer reglamentos, unificar la base de datos.

La Cepal nos ha pedido que le contemos a otros países cómo lo hemos hecho, porque lo están viendo como un programa transparente. Lo que nos debimos haber tomado un año, dos años, nos llevó un mes.

Lo que nos debió haber costado US$2 millones, nos costó cero, porque lo hicimos con técnicos nuestros, pero cuando tuvimos que consultarle a alguien, nos ayudaron. Todos los días hay gente que está recibiendo. Hay rutas, hay ciclos establecidos de facturación. De manera que cuando se esté terminando este ciclo, la gente que ya se inscribió solo se va a inscribir una vez, le va a llegar el siguiente recibo y ya no tiene que hacer nada. Ese programa costó un bigote.

De ahí está el otro con el que vamos a ayudar a 300 mil personas en cesantía, que es lo que calculamos que podemos ayudar. Al día de hoy ya se inscribieron 20 mil personas para la primera quincena, y se está repitiendo la base de datos porque se detectó un problema. Ya estamos trabajando en la reparación y calculamos que eso va a estar en los próximos días.

En el tema reglamentario, ayer fueron aprobados los nuevos reglamentos del banco CHN para los 250 millones de apoyo a las Mipymes. Es un proceso para que ese reglamento funcione. Tuvo que ir a consulta a la Superintendencia de Bancos, no es así nomás. Hay requisitos legales que cumplir, pero ya están a disposición. El próximo miércoles ya estarán, primero Dios. Todo está caminando. Quisiéramos que más rápido.

¿Cómo tomó, y no sé si lo considera una pérdida de apoyo, lo que el Congreso decidió sobre el decreto 15-2020?

Yo no lo considero una pérdida de apoyo.

¿Ni de cara al futuro, que va a necesitar más apoyo para hacer frente a esta situación? ¿O cómo está su relación con el Congreso?

Con la mayoría de la gente del Congreso me llevo bien. Yo no tengo problema.Los guatemaltecos estamos acostumbrados a ver problemas donde no hay. Lo que hay aquí es una discrepancia legal.

Me viene a mí un decreto, como me han venido muchos. Este Legislativo ha hecho, hay que reconocérselo, en estos tres meses, más que la anterior Legislatura en los cuatro años. Me vienen los decretos, los estudiamos, la Constitución me da un período para estudiarlos, algunos tardamos más que otros, y tenemos dos caminos: sancionamos o vetamos. En el caso del 15-2020 lo vetamos porque tiene inconstitucionalidades, más que obvias.

En primer lugar, porque la ley, nuestra Constitución, dice que la ley no puede ser retroactiva, salvo en materia penal cuando favorece al reo. Así habían tres o cuatro inconstitucionalidades.Yo lo devolví alegando eso.

Según el Artículo 272 de la Constitución, refiere que al haber eso, el Congreso está obligado a mandarlo a consulta a la CC, y hay suficientes antecedentes de la CC que dicen que cuando se presume que hay inconstitucionalidad, la forma de dirimirla es que la Corte diga “sí” o “no”. En este caso, el Congreso obvió enviarlo a la CC.

¿A quién escucha el presidente de la República para tomar decisiones? ¿En qué temas ha discrepado con el vicepresidente?

Yo con el vicepresidente tenemos, hasta donde sé, una buena relación.

¿Pero sí tienen diferencias?

Yo le apuesto que hasta usted con su marido, apachan el bote de pasta dental, la cosa más común…. Es exactamente. Yo tengo discrepancias incluso con los ministros, porque hay libertad de opinión.

¿Dice que está bien la relación con el vicepresidente?

Nunca nos hemos roto la cara.

¿Presiones de alguien?

La prensa, la prensa, la primera.

La prensa pregunta, fiscaliza…

¡Ojo! Ojo… el chance de la prensa no es fiscalizar, su chance de la prensa es ser objetivo.

Es informar y hacer las preguntas.

Sí, pero informar tiene dos caras, y muchas veces la prensa informa de una cara nada más.

¿Y otro sector del que se haya sentido presionado?

Hemos tenido presiones de muchas personas, de sectores sociales. Hemos recibido insultos de personas que se creen comunicadores sociales e insultan, y se refieren a uno con unos epítetos que son increíbles… y sin embargo, de nosotros solo han tenido de vuelta bendiciones, no hemos hecho nada contra nadie. Hemos sido muy respetuosos.

Por ejemplo, ustedes, no se les dijo “¿qué van a preguntar?” Ese es exactamente el ejercicio de entendernos; tienen que haber diferencias. Para poder encontrar caminos comunes.