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“Se ven diputados haciendo lo que les da la gana”: Arabella Castro, expresidenta del Legislativo

La expresidenta del Congreso apunta que la falta de coordinación dentro de las bancadas con los partidos políticos genera consecuencias para el país porque no se busca el beneficio de la población.

El diputado Benjamín Ipiña duerme mientras sus colegas aprueban la distribución de comisiones, la noche del martes 18 de febrero. (Foto Prensa Libre: Carlos Ochoa)

El diputado Benjamín Ipiña duerme mientras sus colegas aprueban la distribución de comisiones, la noche del martes 18 de febrero. (Foto Prensa Libre: Carlos Ochoa)

Durante estos primeros cinco meses del año, los diputados de la Décima Legislatura se aumentaron el salario, dejaron de sesionar durante varias semanas y, la semana pasada, dos diputadas tuvieron un enfrentamiento que se elevó hasta empujones y agresiones físicas.

Arabella Castro, quien fue presidenta del Congreso de la República en dos ocasiones, entre 1994-1995 y en el período 1997-1998, señala que estas situaciones muestran el degradado que tiene el Poder Legislativo en la actualidad.

En entrevista con Prensa Libre subrayó que los diputados actúan por intereses propios, los cuales no son los intereses de la población debido a que los legisladores son elegidos por listas de partidos y no a título propio.

 su decir, debieran de actuar bajo las directrices de sus agrupaciones políticas. Tal situación afecta directamente a la gobernabilidad, al gobierno central, a la población e incluso a la democracia del país.

¿Cuál es su visión sobre el trabajo de la Décima Legislatura durante este año?

Para mí hay dos síntomas, primero que el gobierno ganó con pocos diputados y considero que no hay partidos serios en el Congreso de la República.

Hay poca institución, son partidos políticos que no son instituciones, son bancadas sin intereses.

¿Cómo afecta que las bancadas y partidos no funcionen como instituciones políticas?

Nos afecta a todos, nos afecta en la institucionalidad. En los partidos políticos es sana la institucionalidad, el que existan partidos políticos que sean instituciones y funcionen de esa manera ayuda al país porque se comprende si de repente se ve una bancada de diputados con el secretario general discutiendo una ley que está en agenda. Sino más bien, se ven diputados haciendo que les da la gana, que no tienen bancadas, que parecieran que no llegan al pleno o que quieren romper el quórum.

Por ejemplo, con el aumento de salario, cuando yo participé en política el secretario general o el Comité Ejecutivo General nos hubiera dicho a nosotros diputados “se lo rebajan o los expulsamos”. ¿Dónde están los Comités Ejecutivos?, ¿dónde están los secretarios generales?

No hay partidos, solo hay voces disonantes, donde cada quién hace lo que se le antoja.

¿Qué se puede hacer entonces ante un Congreso con bancadas sin rumbo, como usted menciona?

Para mí el problema más grande de este Congreso es que no hay partidos políticos.

En líneas generales yo creo que los guatemaltecos tenemos que recapacitar, por el que estamos votando para la Presidencia de la República no se le puede dejar solo en la elección al Congreso.

Hemos visto escenarios distintos cuando llegan muchos diputados (de la bancada oficial) se han puesto en el compromiso de comprar los votos y no estoy hablando de comprar los votos en el sentido de darles dinero, sino permitirles poner a un pariente en alguna oficina de Estado y ese tipo de cosas para lograr controlar una mayoría en el pleno.

La oposición no puede votar siempre en contra, eso no habla bien de un diputado.

En este caso le hago una llamada a los guatemaltecos para que piensen bien el voto. Se ha atacado muchísimo en que el votar por el mismo partido para presidente y para diputados, pero pienso que sí queremos una gobernabilidad más seria hay que hacerlo porque al final de cuentas uno tiene un partido así responsabilizar para bien o para mal.

La oposición no puede votar siempre en contra, eso no habla bien de un diputado, tampoco puede votar siempre a favor. Como diputados deben tener inteligencia y votar por lo que va a favorecer al país.

Son los secretarios generales los que tienen que incidir en su bancada, son las instituciones las que deben guiar a los diputados sobre cómo pronunciarse sobre cierta ley o votación.

¿Considera que es en esta legislatura donde se ha hecho evidente el problema del funcionamiento de las bancadas?

Llevamos fácil unos ocho años que se ha degradado la institucionalidad de los partidos políticos dentro del Congreso. Son tres gobiernos ya, el de Jimmy Morales, Alejandro Giammattei y el actual.

¿Cuáles serán las consecuencias para el país de esta situación?

La democracia se va debilitando y los jóvenes seguramente cada día tendrán menos interés en votar por diputados por ven un entorno el Congreso como el que estoy describiendo. Reitero, no hay que buscar una aplanadora, pero si buscar que no lleguen solos porque ahorita no se le puede ni echar la culpa al gobierno porque tienen una bancada muy pequeña.

¿Cómo se puede solucionar este problema?

Sino hay cambios en la Ley Electoral y de Partidos Políticos que le permitan, por lo menos, al Tribunal Supremo Electoral (TSE) cancelar a los partidos que no lleguen al mínimo de votos. Hay que hacer modificaciones en la ley porque ya no hay una verdadera representación de un pensamiento político, un ideario político y eso en nada ayuda al país.

Pero serían los mismos diputados quienes tendrían que votar por esas reformas…

Tenemos que poner un poquito de prensión también nosotros como guatemaltecos para que esto se pueda lograr.

ESCRITO POR:
Fátima Najarro
Periodista que colabora con Prensa Libre. Especializada en el Organismo Ejecutivo, fiscalización y política