“He dado indicaciones al gabinete de seguridad para incrementar la eficacia de las medidas contra los grupos delictivos que han atacado y lastimado de manera sistemática a los migrantes y a los habitantes de la región”, dijo Peña Nieto, según la agencia EFE.
Las instituciones de seguridad de ambos países reforzarán las labores conjuntas de inteligencia en las zonas de tránsito de migrantes, con miras también a tener información de los menores que quieren viajar a Estados Unidos.
Para reducir los riesgos, las autoridades se proponen desarticular a bandas del crimen que aprovechan la vulnerabilidad de los miles de centroamericanos que ingresan sin documentos en México.
Ordenamiento
“Este plan tiene doble propósito: proteger y salvaguardar los derechos humanos de los migrantes que ingresan y transitan por México, y ordenar los cruces internacionales para incrementar el desarrollo y la seguridad de la región”, explicó el gobernante mexicano.
Ese ordenamiento permitirá obtener información biométrica y servirá para la habilitación de centros de atención integral al tránsito en la frontera con Guatemala.
Según Pérez Molina, habrá un área de entre 60 y 80 km de “mayor libertad” para guatemaltecos con trabajos no temporales, pero si se adentran más, deben pasar un chequeo “más riguroso”.
Agregó que se trata de un “paso fácil” que permitirá la libre circulación en algunas regiones autorizadas en el país vecino.
También darán permisos a visitantes para que permanezcan hasta 72 horas en ciertas regiones.
El secretario de Gobernación de México, Miguel Ángel Osorio Chong, afirmó que el año pasado 250 mil personas se “internaron en México” por cruces informales que ponen en riesgo su integridad. El 90% de ese total proviene de Guatemala, El Salvador y Honduras.
REALIDAD EN CIFRAS
México es el puente para llegar a Estados Unidos.
México comparte frontera con Guatemala y Belice, de mil 149 kilómetros.
El año pasado, 250 mil personas ingresaron en ese país por pasos no autorizados.
De ese total, el 41% llegó de Guatemala; el 30%, de Honduras; y el 19%, de El Salvador.
En el 2013, México deportó a ocho mil 557 menores inmigrantes centroamericanos.