Política

Partido UNE y la emancipación de los vehículos electorales

El partido UNE ha tenido tres momentos de crisis y en todos es Sandra Torres la antagonista: el primer momento en el 2008 cuando se disputa la candidatura presidencial con Manuel Baldizón y en el 2011 cuando hace lo mismo con Roberto Alejos. En ambas ocasiones lo que consiguió fue dividir el partido y darles vida a otros dos.

Sandra Torres durante un mitin el 12 de agosto del 2019, cuando competía contra Alejandro Giammattei por la presidencia.  (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Sandra Torres durante un mitin el 12 de agosto del 2019, cuando competía contra Alejandro Giammattei por la presidencia. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), como la materia, no se destruye sino se transforma y de sus filas salieron los políticos que formaron el partido Libertad Democrática Renovada (Líder) y Todos, de los cuáles solo el último aún amasa una cuota de poder.

Lo anterior demuestra que la UNE es el único partido que, después de hacer gobierno entre 2009 y 2012, consiguió mantener y consolidar su poder y muestra de ellos es que en las pasadas elecciones logró 52 escaños en el Congreso y 105 alcaldías. Es el partido que más cuotas de poder político consiguió.

El partido UNE es lo más cercano a un partido político, según el análisis del historiador y analista político José Alfredo Calderón y el distanciamiento de Sandra Torres podría evitar que la agrupación tenga un final similar al del Frente Republicano Guatemalteco (FRG), que perdió fuerza hasta finalmente desaparecer.

“Es la única plataforma no electorera, porque hay que reconocer cuando han corrido incluso sin candidato presidencial -y- han obtenido buenos resultados”, señala Calderón.

Para el historiador, “la UNE representa el equilibrio del sistema político guatemalteco, a pesar de que los sectores ultraconservadores lo tipifican como partido de izquierda, que no lo es”.

Como ocurre en cada legislatura, las fuerzas del Congreso se recomponen. Antes del 2016, los diputados se cambiaban de partido político hasta tres veces en una misma legislatura, pero con las últimas reformas a la Ley Electoral esto está prohibido y, en consecuencia, deben seguir ligados a la bancada por la que fueron electos, aunque no voten igual. Un matrimonio por conveniencia, por así decirlo.

E el caso de la UNE, el último embate lo tuvo el pasado martes, con la solicitud de expulsión del partido a Sandra Torres y los diputados Jorge Estuardo Vargas y Carlos López, acusados por 12 diputados, encabezados por Carlos Barreda, de ser “traidores” de la ideología del partido y querer manipular la elección de magistrados a la Corte Suprema de Justicia y al Tribunal Supremo Electoral.

“Yo creo que lo que están haciendo es una traición evidente hacia la máxima líder y que en un proceso penal que ella tuvo y los mismos que se decían muy allegados a ella cometieron alta traición”, dijo el diputado Vargas sobre los señalamientos.

Cuando la imagen no es suficiente

El diputado por Zacapa Jorge Estuardo Vargas fue señalado por el diputado Carlos Barreda de ser, junto al legislador Carlos López, quienes generaron división en la bancada por orden expresa de Torres, quien quiere controlar el partido desde afuera y que la agenda legislativa responda a sus personales intereses.

Vargas sostiene que Torres es la imagen fuerte del partido y nadie más que ella tiene el poder de conseguir 1 millón 200 mil votos, como lo hizo con su candidatura presidencial del 2019 y la división de la UNE responde a el autoritarismo de Orlando Blanco y no al de Torres.

“La división viene desde el año pasado. Había mucha inconformidad porque no se respetaban los criterios de cada diputado, solo era una instrucción donde no se discutía nada en la bancada, sino era una instrucción dedocrática la que se hacía, y les causó molestia que alguien levantó la voz”, explica Vargas.

Los votos conseguidos por Torres sí superan el millón, pero no han sido suficientes para darle la presidencia ni en el 2019 ni en el 2015; por el contrario, el partido sí ha conseguido no solo retener sino aumentar su fuerza en el Congreso liderado por Orlando Blanco, Carlos Barreda y Mario Taracena, este último, incluso, presidió el Organismo Legislativo en el 2016.

En las pasadas elecciones el partido consiguió poco más de 1 millón 400 mil votos que significaron 52 escaños parlamentarios y otros 626 mil votos más para el Parlamento Centroamericano; además de las 105 de 340 alcaldías del país.

“Sandra ya no gana una elección porque genera muchos anticuerpos, esta -las elecciones del 2019- fue su última oportunidad, y a partir de ahora ella está muerta políticamente, pero tienen que pasar muchas cosas, porque hay muchos funcionarios que le deben a ella favores, son facturas que ella tiene en las manos para poder echar pulso.  Pero los diputados de la Une están haciendo su estrategia política a futuro para el 2023”, reflexiona Calderón.

Sandra Torres, candidata a presidenta por el Partido Une realiza cierre de campaña en el parque central de Mixco el 9 de agosto del 2019. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
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En esta línea, el analista político Gustavo Berganza reconoce que, aunque la imagen de Torres aún es fuerte, no es suficiente. “Tiene una base electoral de un millón 200 mil votos, pero por otra parte eso no es suficiente para ganar una elección, que ya se notó en el 2015 y el 2019. Ese es el reto que tienen los que están promoviendo su expulsión”, agrega.

Carlos Barreda aseguró que la separación de Sandra Torres se hace porque “el partido no tiene dueños” y las decisiones de ella han diluido la ideología social demócrata del partido, por lo que se debe corregir el rumbo.

“Los diputados de la Une están haciendo su estrategia política a futuro para el 2023”, apunta Calderón.

UNE, la nodriza

“Nos despojamos de cualquier bandera política para mantener nuestra lucha y trabajo en el Congreso”, decía Roberto Alejos al anunciar su renuncia al partido UNE en el 2011, tres días después que Sandra Torres se proclamaba como la líder de la agrupación.

Era el final de la presidencia de Álvaro Colom y aunque a Sandra Torres intentó competir por la presidencia, la Corte de Constitucionalidad se lo prohibió. Ahí comenzaba una carrera por la silla presidencial que se le ha negado en tres ocasiones.

Ya Alejos había presentado su renuncia al partido meses antes, junto a la mitad del Comité Ejecutivo de la UNE que se fueron al proyecto que más tarde se convertiría en el partido Todos.

Tres años antes Manuel Baldizón había hecho lo mismo: renunció a la UNE, se declaró independiente y el mismo año comenzó la formación del partido Líder. La salida de Baldizón, explicaba en el 2008, era por “diferencias con la Secretaría General del partido”, que significaba que él quería ser el candidato a la presidencia, pero Torres también, lo que provocó esa ruptura.

Sandra Torres es la fundadora de la UNE junto con su equipo original, después de la crisis que tuvo Álvaro Colom con la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y esa alianza, reconoce Roberto Alejos Cámbara que también explica que las bases del partido obedecían a ella durante la presidencia de Colom desde los proyectos de Cohesión Social, que dirigía desde la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (Sosep).

Manuel Baldizón, en el 2007, cuando formaba parte de la UNE. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Es fundadora pero también el denominador común en el 2008 y en el 2011 para que se separara la UNE fue Sandra Torres. Esta vez, la salida pareciera que no es de los diputados para buscar otro partido, sino al revés, sacar a Torres de en medio.

Roberto Alejos también explica que la ruptura de esta semana es provocada por su segunda derrota consecutiva para la presidencia, como una consecuencia lógica del poder que ella ha perdido o no ha logrado retener.

La bancada se siente con el poder de prescindir de ella y Torres no quiere que la bancada mande, sino que ella quiere continuar. Entonces, lo que la UNE está evidenciando es que ella no apoyo a su candidato sino prefirió al candidato del oficialismo para presidir el Congreso, según el análisis externo que hace Roberto Alejos.

Roberto Alejos dirige un mitin en Palencia en el 2011, cuando aspiraba a ser el candidato presidencial de la UNE. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

“Es la lucha típica de poder interno, donde yo -Sandra Torres- prefiero que alguien de mi partido no llegue a la presidencia del Congreso, porque si llega me va a quitar el partido y el poder, y a mí me conviene ahorita estar aliado al gobierno, lo cual crea una crisis interna terrible y mezclan los ideales del partido con intereses particulares”, dice Alejos.

La lucha por el partido es “el principio del desmoronamiento y derrumbe de la UNE”, dice Alejos, que ve difícil levantar el partido sin la imagen de Torres.

“La UNE creció alrededor de ella y ella no dejó que crecieran otros liderazgos”, dice Alejos que ve tres momentos de crisis en el partido: la pelea de Torres con Baldizón por la presidencia en el 2008, la disputa por la candidatura presidencial en el 2011 y provoca la salida de Alejos del partido.

Por ahora Jorge Estuardo Vargas no ve como posibilidad fundar un nuevo partido, en caso fuera expulsado de la UNE.

“Actualmente soy de la UNE y miembro del Comité Ejecutivo. Es de esperar, no creo que el proceso de expulsión sea tan rápido, también hay un proceso de cancelación del partido y falta mucho que recorrer en ese sentido”, dijo Vargas.

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