Jóvenes se identifican con tribus urbanas

Jóvenes con pantalones anchos, tenis, gorra vuelta hacia atrás y patineta —con la que hacen acrobacias al ritmo de música rap— se reúnen a diario en el Parque Extremo del Tanque del Soldado, en la ciudad de Quetzaltenango.

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Los skaters consideran que son unidos y se preocupan unos por otros. (Foto Prensa Libre: María José Longo)
Los skaters consideran que son unidos y se preocupan unos por otros. (Foto Prensa Libre: María José Longo)

La patineta los define como skaters y son una de las abundantes tribus urbanas de Xela, donde proliferan subculturas como emos, punks, reguetoneros, góticos, rockeros, grunces, raperos, brankedancers, otakus, grafiteros y otros.

 “Dicen que somos una tribu urbana porque cuando uno practica skate ya no se desea dejarlo; además, nos vestimos de forma especial y estamos unidos. No importa si la persona es alta o morena, somos un grupo”, dijo Keny González, de 20 años.

Rolando Mejía, quien trabajó en el programa de Gobierno Escuelas Abiertas, contó que jóvenes de entre 15 y 20 años formaban grupos para patinar. “No tenían rivalidades ni eran violentos, y eran sociables. Creo que adoptaron estas prácticas de la televisión e internet”, manifestó.

Identificación

Santiago Lucas, quien pinta muros con aerosol desde el 2010, refirió que este tipo de arte callejero ha empezado a tener reconocimiento en Xela, pero cree que grafitero y artista callejero no es lo mismo, pues el primero usa estética libre y lleva un mensaje subliminal, mientras el segundo deja un mensaje claro, con textos legibles, aunque ambos tienen los ideales similares y son tribus urbanas.

Otra subcultura en Xela son los otakus, grupo que aprecia la caricatura y video japonés, y en general a esa cultura, explicó Wilfrido Rodas, integrante de esa tribu urbana.

Édgar Benito Rivera, coordinador de Trabajo Social del Centro Universitario de Occidente, explicó que el término de tribu históricamente define a personas que tenían en común una forma de vivir, pero ahora  es utilizado para identificar conglomerados —generalmente de jóvenes— que comparten ideales, creencias, gustos musicales y se visten parecido para tener un denominador común de identificación.

Rivera considera que cuando se reúnen con fines positivos no hay problema, pero deben cuidar que sus actividades no se vuelvan nocivas para la sociedad. “El problema es que podrían involucrarse con drogas o actos delictivos”, señaló.

Añadió  que las tribus urbanas y sus integrantes no deben ser marginados, pues  siguen siendo personas que necesitan convivir con la familia y vecinos, estudiar y trabajar, y por ello necesitan guía y organización.

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